Resulta tremendamente triste y alarmante (al menos para mí) comprobar que estamos llegando a un punto donde ya dudamos de todo. Nos cuesta discernir si la información que recibimos es veraz o embadurnada de falsedad, obligándote a contrastar si los titulares que vociferan los medios de comunicación corresponden a la realidad. La mentira se ha instalado como compañera habitual de nuestras vidas, y es aceptada cada vez más como apoyo de nuestros intereses. Me da la impresión que se cree antes a los que la utilizan que a los que defienden la verdad con argumentos. 

Las redes sociales se llena de las llamadas “ fake news”(falsa noticia) cuyo objetivo es la desinformación, distorsionadas especialmente creadas para parecer noticias legítimas ¿Por qué hay gente interesada en difundir noticias falsas ?

El propósito de las “fake news” puede ser esparcir "rumores", crear tensión y desconfianza, interferir en asuntos políticos y controlar la opinión pública. Los titulares y el contenido están diseñados para provocar emociones y opiniones, de modo que las personas puedan compartirlas. Y esto se vuelve especialmente efectivo cuando celebridades, políticos y otros perfiles con una gran red de seguidores comparten estas fakes news.

Una vez que se publican, pasan a ser de dominio público. Y cuando eso sucede, pueden ser difíciles de refutar. Los artículos con noticias falsas se pueden utilizar como fuente, incluso si la información contenida en ellos es falsa. Y parece que el mundo periodístico ha caído también en su engaño ofreciendo titulares que una vez contrastados, aflora la gran manipulación y mentira montada sobre la noticia ofrecida.

Las noticias falsas las difunden las partes que quieren fortalecer su posición, debilitar a sus oponentes o ambas cosas. Es impresionante que cualquier información se pueda difundir por todo el mundo al instante desde cualquier lugar. Es como la chispa diminuta que puede hacer encender el fuego en un santiamén, causando estragos a veces insalvables.

Uno de los efectos más graves de las noticias falsas es que ha dañado la credibilidad de las fuentes de noticias. Todo se puede señalar como fake news. De esta manera se ha vuelto más difícil reconocer qué es realmente cierto y qué no lo es. A veces, aunque no sea en sí una noticia falsa, sí tiene un titular exagerado que puede llamar a engaños. 

En muchos casos, la verdad se ha vuelto menos importante a medida que las creencias y opiniones se apoyan y mejoran con noticias falsas. Títulos que no reflejan los artículos, o incluso citas extravagantes, que ponen palabras o frases enteras en boca de quienes nunca las han pronunciado. Los titulares tienen vida propia y diría que poder de convicción. Muchas veces el titulo dice lo contrario de lo que se ha dicho. Cómo decía al principio la mentira se cuela de forma sutil en nuestra vida diaria.

La desinformación y el periodismo de mala calidad siempre ha existido, pero lo de hoy día con las redes sociales es vergonzoso. Y ojo, las fake news engañan no solo en el contenido, sino también en la forma en que afectan nuestros prejuicios y nuestras predisposiciones. Lo más preocupante para mí, es que han entrado en este engaño hasta los políticos y "otras altas jerarquías" que hacen declaraciones al instante sin haberse molestado sus asesores en contrastar la noticia real, les basta un titular para mostrar su enojo o alabanza según les convenga.  Titulares la mayoría de las veces “escandalosos” que cuando hurgas en las palabras reales, descubres que nada tiene que ver con lo expresado.  Estamos cayendo también nosotros en el error de juzgar y aceptar a través de titulares sensacionalistas.

Se cuenta que S. Felipe Neri (1515 – 1595) dio una extraña penitencia a un novicio que era culpable de difundir rumores maliciosos. Le pidió que llevase una almohada de plumas a la parte alta del campanario en un día de vendaval y soltase las plumas al viento. Y que luego bajase de la torre y recogiese todas las plumas que se habían desperdigado por la lejana campiña, volviéndolas a poner en la almohada. Desde luego que el novicio no pudo hacerlo y éste era precisamente el punto que Felipe quería hacer acerca del gran mal que hace difundir escándalos. La maledicencia y la calumnia tienen la capacidad de difundirse como el viento en todas direcciones y, una vez soltadas, nunca pueden ser completamente recogidas.

Incluso cuando las acusaciones son demostradas como claramente falsas, la reputación de aquellos falsamente acusados conserva una mancha perdurable. Verificar toda la información no es un asunto trivial y requiere tiempo y recurso y es de justicia. Tendríamos que acostumbrarnos a ello, porque si no también nosotros caemos en sus garras comentando con los cercanos “titulares engañosos” que acabamos aceptando como verdaderos y vivir en un mundo donde se acepta la mentira y el engaño en ponerse bajo la protección del que desde tiempos inmemoriales se define como “padre de la mentira” . Quien tenga oídos para oír que oiga…

Necesitamos un periodismo confiable y preciso que pueda educar a la población, pero algunos se han abierto a las conspiraciones y desinformación. Ya no controlan, el acceso a la información, las redes sociales y otras plataformas les han comido terreno con lo que aumenta el riesgo  de convertirse en engañosos cuando no falsos (fakes) por esta lucha de estar en el podio informativo.

A este propósito y a sabiendas que entre mis lectores hay verdaderos cinéfilos, aprovecho para aconsejar dos películas que podrían venir a cuento . Una es “La caza”  del año 2012 dirigida por Thomas Vinterberg y la otra “La duda” del año 2008 dirigida por John Patrick Shanley.

Acabo con unas palabras de Shakespeare que me parecen apropiadas para el tema tratado hoy en este post.

"Quien roba mi bolsa, roba basura, era algo, nada; era mía; es suya, y ha sido esclava de miles; Pero aquel que me arranca mi buen nombre, me roba aquello que a él no le enriquece, y me hace a mí de verdad pobre".