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Acepciones : ¡¡ Cojones!!



Ayer fue mi cumpleaños vuelvo a cambiar de década, entro en los 60 a Dios gracias. Ya estoy acercándome a lo que dice el salmo 90 : “ Aunque uno viva setenta años,  y el más robusto hasta ochenta, la mayor parte son fatiga inútil,  porque pasan aprisa y vuelan”. (salmo 90,10). Cada año que se cumple es un motivo de agradecimiento por lo vivido y por la oportunidad de lo que aún se pueda ofrecer. En ese camino de optimismo hoy se me ocurrió presentar un post con toques de humor. A ver si logro sonsacar alguna sonrisa de esas que hablaba la semana pasada.

Hablando en familia sobre el tema de las tecnologías y de los hábitos que se van abandonando surgió un debate centrado en la lectura y la escritura. Entre los comentarios puestos en común, coincidimos que de seguir así, pronto los niños no sabrán escribir de puño y letra y la lectura de buenos libros, cada vez se quedará mas arrinconada en sus prioridades.  Les conté la anécdota de mi amigo Cefe, que regenta una floristería, en la que me compartía que se había encontrado a más de un joven que a la hora de escribir la tarjeta dedicatoria para el ramo de flores adquirido, le habían pedido a él que lo escribiera, alegando su mala letra y su poca costumbre de escribir. Espero y deseo que este tipo de anécdotas sean escasas  y no perdamos la esperanza de que seguiremos disfrutando de preciosas caligrafías y excelentes lectores.

He hablado muchas veces de mi gran maestro en esto de los Blogs que fue Arcendo q.e.p.d un excelente escritor y ávido lector. Me guardé varios de sus post , entre ellos uno que hablaba sobre la riqueza de la lengua, de forma especial la nuestra, el castellano. Lo hizo con humor, así que hoy me apetece compartirlo con todos vosotros, esperando sea leído en ese ambiente jocoso que pretendo manifestar hoy ante  esta nueva década que inicio. 

Ahora que, casi estamos a tiro de piedra de los exámenes estudiantiles, a uno que es muy responsable con los hijos, se toma muy en serio eso de repasar una y otra vez los temas que antaño me daban tanta lata.

Confieso que siempre fui de letras, eso de los números para mí, siempre fue una tortura; así que también he de confesar que cuando toca repaso de mates, procuro escaquearme dejando a mi santa mujer la ardua labor de cuentas y problemas; yo me quedo con la historia, la lengua y la literatura; ¡que le vamos a hacer!, uno siempre tiene sus debilidades.

Pues bien, el otro día repasando con el pequeño eso de las palabras compuestas, las homófonas, las sinónimas y las derivadas, me di cuenta una vez más, del gran tesoro de nuestra maravillosa lengua castellana, y permítanme ustedes que les diga, que me puse a divagar sobre una palabra común para algunos, ordinaria para otros…, pero tremendamente usada y conocida. Porque, no me negaran que un ejemplo inigualable de la riqueza de nuestro maravilloso lenguaje es el número de acepciones de una simple palabra que hace referencia, nada menos que, a los atributos masculinos: "los cojones".

Es curioso observar, que si va acompañado de un numeral, tiene significados distintos, según el número utilizado.

Así, "uno" significa caro o costoso (valía un cojón),

"Dos" significa valentía (tiene dos cojones),.

"Tres" significa desprecio (me importa tres cojones).

Y un número muy grande y par significa dificultad (lograrlo me costó mil pares de cojones).

El verbo también cambia el significado sustancialmente:

"Tener" indica valentía (aquella persona tiene cojones), aunque en admiración puede significar sorpresa (¡tiene cojones!),

"Poner" expresa un reto, especialmente si se pone en algunos lugares (puso los cojones encima de la mesa),

"Tocar" indica paciencia (¡no me toques los cojones!).

El tiempo utilizado TAMBIÉN cambia el significado:

El tiempo presente indica molestia o hastío (me toca los cojones).

El reflexivo significa vagancia (se toca los cojones).

Y el imperativo significa sorpresa (¡tócate los cojones!).

Los prefijos o sufijos modulan su significado:

"a-" expresa miedo (acojonado).

"Des-" significa risa (descojonado).

"-Udo" indica perfección (cojonudo).

Y "-azo" se refiere a la indolencia o abulia (cojonazos).

Las preposiciones matizan la expresión:

"De" significa éxito (me salió de cojones) o cantidad (hacía un frío de cojones).

"Hasta" expresa el límite de aguante (estoy hasta los cojones).

También es importante el tamaño y la posición (tiene dos cojones grandes y bien plantados); sin embargo, hay un tamaño máximo (tiene los cojones como el caballo de Espartero) que no puede superarse, porque indica lo máxima.

Así mismo, la interjección ¡cojones! significa sorpresa, y cuando uno se halla perplejo los solicita, (¡manda cojones!)

En resumen, será difícil encontrar una palabra en castellano o en otros idiomas con mayor número de acepciones.

Además no me negaran que es sin duda una palabra ideal para describir los distintos acontecimientos con los que sin duda nos tiene acostumbrados este desgobierno:

Hasta aquí, mi peculiar reflexión, la que me obliga a pedir perdón a mi inteligente y educada parroquia por tanto desatino lingüístico, pero hoy la cosa me salió así, entre humorística y cabreada…, mañana seré más bueno…


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6 comentarios

  1. ¡Vaya post más cojonudo!

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  2. Buenísimo de verdad ..Ángel felicidades por tu cumpleaños .

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  3. Jajajajaja. Aquí en Valencia, parece más fino collons i bien redons, una versión más de eso. O sea cuando estás hasta las mismas narices. Felicidades.

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  4. Hay que ver lo que puede dar de sí una sola palabra, creo que esto sólo ocurre en España y me encanta. Mi marido cuando cuando le gustaba mucho algo de comer siempre decía está "cojonudo" (con perdón)Saludos

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  5. Creo que te felicité en Facebbok pero cómo no estoy segura MUCHAS FELICIDADES. La década de los 60 es maravillosa ya lo verás.

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