FIELES Y PACIENTES
Me distraje en la Iglesia, mientras se rezaba el Rosario antes de la Misa, y el motivo fue el confesionario. Llevaba un buen rato en el templo, y el sacerdote no descansó ni un momento, atendiendo a las personas que entraban para confesarse. Llevo tiempo observando a este sacerdote, desde que le adjudicaron esta parroquia. Lo he visto sentarse en el confesionario en sus primeros días. Pocos eran los que acudían al principio, a veces nadie, y desde hace un año, he tenido conocimiento que ha ampliado el tiempo de confesión, debido al número de personas que en la actualidad se acerca. Y esto me lleva a la conclusión de que si hay presbíteros disponibles para confesar, la gente se confiesa.
Estoy convencido de que el acercamiento a la vida espiritual depende muchas veces del empeño y entrega del sacerdote. No se pueden mendigar los sacramentos. Cristo los puso en sus manos para entregárnoslos. No se puede ir a la sacristía a buscar un sacerdote para confesarse, porque el confesionario está vacío .Si no tengo mal entendido, el penitente tiene todo el derecho a la intimidad, ni siquiera otra persona que no sea el confesor, tendría derecho a saber que queremos confesarnos. Leer el periódico en la sacristía antes de celebrar misa, no puede anteponerse a sentarse en el confesionario, aunque no venga nadie. Hay que manifestar, de todas las formas posibles que los sacramentos son el tesoro valioso de nuestra fe.
Creo necesario que el sacerdote esté disponible para confesar ,en un horario establecido para ese fin .Creo firmemente que no es estéril ese momento, aunque no se haya impartido una absolución .El día menos pensado, puede presentarse, el más necesitado de todos, y debe encontrar al confesor, que le devuelva la paz del perdón. No tengo ninguna duda de que Dios premia siempre la fidelidad.
Es triste, cuando se tiene que pedir a otra persona ,la necesidad de confesión; me encontré en este verano en la situación de tener que entrar a la sacristía buscando un sacerdote para confesar , al entrar, me topé con cuatro señoras sentadas, hablando de uno de esos programas de televisión donde , la caridad es la gran ausente; pero no, no hablaban de esa virtud, ... al pedir que si podían avisar al sacerdote ,me contestaron que "faltaba poco para que celebrase misa" (aún tenía 15 minutos de margen), y que no se pondría" . Me entristeció... O aquella otra vez, que tuve que entrar en otra sacristía ,y al ver al sacerdote leyendo , y pedirle me confesara, me dijo "que no hacía falta ir al confesionario, que allí mismo, de pie"... Vuelvo a decir lo de antes :Los Sacramentos son un tesoro, y creo que hay vivirlos, en la mayor de las solemnidades, cuidando todos los detalles.Para el que los da y para quien los recibe (hablo de cuando nos encontramos dentro de una iglesia).
Es triste, cuando se tiene que pedir a otra persona ,la necesidad de confesión; me encontré en este verano en la situación de tener que entrar a la sacristía buscando un sacerdote para confesar , al entrar, me topé con cuatro señoras sentadas, hablando de uno de esos programas de televisión donde , la caridad es la gran ausente; pero no, no hablaban de esa virtud, ... al pedir que si podían avisar al sacerdote ,me contestaron que "faltaba poco para que celebrase misa" (aún tenía 15 minutos de margen), y que no se pondría" . Me entristeció... O aquella otra vez, que tuve que entrar en otra sacristía ,y al ver al sacerdote leyendo , y pedirle me confesara, me dijo "que no hacía falta ir al confesionario, que allí mismo, de pie"... Vuelvo a decir lo de antes :Los Sacramentos son un tesoro, y creo que hay vivirlos, en la mayor de las solemnidades, cuidando todos los detalles.Para el que los da y para quien los recibe (hablo de cuando nos encontramos dentro de una iglesia).
Cuando uno ofende a Dios y necesita el Sacramento de la reconciliación, el dolor, la angustia, la tristeza ¿quién es capaz de medirla?...¿quién puede saber la necesidad de perdón que cada uno demanda?...¿Cómo valorar, el dolor por la ofensa a Dios, que un alma puede sentir?... La experiencia de lo que veo, me dice que cuando un sacerdote vive su vocación, cuando entiende que su consagración a Dios, es para entregarlo a los demás, a la gente, le llega la gracia destinada a ellos. Gracias a Dios, cada vez más, abundan los de este patrón.
Cualquier sacramento merece la máxima solemnidad. La confesión es el de la Reconciliación con Dios, el de la misericordia;el de la conversión, y eso… ¡Es algo muy grande!
Por favor, Sacerdotes del Señor: ¡Habladnos de Dios, dadnos a Dios, ofreced el perdón de Dios!Sólo está en vuestras manos el poder hacerlo. Habéis sido elegidos para eso. ¡ Os necesitamos!Hacedlo cada minuto de vuestra vida. ¡Estad disponibles siempre! Nosotros no dejaremos de apoyaros, para que podáis hacerlo.
¡Alabado sea Jesucristo!
25 comentarios
ORACION PARA OFRECER
ResponderEliminarLA COMUNION POR LOS SACERDOTES
Padre Celestial, para mayor gloria de tu Santo Nombre, te ofrecemos al Verbo Encarnado que acabamos de recibir en el Sacramento de su Amor, y en quien tienes todas tus complacencias. Nos ofrecemos en su unión por manos de María Inmaculada, por la santificación y multiplicación de tus sacerdotes.
Derrama en ellos tu Divino Espíritu, enciéndelos en amor a la Cruz y haz muy fecundo su apostolado. Amén.
Oración a Sta. Teresita del Niño Jesús por los sacerdotes
Santa Teresita del Niño Jesús, hoy alabo a Dios por las gracias que manifestó en ti, y te doy las gracias por haberle correspondido hasta el grado de convertirte en una gran santa.
Te encomiendo en todo momento a este sacerdote que ha dedicado su vida a Dios y te pido que lo ayudes a vencer todos los obstáculos que él pudiera encontrar en su camino.
Ayúdalo en los momentos de tentación, ayúdalo a vencerlos en el instante. Enséñalo a amar a Dios como tú lo amas. Ayúdalo a ser un sacerdote santo y fiel, ayúdalo a ser un gran confesor. Todo esto te lo pido con mucho amor. Amén.
Hoy también te quiero pedir por __________,de ti aprendí a amar a los sacerdotes y a apreciar lo difícil que es su tarea, si tratan de hacerlo por sus propias fuerzas.
Te entiendo perfectamente Angelo,y gracias por la oración Ramón.
ResponderEliminarUn cariñoso saludo y Dios te bendiga.
Grazie per questo post molto attuale, specialmente in questo periodo di quaresima, che ci ricorda il nostro dovere di riconciliarci con il Signore. Sono d'accordo con te quando dici che i sacramenti non si possono mendicare, ma quante volte mi è successo!!!! Trovare i confessionali vuoti è molto triste, altrettanto lo è andare alla ricerca di un sacerdote per la confessione, o oddirittura prendere un appuntamento!!!!
ResponderEliminarLe pido mucha humilda Angelo para no entrar en juicios con estas carencias que tambien encuentro a la hora de buscar un sacerdote que me confiese....a mi me encanta confesarme...que hago?..y no todos los sacerdotes ven esta necesidad que rompe el corazón de los que le buscan sinceramente.....Me transmites este dolor ..y sabes? hoy se lo pondré a la Madre delante para que nos ayude a animar a tantos sacerdotes que no saben de esta necesidad y le quitan el valor a este sacramento.....con lo precioso que es.....Animo y a seguir animadolos!!!
ResponderEliminarJe, je. Me he acordado de una vecina mía, mayor, que SIEMPRE hacía ponerse al sacerdote en el confesionario, cosa que él NUNCA hacía, salvo con ella, que le obligaba.
ResponderEliminarLo de la paciencia del sacerdote es cierto. Tienen que estar ahí clavados unas horas al día. "¿Para qué me he ordenado, si no?", decía un sacerdote conocido mío.
Yo lo que veo en las iglesias es que donde hay confesionarios con sacerdote hay penitentes. Unos días más y otros menos, pero hay. El sacerdote perdona, anima, consuela, exige, tranquiliza...
Este vídeo es muy antiguo, pero lo explica fenomenal.
De acuerdo al 100%. Qué pena, pues la vida sacerdotal tiene precisamente ese sentido. Todo lo demás lo puede hacer cualquiera, pero la Eucaristía y la Confesión son deber del sacerdote en exclusiva.
ResponderEliminarÁngel, te acabo de mandar una solicitud por Facebook, pero no veo la manera de hacerte ver que soy yo, porque va con mi nombre auténtico, así que te aviso por aquí.
ResponderEliminarComo dicen ustedes amigo: menudo tema...
ResponderEliminarDios inventó el tiempo, el hombre la prisa... la confesión? que es eso? dice un amigo. La iglesia me pide que me confiese dos veces por año: pascua y navidad. Los confesionarios -al menos en mi parroquia- son piezas de museo. ¡Se de tantísimas personas que comulgan durante todo el año sin confesarse! Y así, dele y dele nomás... la muletilla es qué me pueden decir si los curas son esto, lo otro y los otro Hoy es face to face y no está mal cuando el confesor es un amigo, como el mío... entrado en años. Los sacerdotes jóvenes tiene que luchar con los sutiles ataques del enemigo y generar en quienes buscan la paz, la confianza.
Un abrazo, cumpa
Lo suscribo totalmente Angelo. Yo voy a confesarme relativamente lejillos de casa, con un sacerdote carmelita amigo. En mi parroquia el párroco nunca se pone a confesar, y sólo aparece para la misa, luego se va y listo.
ResponderEliminarLas veces que me he confesado con él he tenido la impresión de que quería acabar pronto. En fin.
Es de suma importancia, como tú dices, que aquellos que son los administradores de las gracias sacramentales esten siempre dispuestos, como Cristo, a atender al Pueblo de Dios.
Triste, tengo que decir, que lastimosamente en mi país tenemos el mismo problema... no hay sacerdotes en los confesionarios... es más ya no existen en muchas de las Iglesias los confesionarios... en algunas Iglesias hasta hay que pedir "turnos" para la confesión, y así se van pierdendo muchas almas por el camino. Un gran abrazo desde Paraguay
ResponderEliminarYo también estoy convencida de que si los sacerdotes pasaran más tiempo en el confesionario (y un tiempo establecido que la gente pueda conocer) muchos más se confesarían.
ResponderEliminarYo paso con mi sacerdote casi todas las semanas aunque sea para hablar con él y que me ayude en las cosas que trato de mejorar.
Suscribo todo lo que dices, Angelo.
ResponderEliminarCuánto tenemos que rezar por los sacerdotes para que sean fieles a su ministerio...
Esta entrada se las trae, cierto es muy difícil conseguir un sacerdote para confesar. Generalmente están disponibles para ello cuando comienza una misa. Para mi es complicado estar en la fila del confesionario y prestar atención a la misa.
ResponderEliminarCuando llevaba dirección espiritual aprovechaba para confesarme, ahora debo buscar un dia de la semana para ir a una iglesia y durante la misa recibir el sacramento y muchas veces no puedo prestar atención a las lecturas por estar pendiente del turno y no demorar, ah!!! también he sentido a veces que son confesiones express, he pasado tiempo realizando mi examen y arrepentimiento y en un dos por tres, cuando menos lo espero ya he sido absuelta.¡ Madre mía! me voy repitiendo: es una confesión no una consulta. Pero es que de vez en cuando un consejo para desarrollar una virtud no está demás en una confesión. ¿O me equivoco?
Buenas tardes Ángelo. es cierto que tenemos todo el derecho de buscar esa intimidad en la confesión, cierto, tambien conviene hacer el ejercicio de meditar esa misma confesión en público en medio de la Iglesia a la que se pertenece y de la que pendemos como lastres cuando pecamos, los tesoros que desperdiciamos que Ella nos da y el daño que hacemos a los hermanos. Confesión secreta, sçi, son los secretos de Dios pero perdonados por medio de un ungido y en comunidad de santos.Un abrazo.
ResponderEliminarJo que rapapolvo, os quejais de vicio en Espagna, que hay una parroquia casi en cada pueblo y un cura conocido. Hay oportunidades y, creo yo, el evangelio esta llenito de gente que tuvo que hacer un exfuerzo improvo para acercarse a Jesus, es una prueba de fe.
ResponderEliminarCreo que muchas de las sensaciones que relatas son subjetivas. A mi me confiesan y me da igual que sea de pie, sentada, caminando, con seis delante (se le dice al cura y ya esta). se llama a la parroquia, se deja mensajes, se hace lo que tu hiciste, insistir. Eso tambien demuestra fe.
Bravo por los sacerdotes que ofrecen oportunidades gratis, extra, retiros, etc
Los hay santos
Tenemos que pedir a Dios más vocaciones , necesitamos más sacerdotes. Y orar para que sean Santos como Santo es Jesús. Pues también entre los sacerdotes hay de todo,por eso más intensas deben ser nuestras peticiones al padre. A mi también me ha pasado Angelo. Y salir llorando a pecho partido en una confesión como quien está espuesto en un escaparate. En las Iglesias de estructuras modernas, ya no se sabe ni donde tienes que ir para confesar, en fin, oremos que es lo mejor que podemos hacer y de vez en cuando como ahora tú dar un toque de atención que tampoco esta mal hacerlo de vez en cuando, más bien es necesario.
ResponderEliminarUn abrazo.
Lo que cuentas es verdad, pero también hay parroquias donde hay sacerdotes en los confesonarios 4 horas por la mañana y otras 4 por la tarde.
ResponderEliminarAquí en Madrid, hay de todo y por su orden, desde una parroquia donde consagran rosquillas (ha sido noticia), hasta monasterios donde la misa es cantada en gregoriano.
Creo que todavía en España, el que tiene verdadero interés en reconciliarse con Dios sabe donde tiene que ir.
Son tiempos difíles, ayudémoslos con nuestras oraciones.
Suscribo desde la primera palabra hasta la última de tu entrada de hoy.
ResponderEliminarVoy a confesar a una iglesia lejos de casa con un sacerdote que conozco y me conoce pero si quisiera hacerlo de otro modo sería algo menos que imposible porque los confesionarios siempre están vacios, en casi todos los lugares esta el cartel de que si quieres confesar avises en la sacristia o ese otro de "Horario de confesión: durante la Misa" y yo lo siento pero ni una cosa ni la otra me parecen bien porque la confesión es, la mayor parte de las veces, una emoción que se vive a solas con el Señor a través del sacerdote... un vaciarse de si mismo que no precisa ni de anuncios ni de distracciones sino todo lo contrario.Yo al menos, necesito vivir ese momento de forma solemne.
Un fuerte abrazo.
Angelo,como cada mañana eres parte de mi oración y hoy no te encuentro.
ResponderEliminar¿Estas bien?
Un cariñoso saludo de espera.
un abrazo fraterno en la oración para ti especial Angelo por todo tu trabajo por tu dedicación en este blog que nos llena el corazón y el espíritu.
ResponderEliminarun abrazo fraterno tambien para todos los hermanos que acudimos aquí a "beber", que dulzura de música en este amanecer del día.
Gracias Señor por la vida, por el amor que pones a borbotones en nuestros corazones,ayudame a amar como tu lo hiciste.
estáis en mi oración tambien. no os conozco físicamente pero estaís conmigo tambíen.
un abrazo.
Muy buen articulo. Gracias por tus sabias palabras, gracias por decir tan bien, todo lo que yo siento y pienso.
ResponderEliminarABRAZOS ENORMES
Totalmente de acuerdo Angelo, pidamos pues a Dios obreros a su mies y rogemos por todos los sacerdotes para que vivan intensamente su miniterio, un cordial abrazo.
ResponderEliminarSiempre llegadores tus mensajes. Dios te llene de bendiciones y sigue alentandonos con tus escritos.
ResponderEliminarTienes razón Ángelo, me he sentido igual más de una vez, pero también pienso como Mrs Wells.
ResponderEliminarSi hay que subierse a un árbol para que el sacerdote nos vea y nos confiese, se hace. Si nos tienen que ayudar cuatro y descolgarnos por un tejado para confesar, se hace. Si hay que moverse entre 5.000 personas y coger una barca para ir detrás del sacerdote, se hace.
Si hay que coger el coche y hacer 100 km y esperar un par de horas se hace, que para una muela lo hacemos, y más vale nuestra alma y la eternidad que una muela.
Era la Asamblea Diocesana Anual de la Renovación Carismática de Extremadura. Nos habían invitado varios de sus servidores por un curso de Evangelización 2000 que les habíamos dado. Mi amiga y yo queríamos de un modo especial ver al jesuita que formaba parte del equipo de este curso, y nos dijo que lo podríamos localizar siempre en un sitio bastante visible debajo de una gran escalera de caracol en el vestíbulo del gran local donde se celebraba la asamblea. Allí estuvo horas y horas, incluso mientras los demás comíamos; quizás era el mejor momento para alguien…; en realidad, Jesús estaba disponible las veinticuatro horas...
ResponderEliminarApenas pudimos hablar: si no estaba confesando, estaba orando, y sentíamos que no debíamos romper así como así el ambiente de Dios que había creado en ese sitio tan visible y recoleto a la vez.
Pasaron unos meses y llegó el verano. La tarde anterior al comienzo de la Asamblea Nacional siguiente (celebrada excepcionalmente en Valencia para coincidir con la Visita del Papa Benedicto XVI por el Encuentro Internacional de las Familias), varios servidores extremeños volvieron de la playa donde se había quedado este buen jesuita, montañero y bromista, para nadar un poco. La noticia pasó bastante desapercibida en medio de tanta actividad. Desapercibida como “podía parecer” su presencia en encuentros como el que vivimos mi amiga-hermana y yo, presencia esperando con el alba, la estola y la Biblia.
Buen deportista, se ahogó; desde el Cielo lo “reclamaron” en un abrir y cerrar de ojos como a otro “gran confesador” al que asocio en mi corazón, los dos al pie de los hombres y al pie de la Cruz, inseparablemente: Pablo Domínguez, ascendiendo un monte que conoció “por casualidad” el día anterior. Y respecto a Pablo, yo estuve mucho tiempo preguntándome las razones del “milagro del monasterio de Lerma”. Empecé a entender cuando supe que Pablo iba a acompañarlas y confesarlas y lo que hiciera falta no sé si semanal o quincenalmente (quien lo sepa mejor, que nos lo diga).
Estoy segura de que tantas confesiones como pudieron Pablo, mi buen amigo jesuita y tantos otros facilitar por estar siempre ahí, al pie del cañón, fueron buenos equipajes para presentar al Padre, amorosas colecciones de frutos llenos de esperanza, fe y caridad.
Con mi amigo jesuita -Ramón se llamaba- sólo me confesé una vez. En plan "Aquí te pillo, aquí te mato"; con él se podía, ya os he dicho. Fue en uno de los últimos cursos que dimos. Le conté el pecado que me angustiaba y quiso aligerar mi seriedad, el peso de dolor que yo sentía: esa mañana había dado una charla buscando más mi lucimiento personal que dar gloria a Dios. También le compartí la necesidad apremiante que yo estaba sintiendo de tener un director espiritual (a él le acababan de dar un destino demasiado lejano para comenzar una etapa así). No le pareció mi ofensa tan grave y quiso aligerar mi sufrimiento, pero yo no me conformaba y él estaba ahí y sabía que debía escuchar como escucha Dios, así que, muy respetuoso con mi dolor de los pecados, viendo sus posibles limitaciones y que debía ayudarme valorando desde Dios para poder darme Su Perdón, Le pidió una Palabra Suya y abrió la Biblia. Salió el “Banquete del rey caldeo Baltasar”. Conoceréis el pasaje, así que no hacen falta palabras… Ese día era el de la festividad del santo cura de Ars y, antes de recibir el Sacramento, le había pedido a Dios y a este santo patrón de párrocos que tanto confesó, que mi amigo sacerdote entendiera lo que iba a confesar y que encontrara el director espiritual que yo necesitaba. Fue una Confesión inolvidable para mí y creo que para el P. Ramón también: tras leer el pasaje de la biblia, me miró silencioso, sonrió y me dio la Absolución en Nombre de Dios, sí, el Perdón de Dios, no el de los hombres.
Y el director espiritual que pedí también llegó, en su momento llegó.
Al empezar a escribir, no pensaba compartir esto, pero ha salido. Que sea esto tan personal y todo para Gloria de Dios.
Besicos.
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