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Madonna del Divino Amore : 14 emociones

A esta hora en que publico el post se está produciendo un evento en Roma.14 kilómetros son los que separan el edifico de la FAO hasta el Santuario del Divino Amore. Desde el primer sábado de Pascua al útimo del mes de octubre , tien lugar un peregrinaje nocturno que empieza en Piazza Capena a medianoche y finaliza con la llegada al santuario sobre las 5 de la mañana culminándolo con la Santa Misa. Durante la segunda guerra mundial Pio XII encomedó la salvación de la ciudad a la Madonna del Divino Amore. En gratitud por su amparo,algunos romanos asisten fielmente a esta cita sabatina. En los tres años que tuve la suerte de vivir en la ciudad eterna , pude realizarlo varias veces y me encantaba hacerlo. Hoy día ha adquirido una característica internacional y siempre se encuentra a peregrinos de distintas nacionalidades que descubren este acontecimiento. No es de las rutas que vienen en la guía turística.


Quiero resumir lo que allí se vive.
Don Pasquale Silla,(párroco desde hace años e impulsor del peregrinaje) empieza dando una bendición a los participantes y comienza la marcha que preside la cruz ,que alguien porta en la cabeza de la procesión . Casi todos llevan una vela encendida. Y la primera emoción que se siente es la de una profunda Fe. Los coches, las motos, la gente que pasea se queda sorprendida al ver una columna de personas que rezan en la noche. Algunos pitidos y burlas les acompañan hasta las afueras de la ciudad. Comienza la Via Ardeatina. Entonces viene la segunda emoción:Siempre me venía la imagen de los primeros cristianos unidos , conociendo el camino de Jesús y queriéndolo seguir. Rezos y cantos acompañan el trayecto. Se reza todo el Rosario, se van leyendo fragmentos del evangelio, se presentan peticiones. Todo en un gran recogimiento. Algunos hacen penitencia y lo realizan descalzos. Hay niños que acompañan a sus padres. Cuando el cansancio los vence, éstos cargan sobre sus hombros a sus retoños. Tercera emoción: se llega a la iglesia del Quo Vadis.


Lugar donde según la tradición Jesús se le presentó a Pedro que huía de Roma . Cuarta emoción:Se llega a las catacumbas de San Calixto y allí se produce algo que la primera vez que hice el peregrinaje consiguió arrancarme unas lágrimas. Enfrente de las catacumbas están las fosas ardeatinas.




En la segunda guerra mundial, durante la ocupación alemana en Roma, se produjo un atentado donde murieron varios de ellos. En represalia las tropas alemanas mataron a 335 italianos y los tiraron a unas cuevas. Allí se les rinde hoy tributo. Al llegar a ese lugar, los italianos se recogen en un profundo silencio, encienden velas, y sus voces proclaman un canto hermosísimo con una letra que refleja el lamento de un pueblo. Siempre me ha enriquecido ese momento.

Quinta emoción: En otro instante del camino se pasa por un hospital, allí los peregrinos se paran y rezan por los enfermos del mundo entero. Sexta emoción: Se pasa por una embajada y el exterior ofrece una imagen de lujo, uno reflexiona sobre la disponibilidad de desprenderse de tantas cosas para seguir a Cristo. Octava emoción:El cansancio empieza a manifestarse, el sueño llama a las puertas de nuestros ojos, y uno reflexiona sobre la noche de Getsemaní, el estar en vela junto al Señor.

 Novena emoción:Hay momentos de camino en silencio, de meditación. Dios habla en el silencio. Decima emoción: Una pequeña parada para tomar fuerzas. Ese momento es gratificante, todos están pendientes unos de otros. Es la hora de preguntar el origen de los asistentes, su países, costumbres, es la hora de compartir la comida que uno ha traído, y la alegría que se lleva. El cielo suele estar hermosamente adornado de estrellas , el olor de la hierba indica que el amanecer está cercano.


Undécima emoción: El cuerpo está verdaderamente cansado, pero se retoma la oración, ella vuelve a dar el sentido al camino.Doceava emoción: El director del peregrinaje avisa de que ya se puede ver a lo lejos el santuario.Siempre tenemos que tener presente aunque sea en la lejanía la perspectiva de que Jesús está esperándonos. Treceava emoción:Ya es de día, se llega al santuario, se siente la alegría del encuentro con la Madre, vemos a la Madonna del Divino Amore. Le hemos pedido su intercesión, hemos recibido sus caricias.

 Catorceava emoción:Se celebra la Santa Misa. Uno se siente Iglesia, siente la unión entre hermanos. Se han recorrido las calles de los primeros cristianos, de mártires, de tantas y tantas súplicas a lo largo de la historia del cristianismo. Uno experimenta la alegría de ser amado. El retorno, con el corazón inundado de gozo es un repetir las palabras del himno del peregrinaje: E Viva viva la Madonna del Divino Amore.
Angel ST

1 comentarios

  1. No conocia esta emocionantisima peregrinacion. Me ha encantado el post y el video, y disfruto muchisimo leyendote a diario. Muchas gracias.
    Enrique N.

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