Uso cookies para darte un mejor servicio.
Mi sitio web utiliza cookies para mejorar tu experiencia. Acepto Leer más

En el silencio


Sigo queriendo escribir en esta Semana tan especial para todos los cristianos, donde una vez más intentamos reconducir nuestra posible lejanía de Dios a ese “Volved a mi” que hace unas semanas os comentaba del profeta Joel. Solo hay una manera de ir a Dios y es conociéndole y  sabemos que eso se consigue a través de las escrituras y en la oración, en ese trato y encuentro donde Él nos va hablando. ¿He dicho hablando?...

Cuantas veces habremos escuchado aquello “del silencio de Dios”, que Dios calla, que no habla, sin embargo, todo el que se embarca en la vida espiritual bebiendo de sus fuentes, sabe y experimenta que Dios habla.

Podríamos pensar que los “que no le oyen” es porque eso de rezar, ni siquiera se ha intentado, y cuando lo han hecho pues a lo mejor no ha sido de la mejor forma. Para escuchar la Palabra de Dios y acogerla hay una condición indispensable y es la de la humildad, la disposición a escucharla. Los que “queremos oírle” y que más de una vez lo hemos escuchado, tenemos que aprender a saber transmitirlo para que otros lo deseen. 

La oración viene a ser una continua y maravillosa retroalimentación, en la que nuestra voluntad es indispensable para que suceda. Sin olvidar que todo es don, incluso los deseos de orar es un regalo que debemos tener siempre presente. Pero en esto tenemos que ser como los niños, no cansarnos de pedirle este regalo. Eyyyyy , pero de verdad como los niños hacen, ¡con insistencia!

Cuando se entra en el mundo de la oración, los santos que han escrito sobre ella, nos aconsejan y advierten que no es una línea plana, sino que tiene subidas y bajadas que si no las compartimos con alguien experimentado (en este caso un director espiritual por ejemplo) podemos acabar abandonándola, porque no sabemos interpretar ese aparente silencio que Dios decide ofrecer. Pero Dios, trabaja en ese encuentro, quiere moldear todo aquello que nos aparta de Él y quiere porque nosotros le dejamos. A veces nos deja a nosotros explayarnos, desahogarnos, exponerle nuestras cosas… y él permanece callado, oyendo. Tarde o temprano si hemos sido fieles y pacientes en ese encuentro siempre se deja sentir, ¡habla! y los que intentamos vivir la vida de oración, sabemos cómo nos habla. ¡Dios nos habla en el silencio del Corazón!, como decía San Agustín.

Yo cuando voy a la oración lo primero que hago es ser consciente de lo que San Juan nos dice "Nosotros amamos a Dios, porque él nos amó primero" Jn4,19 . O sea que es Él el que ha deseado ese encuentro. Entre mis notas sobre citas tengo una de un testimonio cuyo autor desconozco   que podría acompañar esta afirmación: "Yo busqué a Dios durante treinta años; yo creía que era yo quien lo deseaba, pero no, era él quien me deseaba a mí".  Me recordaron aquellas otras que San Agustín nos hace en sus confesiones : “¡Tarde te amé, hermosura tan antigua y tan nueva, tarde te amé! y tú estabas dentro de mí y yo afuera, y así por de fuera te buscaba; y, deforme como era, me lanzaba sobre estas cosas que tú creaste. Tú estabas conmigo, pero yo no estaba contigo. ". El buscar a Dios lleva consigo el esforzarse por cambiar el corazón, por desear y perseguir toda clase de bondad. 

Hoy estamos bombardeados por tantas palabras, rumores, criticas, sospechas… Si queremos entrar en la oración tenemos que descubrir o redescubrir el silencio. Encontrar a ese Dios dentro de nosotros como nos explicaba San Agustín.  En el ruido es difícil escuchar a Dios. Es una especie de feedback . Mientras más recibimos en la oración silenciosa, más podremos dar en nuestra vida activa. Dios siempre escucha y contesta; no según nuestros gustos, sino por nuestras verdaderas necesidades. La buena oración, es la que más abandonada está en la confianza en su paternal voluntad. "Hágase tu voluntad", esa es la lección suprema que nos da Jesús.

Sí el silencio de Dios , ese que el mundo le critica "¿ por qué sufren los niños? ¿Cómo me explicas esto? ¿Dónde encuentras una palabra de Dios que lo explique?" Me viene a la mente la película “La Cabaña” del año 2017 dirigida por Stuart Hazeldine, donde plantea muy bien este silencio de Dios, por eso os la recomiendo vivamente, porque hay respuestas en ella que pueden ayudarnos a entender…

Dios sabe más...,  pedimos porque tenemos necesidad. Pedimos porque somos pequeños y no tenemos nada. Pedimos porque tenemos miedo, porque no sabemos, pero a Dios.... hay que dejarle hacer. Nos da las cosas -que convienen-, en el instante justo y a veces..., casi sin pedírselo. El amor de Dios es un amor que se adelanta a la espera y a la necesidad del hombre. La paz, la tranquilidad absoluta..., no llega, no me va a llegar por saber -lo que va a pasar con este momento concreto de mi vida- sino cuando yo aprenda a descansar en la providencia amorosa de Dios... En eso estoy, a eso quiero llegar, eso pido.

Comencemos a labrarnos un espacio de soledad todos los días para encontrarnos cara a cara con Dios en la oración. Pidamos en esta Semana Santa, saber penetrar en ese "aparente silencio" de Dios, el mismo Jesús lo experimentó en Getsemaní. Contemplando a ese Jesús que llega a sudar gotas de sangre en su angustia y que acude al Padre para ser consolado. Aprendamos lo que significa confiar , esperar , ofrecer y aceptar aquello que en la oración recibimos. En silencio...


También puede gustarte

3 comentarios

  1. Gracias, estimado Ángel, cada vez que te leo, siento un aire fresco que lo envuelve todo.
    Me encanta leerte, meditar cada texto y desde mi alma, te agradezco por compartirlo.
    Comienza la semana y es necesario el silencio.
    Cuando uno se busca a sí mismo adecuadamente, lo que acaba encontrando es el mundo. En verdad, yo no cambio jamás, o cambio muy poco, pero cambia el modo en que me enfrento conmigo misma, y eso es capital.

    Debes vaciarte de todo lo que no eres.
    Con cuántas personas estamos y con qué pocas somos!!!
    Dios te abraza para que tú abraces a otros.
    Mi abrazo inmenso, hoy y siempre. Gracias!!!

    ResponderEliminar
  2. Ha sido muy reconfortante leer hoy tu entrada ya que llevo una temporada más bien fría en mis oraciones y necesito un cambio.Saludos

    ResponderEliminar

Te invito a dejar tu opinión .Sepamos ofrecer lo mejor de nosotros. Bienvenida la crítica, acompañada siempre de la cortesía.