EL AMOR MAS GRANDE
Médico de profesión, periodista político y militante anticlerical, la historia de Félix Leuser está íntimamente ligada a la de Elisabeth Leseur, con quien se casó en julio de 1889.Fue prontamente conocido en el ambiente parisino de la época como editor de un periódico anticlerical y ateo. Había perdido la fe durante el periodo de sus estudios de medicina.
Isabel nació en París y desde muy joven se distinguió por su vida devota. A los 21 años se casó con Félix con la condición de que éste aceptara respetar su fe católica. Y Félix cumplió sólo por algún tiempo pues pronto comenzó a ridiculizar las creencias de su esposa y a dotar la biblioteca de casa con colecciones de libros que justificaban el ateísmo. A la campaña de corte intelectual-literario la acompañó también un ambiente frívolo de viajes y reuniones. Después de siete años, Elisabeth perdería también la fe.
Paradójicamente, la vuelta y refortalecimiento de Elisabeth en su fe vino por el camino menos pensado: Félix le regaló el libro Historia de los orígenes del cristianismo (de Ernest Renán, un autor que profesaba aversión al catolicismo) para rematar la obra de renuncia a la fe por parte de su esposa.
Elisabeth poseía una noble inteligencia, lo que la llevó a descubrir las falacias de los argumentos e indigencia de su fondo. La enorme cantidad de disparates y contradicciones de la obra la llevaron a desear conocer mejor su fe. Y así comenzó la reconstrucción religiosa de su vida: leyó a los Santos Padres, a autores místicos y, sobre todo, la Sagrada Escritura.
Oración y sacrificio.Desde entonces la fuerza de su amor a Dios y su confianza en Él fueron la mayor convicción y la piedra de impulso para ir adelante. Pronto vio la necesidad de convertir a su marido pero todo esfuerzo y razonamiento era inútil. A partir de entonces sus armas serían la oración y el sacrificio.
Después de una experiencia mística en 1903, durante un viaje a Roma, Elisabeth comenzaría a repetir esa unión mística con Dios cada vez que recibía el Cuerpo de Cristo. En no pocas ocasiones tuvo que privarse de recibir la Eucaristía por las objeciones de su marido. De este periodo son las numerosas cartas que Elisabeth escribió así como su diario espiritual.
Es en ese diario donde Isabel reflejaría el sufrimiento experimentado durante ese periodo, el cual fue redimensionado por la fe: “el sufrimiento es la forma más elevada de acción, la más alta expresión de la maravillosa comunión de los santos; en el sufrimiento será útil para los demás y para las grandes causas que uno anhela servir”.
Elisabeth enfermó de cáncer de mama y murió en 1914, con sólo 48 años de edad. En el diario escrito en 1905, Elisabeth predijo la conversión de su marido. Sobre este periodo diría luego el mismo Félix: “Me llamó la atención ver cómo tenía un gran dominio sobre su alma y su cuerpo… soportó con ecuanimidad la enfermedad”.
La conversión.Tras la muerte de su esposa, Félix decidió escribir un libro contra los milagros de Lourdes. Nunca llevó a cabo el despropósito pues visitando Lourdes tendría la primer experiencia que le haría considerar seriamente su postura ateísta.
En una nota dirigida a él, Félix leyó las siguientes palabras de su esposa el mismo año 1914: “En 1905 le pedí a Dios todopoderoso que me envie sufrimientos para comprar tu alma. El día que me muera, el precio habrá sido pagado. No hay amor más grande en una mujer que ésta abandone la vida por su esposo”.Primero calificó el escrito como el de una mujer fantasiosa. Tres años después, Félix volvía al seno de la Iglesia en la que había sido bautizado. En 1919 se hacía religioso dominico y, en 1923, era ordenado sacerdote.
“Después de la muerte de Elisabeth –refiere el padre Félix Leseur en el prólogo al Testamento espiritual de su esposa–, cuando todo pareció derrumbarse a mi alrededor, me encontré con el Testamento Espiritual que había escrito para mí, y también con su Diario. Leí y releí y una revolución se llevó a cabo en todo mi ser. Allí descubrí que Elisabeth había hecho con Dios una especie de pacto, comprometiéndose a cambiar su vida por mi regreso a la fe. Me acordé de que un día ella me había dicho con absoluta seguridad: ‘Me moriré antes. Y cuando yo me muera te convertirás; y cuando te conviertas te convertirás en una religioso’”.A lo que añade: “Y así de su Diario percibí con claridad el significado interno de la existencia de Elisabeth, tan grande en su humildad. Llegué a apreciar el esplendor de la fe de la cual yo había visto los efectos maravillosos. Los ojos de mi alma se abrieron. Me volví hacia Dios, que me llamó. Le confesé mis faltas a un sacerdote y me reconcilié con la Iglesia”.
Cristo dice en el Evangelio que “no hay amor más grande que el de aquel que da la vida por sus amigos”. Y en buena medida, el amor esponsal es una amistad sublimada por el amor más grande. El ejemplo de Elisabeth y los frutos en la vida de Félix ponen de manifiesto la belleza y actualidad del mensaje cristiano.
Jorge Enrique Mújica. LC
22 comentarios
Un gran testimonio. Los caminos del Señor son siempre sorprendentes. Un saludo
ResponderEliminarNo conocía esta historia. Interesante ver los caminos por los que Dios nos lleva. Muy curiosa la vuelta a la fe de Isabel, después de leer un libro que pretendía todo lo contrario...
ResponderEliminarEstupendo testimonio!
ResponderEliminarTampoco yo lo conocía
Angelo, es precioso. Me ha encantado esta hermosa historia de salvación en este matrimonio. Como siempre, los caminos del Señor no son nuestros caminos. Ella lo tenía bien claro: "con las armas de la oración y el sacrificio". Qué bien supo dónde nace la vida. Un abrazo
ResponderEliminarUn testimonio muy claro que me enseña cómo podemos conseguir TODO de Dios a cambio de todo.
ResponderEliminarTengo una duda que sé que es difícil de contestar. ¿Por qué son necesarias las almas víctimas para ofrecerse en holocausto por los demás? ¿No fue suficiente la redención de todos por Jesucristo?. Personalmente supongo que formando parte del cuerpo místico de Cristo no solo nos beneficiamos de la gloria de Dios sino que compartimos su sufrimiento. El Señor nos presta la cruz para posteriormente saborear la gloria de la resurreción.
ResponderEliminarAunque no deja de ser un misterio.
En la Gloria tendremos toda la enternidad para entender esas cosas.
Preciosa historia Angelo.. debo de estar muy sensible porque me ha hecho llorar.. un abrazo.
ResponderEliminarBruce, Dios nos da la oportunidad de que hagamos unos por otros lo que Él ha hecho por nosotros.
ResponderEliminarEl no necesita nada, ni nuestro dolor, ni nuestro sufrimiento.
Él nos da la oportunidad de participar en todo con Él, ¿no es eso el Amor? Cuando se ama todo es poco para dárselo al Amado.
Las almas víctimas se han ofrecido haciendo uso de su libertad. O sea lo han elegido libremente después de haber sido llamados. El dolor así aceptado es dulce, muy dulce pues hacer la voluntad de Dios plenifica.
No todos están llamados a ser víctimas.
El dolor por el dolor es un absurdo, además que puede llevar a la vanidad y cosas peores.
Un abrazo.
Pues yo tampoco conocía esta historia pero mira por donde que creo que es el mismo Dios el que la ha puesto en mi camino a traves de Angelo para mantener mi Esperanza y para saber que he de amar mas
ResponderEliminarSomos sus criaturas, somos libres y eso nos hace muy contradictorios, pero llega el día menos esperado y ese SER que nos ama en nuestro desamor nos infunde un soplo vivificador que nos hace revivir.
ResponderEliminarBonita historia Angelo.
Un fuerte abrazo.
Juanlu Siempre se encuentran testimonios que aunque tengan el mismo contenido, siempre nos pareceran novedosos. Yo así lo experimento. Gracias por tu visita. Un abrazo
ResponderEliminareligeEs la llamada de Dios, que en la mayoría de ocasiones , ni sabemos cuando llega, ni como. Como decía a Juanlo, siempre nueva, siempre sorprendente. Un beso
Don JoanMe alegra mucho su visita. Gracias. Un buen ejemplo del amor matrimonial. Entrega y sacrificio. Un abrazo
PatriciaIgual que Santa Mónica con su hijo, el gran San Agustín.Los frutos de la oración y el sacrificio. Gracias por entrar. Un beso
Una madre agradecida Nadie gana a Dios en generosidad. Siempre nos sorprenderá, siempre nos dará más de lo esperado. Un beso fuerte
BruceSiempre se trata de un acto de amor hacia el prójimo. Recuerdo que cuando tirotearon a Juan Pablo II, fueron muchos los que ofrecieron su vida por su salvación. Más tarde se conocieron testimonios de algunas almas en las que Dios sí aceptó esta ofrenda. Algunas historias llenas de gran belleza.
En San Maximiliano Kolbe, encontramos otro ejemplo de amor al prójimo. Siempre es el mismo ingrediente en todos los casos. AMAR.Un fuerte abrazo
mrs.wells Contento de verte por aquí de nuevo.. Nada como el ejemplo de los demás para alentarnos y convencernos de que amar, hasta dar la vida por los demás es posible. Gracias por tu visita. Un beso
Armando Muy hermoso lo de que Dios nos ama en nuestro desamor. Me ha gustado la reflexión. Muchas gracias. Un abrazo
Mª Teresa A mí todas las historias donde el amor es protagonista no me dejan insensible y a menudo el llanto me acompaña.
¡Amamos!¡O lo intentamos! Un beso.
Hermoso post, gracias.
ResponderEliminarUn abrazo
En los iniciados en la espiritualidad (fe) no vale nada todas las celebraciones sacramentales (Eucaristía, penitencias) y oraciones, sino no se corresponde con un esfuerzo sincero y real de lucha contra las propias apetencias y apegos carnales.
ResponderEliminarAl decir no vale nada, quiero significar que lo uno sin lo otro queda incompleto y no tiene efecto porque no se corresponden, señal de que no sale de dentro y, por lo tanto, no se hace bien. Queda anulado (cómo podría pasar en un matrimonio) y la Gracia no circula en las debidas condiciones.
Pero, cuando ocurre que hay un binomio fe-oración-obras (ayunos-sacrificios), el efecto es imparable y, poco a poco, el yugo se hace más suave y la carga ligera.
Es el caso de Elisabeth, los frutos aparecen porque el árbol tenía la savia fresca del abono bien amasado con el estierco apropiado (miserias aceptadas libremente y ofrecidas con ayunos y sacrificios).
Al avanzar por esos caminos de verdad, la relación íntima con el SEÑOR se hace natural, instintiva, como si de respirar se tratara. Y el gozo prevalece al ayuno, al sacrifico, al darse, a todo... Es el amor entroncado en el Árbol que reverdece y da frutos.
Un fuerte abrazo.
Hola Angelo: yo tampoco conocía la historia y creo que es un acto de amor muy grande, similar al de el propio Jesús. Y es porque al participar de su vida, participamos de su muerte y resurrección. Y como dice Salvador la fe sin obras, sin darnos completamente, no llaga a nada. No todos estamos llamados a esos extremos, pero bien es cierto que hay muchas pequeñas cosas , muchos pequeños sacrificios personales, que podemos hacer para que el amor crezca.
ResponderEliminarUn abrazoa todos y que Dios nos guarde.
Dios nunca defrauda, nunca nuestros ruegos ni ninguna de nuestras acciones caen en saco roto.Un abrazo
ResponderEliminarA veces los hombres no creen en DIOS, pero DIOS no deja NUNCA de creer en nosotros y este IMPRESIONANTE Y EMOCIONANTE (hasta la lágrima) testimonio es un buen ejemplo de ello. FUERTE, FUERTE ABRAZO.
ResponderEliminaroFF ...: ¿que tal Rosy?, espero que ya más restablecida. MAS ABRAZOS.
Recuerdos de Antonio para ALVARO (esperamos volvernos a encontrar en breve)
Como cada vez que visito este sitio -aunque sea de tan lejos como Uruguay- encuentro algo valioso.
ResponderEliminarAhora venía de quartier latin donde vi su comentario.
Saludos y gracias.
j.a.varela
Hermosa historia Ángel. Gracias por su publicación.
ResponderEliminarImpresionante...
ResponderEliminar¡¡Cuántas maravillas hace Dios en sus criaturas!!
Lo desconocía por completo, pero lo voy a dar a conocer, porque hará mucho bien.
Un abrazo.
Balbi.
Que hermoso post Angelo! Que Amor mas grande!
ResponderEliminarSimplemente no tiene limites, es lo mejor y mas bello que nos a entregado Dios. Que suerte tenemos Angelo y que pocas veces nos damos cuenta.
Un fuerte abrazo.
Impresionante!!. No lo conocía.
ResponderEliminarEl poder de la oración es tan grande que estamos en condiciones de salvar el mundo. El problema es ser capacesd de orar con fe.
Un abrazo
Como tantas,no conicía y me ha sorprendido enormemente,precioso testimonio Angelo.
ResponderEliminarUn cariñoso saludo.
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