MAS DATOS
Pues caigo en la cuenta de que hace tiempo que no ofrezco información sobre la vida en el Vaticano, tal como me propuse, así que voy a cumplir con ello. He aquí otros datos interesantes.
Enclavado en el corazón de Roma, podría sospecharse que su condición de Estado es una simple formalidad y que, en lo relativo a la vida cotidiana, su dependencia de Italia es absoluta. Pero el Vaticano no se limita a su estandarte blanco y amarillo o a la simple organización de la Iglesia Católica.
Aunque abroquelado alrededor de su soberano para que éste pueda cumplir con su misión, el Estado posee lo que muchos otros: tiene correo propio (y su consiguiente emisión de sellos), una emisora de radio (creada por el premio Nobel Guglielmo Marconi e instalada en una vieja torre de los jardines), su diario (L´Osservatore Romano), su propia TV (el Centro Televisivo Vaticano), un sistema telefónico autónomo y su propio banco (reformado tras el escándalo, en 1981, del Banco Ambrosiano). También es el único con cajeros bilingües, en italiano y en… latín. Todo dentro de su territorio.
Más allá del colorido de los millares de turistas que transitan la plaza y la Basílica, en el microestado trabaja una gran cantidad de personas (se calcula la cifra en 4000) que se entregan a sus plegarias o a labores más mundanas. No se trata sólo de religiosos de variada jerarquía, sino también de laicos. La telefónica, por ejemplo, tiene treinta empleados sin ninguna vinculación religiosa y la radio emplea a 200 periodistas de variado origen lingüístico.
Como corresponde a un Estado, el trabajo está precisamente reglamentado. Existen claras políticas laborales en materia de ausencia por enfermedad o maternidad, un reglamento que fija 36 horas laborables por semana y treinta días de vacaciones. Como contraparte se les exige un estricto código de confidencialidad y tienen vedado hacer declaraciones sin el correspondiente permiso. Estas regulaciones no impiden a veces reclamos terrenales, como cuando en 1993 el Vaticano soportó la primera huelga de empleados en demanda de aumentos salariales.
Estación de tren del Vaticano |
Como corresponde a un Estado, el trabajo está precisamente reglamentado. Existen claras políticas laborales en materia de ausencia por enfermedad o maternidad, un reglamento que fija 36 horas laborables por semana y treinta días de vacaciones. Como contraparte se les exige un estricto código de confidencialidad y tienen vedado hacer declaraciones sin el correspondiente permiso. Estas regulaciones no impiden a veces reclamos terrenales, como cuando en 1993 el Vaticano soportó la primera huelga de empleados en demanda de aumentos salariales.
Los oficios pintorescos también abundan. Los que cargan con una responsabilidad única suelen ser los conservadores, entregados a reparar y mantener en estado la ingente cantidad de obras de los Museos Vaticanos: tesoros que van desde piezas arqueológicas hasta la inigualable colección de obras renacentistas, consecuencia del mecenazgo de los diversos pontífices a través de los siglos. Lo mismo ocurre con la colección de manuscritos de los Archivos Secretos Vaticanos.
Entre los trabajos más tradicionales del territorio se encuentra el de los Sampietrini. Son los encargados de mantener la limpieza de la Basílica de San Pedro y de sus altares y monumentos. Los Sampietrini son una institución y se entiende por qué: el trabajo requiere un saber que se ha transmitido de generación en generación desde que se reconstruyó el templo en los siglos XVI y XVII.
De todos los empleados, sin embargo, los más visibles son los integrantes de la Guardia Suiza. Según la leyenda (hoy considerada apócrifa), los uniformes renacentistas fueron diseñadas por Miguel Angel. Su complejo uniforme, sin contar los tradicionales cascos y el calzado, consta de 154 piezas separadas que, en conjunto, pesan módicos 3,5 kilogramos. La Guardia Suiza suele ser considerada el ejército permanente más pequeño del mundo y es el único que existe hoy en el Estado. Su servicio se remonta al siglo XVI y su fama a la defensa papal durante el saqueo de Roma en 1527.
Está compuesto por un centenar de efectivos y la mayoría habita cuarteles o viviendas dentro de la ciudad. Para revistar en la Guardia Suiza las condiciones son estrictas: ser originario de algún cantón suizo, católico, soltero en el momento de ingreso y prestar un juramento que obliga a dar la vida por el pontífice.
Aunque su aspecto induce a verlos como elementos decorativos, los miembros están rigurosamente entrenados. No sólo dominan el uso de instrumentos tradicionales como la espada o la alabarda. También son expertos en el uso de armas modernas y en artes marciales. Firmes y hieráticos, son el símbolo de un Estado que depende de Dios, pero no puede evitar, humano al fin de cuentas, tener los pies sobre la tierra.
Más información sobre la Guardia Suiza, la podéis encontrar, en el post que dediqué a ella (enlace)
Más información sobre la Guardia Suiza, la podéis encontrar, en el post que dediqué a ella (enlace)
¡Alabado sea Jesucristo!
16 comentarios
Me encanta esta entrada, no he podido por más que emocionarme leyendola al pensar en D.Antero, el que hasta hace muy poco era nuestro sacerdote y ahora ha sido enviado a Roma al trabajar en lo del estudio de los Santos. leyendo, he tenido la sensación de comtemplar esas imagenes que has puesto como si de un mundo lejano y aparte se tratase y sin embargo al pensar en el Santo Padre y en Jesucristo se siente tan cercano.No,se, no se muy bien definir este sentimiento que me ha invadido.
ResponderEliminarGracias por esta entrada Angelo, un abrazo fuerte.
Querida Mento. Realmente uno se siente en un mundo especial, donde se asombra igual que un niño pequeño ante sus descubrimientos. Encomendaré al sacerdote. Un beso. Gracias por tu comentario diario.
ResponderEliminarAngelo,yo soy una total y adsoluta desconocedora de la vida en el Vaticano,por tanto mira si te lo agradezco.Me ha encantado la entrada.
ResponderEliminarUn cariñoso saludo.
Me encanta lo que escribes. Una fuente de información, que, seguro, la usaré no sé cuándo ni cómo, pero queda archivada en mi memoria.
ResponderEliminarMuchas gracias
Siempre me asombra toda esta cultura que gastas. ¿De dónde sacas toda esta información?
ResponderEliminarBuenos días Ángelo, me gustó la entrada porque está repleta de curiosidades, la pintoresca posibilidad de emplear el latín en el cajero me sorprendió.Un abrazo.
ResponderEliminarBelén: Pues ya sabes... A ver si podemos llevar a cabo el proyecto de ir a Roma los blogueros de siete en familia.Un abrazo
ResponderEliminarM.Carmen: Y me quedo corto, porque es un mundo de película. Cargado de historia y belleza. Un saludo.
Rafael: Experiencia pura y dura. Tres años en la ciudad eterna, dieron para mucho y yo supe aprovechar cada ocasión que se me presentaba. Entrar en la ciudad del Vaticano, en sus dependencias, y en su conocimiento, fue una gracia que siempre agaradeceré. Un abrazo
Nip: Y no te digo nada de los puestos de gasolina. Todo es muy curioso. ¡Menudo desconocimiento hay sobre ello! Un abrazo
Bel post Angelo, e Roma è meravigliosa!
ResponderEliminarInteresantisima tu entrada....cuando estuve allí todo me desbordó, hasta me emocionaba facilmente, pues me sentia como parte de todo aquello, fué una experiencia hermosisima!! Como transmites el cariño que le tienes a esa ciudad Angelo....creo que gran parte de ti se quedó allí...si, eso creo. un abrazo.
ResponderEliminarPues Angelo, si yo te digo.. algo
ResponderEliminarigual no vuelves a mi blog..
No me gustó nada Roma.. y el Vaticano...
lo justito..
está todo tan pensado para aspar y sacar dinero al turista..
que ...
en fin...
seguro que de tu mano. y con tus percepciones y sensibilidad es diferente..
Un saludo
Gianna Spero veder anche la tua terra la prossima visita al tuo paese. Bacio
ResponderEliminarGosppi Entiendo tus sentimientos , y tienes razón, una parte de mí se quedó allí. Muchas cosas de mi presente se forjaron en ese lugar. Un beso
Querida Estrella: ¿Cómo puedes pensar que por no compartir los gustos voy a dejar de visitarte? Uyyyyyy.... gracias a Dios que vemos todos los colores del arco iris y no uno solo... Si a todos nos gustara lo mismo, no podríamos comparar y asombrarnos.
Pues que pena que no te gustara. Roma como toda ciudad turística, ofrece trabajo a muchos con esas ventas, ofrecidas por particulares. Si no recuerdo mal, en el Vaticano el único logar que se cobra para entrar es para visitar el museo Vaticano, que como cualquier museo necesita cubrir gastos varios.A Roma hay que visitarla con espíritu y mirada de Fe y te aseguro que entonces, sí descubrirás cosas hermosas. La próxima vez que vayas , anímate a contemplarla con esos ojos.¡Y ya me dirás! Un abrazo y gracias por compartir
Más allá de toda la información que tienes, más allá de tu sensibilidad para saborearla, múcho más allá...tenemos un hombre enamorado de Cristo que nos enseña cada día un poquito más de su corazón.
ResponderEliminarMe ha gustado, pero más me gusta tenerte como amigo.
Un fuerte abrazo.
Feliz día para todos.
Capuchino Vaya querida amiga, me has dejado KO. Me ha emocionado. Muchas gracias. El gusto también es mio.. Un fuerte abrazo
ResponderEliminarPreciosa e interesantísima entrada amigo Angelo. Me ha encantado. Estuve en una ocasión con mi esposa en el Vaticano y espero repetir. Un fuerte abrazo desde el blog de la Tertulia Cofrade Cruz Arbórea.
ResponderEliminarhttp://tertuliacofradecruzarborea.blogspot.com/
Estupenda entrada, te estabas tardando...
ResponderEliminarEl Vaticano es un mundo maravilloso, yo veo a menudo la serie "Descubriendo el Vaticano" de EWTN. Leerte es como verla porque ayudas al esfuercito de imaginar la vida cotidiana vaticana.
Espero en un tiempo no muy lejano visitar (o mejor, peregrinar) Roma... vistiendo el hábito blanco de capa negra. Pero ¿Quien soy yo para ignorar lo que querrá en verdad Dios de mí?
Pepe Siempre es un placer encontrarte aquí. Espero que cuando vuelvas , también sepas ver estas cosas que para muchos turistas pasan desapercibidas. Preguntando se va a Roma y en Roma preguntando se entra en muchos sitios del Vaticano .
ResponderEliminarUn abrazo.
Angelus Pues cuando la visites con ese hábito, avísame, que voy a verte. Un abrazo y pido para que un día lo lleves.
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