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Corregir errores


El llanto del alma es un dolor indescriptible, sin fin, que se vuelve más fuerte y más sincero si no se lo escucha, como el llanto de un niño. No solo mi alma llora. Toda la humanidad llora con lágrimas en los corazones, sin palabras, y no encuentra consuelo sino solo ruido, evasión, desesperación. El sufrimiento se manifiesta en el cuerpo y en la mente, pero es el alma la que llora y pide respuestas a sus necesidades. Pero … ¿Quién escucha hoy el llanto del alma? ¿Quién entiende sus necesidades? quien la consuela? ¿Quién lo ayuda a lograr su misión irremplazable?

El alma se alimenta del silencio, la luz, la verdad, la intimidad amorosa, y llora desesperadamente porque muere de hambre. Permanecer sordo al llanto del alma lleva a la muerte y una cultura de la muerte hoy reina.

Los actos de "locura ordinaria" que la crónica registra todos los días son el grito desesperado del alma hambrienta. El aumento de estos actos nos hace comprender que el estado de alienación en el que vivimos ya no es compatible con el grado de desarrollo requerido del alma humana. Vivir en un estado escaso, paranoico, inconsciente de sí mismo, ahora causa un dolor intolerable, te vuelve loco, y las personalidades más frágiles 'actúan' una locura que en realidad pertenece a todos.

Reconocer la sombra, el abismo del mal que habita en nosotros, retirar las proyecciones que hemos hecho sobre los demás, integrar las partes divididas, es un proceso terriblemente doloroso que se expresa en síntomas depresivos. La depresión, el mal oscuro de nuestra época, expresa un nivel de mayor integración y conciencia de uno mismo: es el momento en el que, cuando las ilusiones y las máscaras caen, uno encuentra la verdad de uno mismo. Todo el andamiaje fundado en la nada se derrumba ruinosamente fuera y dentro de nosotros.

Sin embargo, el oscuro túnel de la depresión no es un fin en sí mismo, pero puede convertirse, si nos permitimos ser tomados, en un camino de luz que nos devuelve al "hogar", al lugar de amor y paz donde finalmente sabemos quiénes somos. La depresión, como una fase de reentrada en sí misma, corresponde a la necesidad de la verdad del alma humana. La experiencia de ser amado en la verdad de lo que se devuelve al alma es su integridad original, alegría y paz.

Resistir este proceso evolutivo, tratar de suprimir los síntomas depresivos sin escuchar el grito del alma, sus necesidades de iluminación, amor, verdad, agrava el mal- sea el alma humana y el llanto se vuelve más sentida.

Hoy aprovechando el tiempo de vacaciones donde podemos adentrarnos un poco más en la lectura, quiero detenerme en el libro que he aconsejado este mes y que podéis ver en la columna de la derecha. Lo encontré en la biblioteca de mi casa, diría que “por azar”, lo debí comprar en el 2012 y ahí estaba en la estantería reclamando su atención para que le echara un vistazo y cuando me topé con él, caí en la cuenta de que no lo había leído. Me ha parecido interesantísimo  ameno y pedagógico porque trata un tema del que no se escapa nadie. ¡El sufrimiento! . El autor es psiquiatra y profesor de psicopatología, Javier de las Heras. El título del libro: Ya no sufro más.

Dice en su contraportada: ¿Piensas que vivir es sufrir?, ¡que no eres capaz de controlar tus sentimientos? Todos sufrimos muchas veces a lo largo de nuestra vida, pero la mayoría de esos sufrimientos son excesivos o innecesarios. Algunas personas muy sensibles tienden a sufrir demasiado; otras se preocupan por todo o se adelantan negativamente al futuro.

Javier de las Heras nos explica cómo podemos aprender a disminuir nuestro sufrimiento. Nos enseña a modificar todo lo que nos lleva a sufrir de forma exagerada o innecesaria, a afrontar mejor lo cotidiano, a adaptarnos a las adversidades y a superar las desgracias. 


La diferencia entre el dolor y el sufrimiento, las causas, ¿qué nos hace sufrir? Negar la realidad, ponerse siempre en lo peor, el rencor, la vanidad, no rectificar, a pesar de tropezar siempre en la misma piedra, resolver problemas que aún no existen ni existirán, vivir en el pasado, la envidia, la falta de realismo, el perfeccionismo, el egoísmo, depender demasiado de los demás, la desesperanza.
¿Qué disminuye el sufrimiento? Aprender a convivir con los problemas, valorar el lado bueno de las personas y las cosas, saber desconectar, conocer todo lo que depende de nosotros mismos, controlas las emociones a través del pensamiento, saber defender nuestros intereses, ser los dueños de nosotros mismos, saber adaptarnos a las dificultades, el cariño de los demás, el sentido del humor, saber afrontar el estrés, ser fieles a nosotros mismos, tener una ilusión.

En Ya no sufro más encontrarás las soluciones para corregir errores y desarrollar estrategias para alcanzar una vida más plena y satisfactoria, en definitiva, una vida más feliz.

¡Que tengáis un feliz día!

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6 comentarios

  1. Buen libro, haces bien en recomendarlo Angelo. El post inmejorable. Me voy después de leerlo algo más en paz de lo que llegué, con mi dolor del alma...este que me edifica aunque a veces piense que me está matando.
    Besos, saludos para la familia.

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    1. Mento que alegría poder saludarte. Muchísimas gracias por tus palabras, creo que nadie se libra del sufrimiento del alma. No sé si leíste el libro, a mí me ha ayudado para saber reaccionar en momentos en los que me he sentido plenamente identificado. Aprovecho la ocasión para insistir en los retiros de Emaús, ahí es donde verdaderamente ha hecho efecto el bálsamo que Dios aplicó a mi alma. No dejes de vivir esta experiencia. Créeme. Un abrazo fuerte

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  2. Me quedo con el título del libro a ver si me da soluciones para llevar mejor las circuntancias que estoy viviendo.Saludos

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    1. Créeme que te ayudará, querida Charo. Un abrazo

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