Existe un proverbio atribuido a Lao-Tse que dice: “Hace más ruido un árbol que cae que un bosque que crece”, basta poner la televisión, la radio o echar una ojeada a las redes sociales para comprobar que vivimos hipnotizados con ese árbol que cae, él reclama toda la atención. El mal y sus consecuencias en todas las variedades y circunstancias que en esta sociedad contemplamos cada vez más inconmovibles, nos hace creer que el mundo solo nos habla de caídas, muerte y escándalos y no nos percatamos de toda la vida y bien que nace a nuestro alrededor. Hoy me gustaría alejarme de ese árbol caído y detenerme en ese precioso bosque que crece y disfrutar de tantos árboles que se mantienen en pie.

Nos olvidamos que el mundo crece, que damos pasos de gigante con la ciencia y la medicina pero nos detenemos en esos avances olvidándonos de lo que realmente importa: las personas. ¡Hay tantos árboles creciendo!... Cada día nacen miles de bebés, existen personas que se desviven ayudando a los demás, tantas parejas que se aman de verdad, familias unidas y solidarias, personas aceptando con serenidad y confianza su penosa enfermedad, tantos hombres y mujeres que ofrecen su vida entera para atender a los más necesitados y de los que nadie hablará nunca. Gente que vive de forma coherente y entregada a su vocación en la vida, sea la que sea, los que no escandalizan, ni estafan, ni se dejan corromper. Pero seguimos centrados en el árbol caído…

No tengo duda que existen las buenas personas, creo que hay gente solidaria, creo en aquellos que dan sin esperar nada a cambio, en todos aquellos que se empeñan en crear un mundo mejor. Veo a personas que se esfuerzan y siguen el camino marcado. Pero solo excepcionalmente se hablará de ellos en las noticias.

Yo quiero ser ese árbol que crece, alejarme de los que caen y se rinden, continuar difundiendo el mensaje de esperanza en ese mundo mejor que todos anhelamos. Crecer sin ruido, ofrecer el oxígeno que contrarreste la contaminación generalizada en jóvenes y mayores , que la honestidad, el respeto a la dignidad de cada persona, el amor, sea mi mayor inversión .

A nuestro alrededor hay un estruendo continuo de árboles que caen, a veces arrastrando a otros "árboles" inocentes con ellos. ¡Pero no puedo y no quiero demorarme para ver solo esta parte del mundo! Es cierto, es una parte ruidosa, que causa sensación, llama la atención. Pero deja cada vez más triste y empobrecido. Estoy convencido de que siempre hay uno en la historia y en nuestro presente.

Siempre hay un bosque que crece, mucho más bello y positivo, lleno de esperanza incluso en los momentos tristes y difíciles. Es este "bosque" el que quiero aprender a descubrir, en mi vida, en mis experiencias, en mis relaciones, trabajando para apoyar su voz. Y también quiero contarlo y compartirlo. Porque no creces solo, sino dentro de un bosque: un bosque lleno de diferencias y variedades, de diferentes tiempos y formas, pero todos creciendo juntos. Descubrámoslo todos los días y, sobre todo, comprometámonos a formar parte de él. Es nuestra forma de alimentar la esperanza.

Aunque seguiré estando invadido por noticias negativas, optaré por buscar lo positivo y la vida en todo aquello que no muere. Si aprendemos a mirar con buenos ojos la vida que nos rodea, si tenemos el coraje de ir contracorriente de esta sociedad que parece optar por la muerte, la aniquilación, la manipulación de las mentes, la mentira, el engaño, en una palabra el egoísmo y el hedonismo reinante, si de verdad nos empeñamos en vivir de forma coherente todos los valores morales y humanos que nos enriquecen, crearemos un bosque precioso de árboles firmes y frondosos.