Uso cookies para darte un mejor servicio.
Mi sitio web utiliza cookies para mejorar tu experiencia. Acepto Leer más

Dando se recibe

 


El post de hoy no resulta fácil, ni siquiera se como empezar y desarrollarlo, así que voy a intentar ir al grano sin florituras, de una manera simple y sencilla.

Pronto hará 2 años de la llegada del nuevo rector a la que hoy es mi parroquia Sant Antoni de Pàdua y digo la que hoy es mi parroquia, porque en ella se ha vuelto a recuperar “el estilo” -por decirlo de forma coloquial- que la Iglesia católica tiene marcada para todos los fieles que formamos parte de ella.

Durante 30 años que estuve en el barrio, acudí un par de veces, comprobando que “el estilo” era otro muy distinto, digamos que en línea con la Teología de la liberación que durante años se instauró en algunos sectores de la Iglesia. No voy a entrar en juicios ni a reprochar nada a nadie. La mayoría de los que leen este blog saben “de que va” el movimiento que durante un tiempo ejerció una influencia importante en algunos sacerdotes, que se denominaron “curas obreros”, y en esa línea se ha movido durante 40 años la parroquia.

Entramos en otra etapa nueva, y hay que dar la oportunidad a que el nuevo rector designado por el Sr. Obispo pueda realizar “su estilo “que en esta ocasión coincide con el marcado en la Iglesia Universal  , por lo que ahora sí nos hemos integrado en ella.

El diseño y distribución de la parroquia estaba acentuada en “plan asamblea”, bancos alrededor del altar. Los objetos litúrgicos, vestiduras sagradas, imágenes, leccionarios, misal fueron apartados , retocados (evangelio tachado en frases y adaptadas a un lenguaje más social) o utilizados para otras aplicaciones, como es el de una pila bautismal encontrada, de adorno en una sala para otra función… No había misa diaria, y la vida parroquial estaba dedicada más a una labor social admirable, propio de cualquier ONG de las muchas que existen en la actualidad.

Todo edificio con el pasar de los años necesita un mantenimiento y éste no ha existido en nuestra parroquia, con lo que empiezan a surgir problemas en el mismo. Desde inundaciones, cuando llueve, placas que ceden, ausencia de calefacción, de ventiladores, megafonía obsoleta, no hay altar - se usa una mesa de comedor - no hay confesionario. No hay vestiduras sagradas en buen estado. Los objetos litúrgicos están la mayoría con orín y no existía custodia para el Santísimo. El Sagrario desgastado y solo un crucifijo con carcoma como única imagen. Los libros de La Palabra de Dios, con tachaduras y enmiendas…

Nuestro actual párroco, ha ido consiguiendo de segunda mano o comprando y pagando de su propio bolsillo algunas de las cosas más esenciales para el culto. Ha llamado también a varias puertas para conseguirlo. Es muy poco lo que se ha obtenido, pero enormemente agradecidos por “ese poco”.

No hay más. Es una parroquia donde la inmensa mayoría de los fieles son gente obrera con sueldos pequeños. Las aportaciones que se hacen son fruto de un gran esfuerzo que nos ayudan a aliviar los gastos mensuales que ocasiona el uso del templo.

Hace un año se pidió un estudio de mantenimiento y puesta al día de la parroquia, no tenemos ni idea de cómo conseguir el dinero para poder realizarlo. Las entidades bancarias no nos avalan si no es dejando una gran carga económica que no podríamos afrontar; como mencionaba anteriormente, se ha llamado a varias puertas, pero hasta el día de hoy el silencio es lo que nos han ofrecido.

Cuesta, ¡claro que cuesta! ,no es fácil ser generoso con “algo que en teoría” no vamos a beneficiarnos a priori, o que tal vez nunca veamos, pero es que debemos cerrar los ojos y movernos en otra dimensión. Aquella que nos dice que queremos una casa digna para alojar al Señor y poder darle culto con los medios adecuados. Estoy convencido de que cuando viene algún invitado a casa, sacamos los mejores manteles, cubiertos y cristalería, no para presumir, sino como detalle de consideración y atención con el huésped que acogemos. Jesús amonestó a algunos cuando criticaron el derroche del caro perfume de Nardos para enjugar sus pies que la mujer vertió. Y añade un detalle que no he reparado en él hasta hoy. Jesús añade : "Os aseguro que, en cualquier parte del mundo donde se proclame el Evangelio, se recordará también lo que ha hecho ésta". Que importancia le dio a ese acto de generosidad y amor.

A veces entramos en una Iglesia y nos olvidamos de que allí está Jesús, en el sagrario. Sí, el mismo Jesús que recorrió las calles de Nazaret, que curó a enfermos, que murió y resucitó para quedarse entre nosotros. ¡Está en su casa! en nuestras Iglesias.  Es desde esa Iglesia local, nuestras parroquias, que salimos para vivir el evangelio, es en ellas donde encontramos la fuerza y nos alimentamos a través de los sacramentos para acometer cualquier acción por los demás, los pobres, los enfermos, los aislados, marginados, oprimidos… Desde Jesús a los demás.

Es verdad que la misión de la Iglesia es de orden espiritual. Pero nadie, pensando con seriedad, puede extrañarse de que la Iglesia, aun ateniéndose a criterios de pobreza y desprendimiento, necesite disponer de recursos económicos para atender debidamente al culto divino y para desarrollar adecuadamente sus tareas de evangelización, cumplir sus deberes de solidaridad y sostener las numerosas obras de educación y promoción humana y social que tiene a su cargo.

Sabemos por la fe que en última instancia quien sostiene a la Iglesia es Dios mismo, por medio de Jesucristo que es quien la convoca, la preside y la vivifica y por la fuerza interior del Espíritu Santo que mueve los corazones de los hombres. Pero el mismo Dios ha querido que esta acción sobrenatural pase ordinariamente por la mediación de nuestra respuesta libre. En esta colaboración humana hay que incluir también la económica.

Tal colaboración es un deber de todo cristiano. Todos los fieles tienen la obligación de ayudar a la Iglesia en sus necesidades de modo que ella disponga de lo necesario para el culto divino, las obras apostólicas y de caridad y el conveniente sustento de las personas especialmente dedicadas a estos servicios eclesiales (Cf. Concilio Vaticano II, P. O. n. 17 y Código de Derecho Canónico, canon 222).

Nuestro párroco en otro intento de conseguir lo que necesitamos, ha grabado un pequeño video donde solicita esa ayuda a través de lo que se conoce como micromecenazgo, es decir pequeñas (o grandes) aportaciones de mucha gente, ofreciendo la posibilidad (aquí en España de desgravar a Hacienda) de tener una presencia simbólica en la parroquia de ese acto de generosidad, añadiendo el nombre (de quien así lo desee) en unas placas que se colocarían en una parte de esta.

Queridos amigos de este blog, algunos me acompañáis en él desde hace ya más de una década, os pido vuestra colaboración.  Cuaresma es el tiempo ideal para la generosidad, la limosna, la ayuda. Cualquier aportación por pequeña que sea es grande a los ojos de Dios cuando se da con amor. ¡Por la casa y la causa de nuestro Señor!

Si queréis aportar vuestro donativo , podéis realizarlo a través de Bizum al 626 70 70 73

o a la cuenta bancaria ES07 0081 0561 1200 0633 2442. 

Para transferencias internacionales el SWITCH es

BSABESBBXXX ES07 0081 0561 1200 0633 2442.

Muchas gracias a todos, teniendo la certeza de que Dios bendecirá vuestra generosidad. Por favor ayudadnos.

Os dejo con la hoja del presupuesto realizado por la arquitecta.

También puede gustarte

4 comentarios

  1. Buenas tardes Angelo, puedo ver el presupuesto que has colgado, pero no puedo ver el vídeo. No sé si hay algún problema de configuración? Un saludo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Bienvenida. Muchas gracias por el interés. El video ha sido retirado, no es problema de configuración. Un saludo

      Eliminar

Te invito a dejar tu opinión .Sepamos ofrecer lo mejor de nosotros. Bienvenida la crítica, acompañada siempre de la cortesía.