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La esencia de la libertad



En estos tiempos de tanto cambio vertiginoso,  de crisis de todo tipo todo se confunde.  Ni siquiera el tiempo de pandemia con sus restricciones se ha privado de ver a gente vociferante en la calles, en defensa de numerosas opciones personales, buscando  crispar el ambiente que alejaban esa esperanza de unidad, solidaridad,  comprensión y tolerancia que parecía el Covid estaba sembrando . No sé vosotros, pero yo tengo la sensación de que ha ocurrido lo contrario. Se ha instalado la desconfianza, la agresividad (sobre todo “ la verbal”) y el egoísmo.

Es de lógica pensar, al ver estas manifestaciones de “pacíficos” ciudadanos que el talante y la tolerancia lo tienen de boquilla, máxime cuando, a la primera de cambio, arremeten violentamente y sin argumentos, crucificando a los que piensan y dicen lo contrario, en ejercicio también de  la libertad y los derechos. 

Lo que ocurre en esta sociedad hedonista es que todos nos creemos con derechos y con libertades para pisotear al contrario, cuando no matarlo, si llega el caso. Es muy triste y desconsolador la cantidad de noticias vividas post-confinamiento sobre la violencia ejercida hasta el extremo de acabar con vidas humanas.

Existe una imposición casi tiránica reclamando derechos para despreciar, cuando no mofarse o insultar a los que piensan distinto . Derechos para usar un libertinaje que no respeta las normas establecidas para todos. Derechos que se reclaman olvidando las obligaciones … 

 Y así, suma y sigue. Todos tienen derechos, pero unos más que otros. Porque ¡ay! del que negare estos “derechos” a cualquiera de estos colectivos anteriores; ese pobre incauto, será tachado de inmovilista, retrogrado, opresor , facha y desecho para el resto de su vida.

Así pues, parece ser que la libertad es la capacidad de decidir lo que se desea hacer, y de hacer lo que nos venga en gana. Por lo tanto, todo aquello que intente evitar que hagamos lo que deseamos hacer es “falta de libertad”.

Pero… vamos a pensar, si quiera un poquitín, ¿y si la libertad que yo deseo tener, atenta contra la libertad de otras personas? ¿Debo seguir libremente adelante o debo reflexionar en cómo evitar atentar contra la libertad ajena?. Ese es el quid de la cuestión.

La libertad es un bien,que se nos ha regalado,  más que una posesión personal, es un bien para todos por igual. De modo que no se atenta contra la “propia libertad” al actuar en bien de los demás sino que, por el contrario, se ejerce en plenitud la esencia de la libertad.

Ser verdaderamente tolerante, respetuoso, interesado por el otro y amoroso, es el mejor ejercicio de libertad que podemos hacer, en tanto que pasar por sobre los demás, escudándonos en “nuestros derechos”, es la forma más clara del exceso en la aplicación de nuestros derechos, y para nada se puede parecer a la esencia de la libertad. Ninguna circunstancia propia o ajena justifica la amargura de una vida.

Nada se gana por la fuerza; sino entendiendo y usando bien nuestra libertad. Siento decirlo, pero como suele ocurrir cuando se habla del amor, me embarga la sensación de que se está utilizando por en numerosos ambientes, para su uso personal, llevándolas a “prostituirlas “cuando izan su bandera por intereses propios. Un buen comienzo sería pensar que, si se ha de levantar la voz, sea para alabar al otro. Libertad, amor, tolerancia, respeto, diálogo … la mayoría de las veces en el mundo de hoy esas palabras solo se encuentran en una parte de forma insolidaria y tiránica en lo que debería ser un intercambio en búsqueda de acercamiento.

De otra manera, si no empezamos todos a pensar así, siendo coherentes con el valor que otorgamos a las palabras, corromperemos el concepto de libertad verdadera y volveremos peligrosamente a la vieja dialéctica de los puños , “la vendetta” y a una espiral de violencia entre hermanos de la que es muy difícil escapar; y esto... lamentablemente, no es retórica, ni catastrofismo, basta ver, como ejemplo, la brutal violencia verbal en casi todos los foros de la red (incluso los más inocentes), resulta aterradora.


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1 comentarios

  1. Me quedaré con lo más positivo que he encontrado en tu entrada: Libertad, amor, tolerancia, respeto, diálogo y deseo que se hagan realidad empezando por mi.Saludos

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