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El esfuerzo de la luz



Balcones iluminados con luces de colores, ventanas que te permiten ver brillar las de los árboles de Navidad, tiendas y calles decoradas para la fiesta, todas felices y llenas de vida al menos un mes al año. La Navidad gusta. Todos juntos en la mesa, todos para abrir regalos, pero ¿cuánta de esta alegría es real para todos? ¿Cuántos sienten iluminada por todas estas luces intermitentes su oscuridad, y en su lugar se perpetúan en un estado de muerte social desde el 8 de diciembre hasta el 6 de enero?

Me interpeló la imagen que acompaña a este post. Un Belén sin Jesús rodeado de ruinas. Una imagen que haciendo un simil puede ofrecer dos versiones distintas. Cuantas veces experimentamos que nuestro corazón está asolado, destruido, cuando creemos que Jesús no está, o cuando lo hemos apartado de nuestra vida. La otra sería la opuesta, la de nuestro corazón ruinoso anhelando la venida de Jesús para que pueda recomponerlo. Me parece una buena reflexión ante la fotografía propuesta.

Para muchos, la Navidad solo es un recuerdo, pero un recuerdo no es suficiente para alegrar un corazón. Navidad es estar un cara a cara con nuestra humanidad ante la humanidad de Dios y su forma de ser un hombre. Esta humanidad de la que formamos parte llena de luces y sombras. ¡Cuánta luz y oscuridad encontramos también desde Belén hasta Getsemaní! Cuánto esfuerzo hace “la luz” para ser aceptada… ¡Dios no teme entrar incluso en las cuevas más oscuras de nuestra vida interior!
Un niño sobre paja. Delante de esta imagen aún nos detenemos: después de 2000 años de historia, llenos de fatiga y esperanza, heridos, pero juntos, todavía nos detenemos frente a la cueva y miramos al Niño en la paja. Su silencio, su impotencia, su pequeñez, llaman a la puerta de nuestra vida y nos piden respuestas. ¿Quién es este niño sobre paja?

Las noticias que a diario vemos o leemos han hecho que surjan sus respuestas y juicios. Para algunos, este Niño sobre la paja es un símbolo de división entre diferentes razas y religiones, una imagen que debe ser eliminada de los momentos y lugares de formación del ciudadano, socavando la naturaleza secular del Estado.

Para otros, tiene un valor histórico como testimonio de nuestras raíces, un elemento entrelazado de nuestra cultura y nuestra civilización. Para muchos, es un símbolo ético, fuente de valores y comportamientos que pueden dar una norma y estilo a la vida personal y social. Finalmente, para otras muchas personas, el Niño en la paja, es sobre todo una emoción de sensibilidad, una emoción religiosa de una hora y una hora dentro de la línea plana de una vida vivida "como si Dios no estuviera allí".

La pregunta es poderosa e insistente ante el silencio silencioso de la escena de la natividad: ¿pero ¿quién es este Niño sobre la paja? ¿Qué hemos venido a hacer, por qué, o, mejor dicho, para quienes nos reunimos en esta noche santa? Aquí medimos, casi con consternación, el abismo del amor que ha consumido la distancia entre el Creador y la criatura. Es de este Niño en la paja, es de este Dios que sabe amarnos tal como somos, sin esperar, sin pedirnos nada, excepto para dejarse amar, que puede surgir una vida diferente, podemos nacer como una primavera inesperada, podemos nacer en una ciudad y una civilización que finalmente tiene la alegría de ser humanos.

Pienso en las tensiones y contradicciones de nuestro tiempo ,en la paja de tantos creyentes: cuando transmitimos una imagen de nosotros mismos hechos de poder y riqueza, cuando aparecemos tan lejanos e insensibles a la vida y los problemas de demás, cuando ya no podemos hablar con los corazones de las personas, para dar consuelo , esperanza, coraje para los heridos en el alma. Y pienso en la paja de mi vida, en la vida de cada uno de nosotros: nuestra distancia del Evangelio, la evanescencia de la fe, el individualismo creciente con el inevitable cadáver de la indiferencia y la feroz competencia, el amargo silencio en las familias cuando el amor sale o vacila, la extinción de la alegría, en vano sustituida por la juerga y el zumbido.

El Niño que está por encima de nuestra pobre paja sigue siendo la belleza y el asombro intacto de nuestra nueva Navidad.

Feliz y Santa Navidad

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7 comentarios

  1. Me siento en casa, aunque sea como un octavo pasajero de esta familia que eres Angelo. A menudo paso en silencio, recupero fuerzas y sigo mi camino, soy como esa cabra que nunca encuentra el modo de mantener el saber estar dentro de la piara Hoy tengo que detenerme y agradecerte una vez que sigas proclamando la Buena Nueva de este modo tan especial con que el Espíritu Santo te ha bendecido. Pues tus palabras calan los corazones y eso no es don humano. No basta con conmover, hay que hacer que cale y que se active.

    Gracias por no rendirte, por estar siempre armado en el frente de batalla. Gracias por ser amigo, ejemplo, padre de muchos con tu constancia. Gracias por abrir las puertas de tu casa una Navidad más para que todos nos podamos sentir en familia.
    Gracias por poner tu particular bombillita esta Navidad.

    Abrazo para ti y los tuyos.

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    1. Que alegría Mento, cada vez que te veo en los comentarios. Tienes un corazón muy grande y tabién tú desde tu blog siembras mucha luz. Me encanta tu espontaneidad y tu cariño en todo lo que escribes. No importan los silencios, lo que nos une va más allá de ellos. Muchas gracias por tus palabras tan alentadoras. Que tengas una Feliz y Santa Navidad. Un abrazo fuerte

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  2. Las dos interpretaciones que das sobre la imagen del nacimiento son muy válidas y me han gustado mucho aunque no sabría por cual decidirme.El vídeo es una pasada.Te deseo una FELIZ NAVIDAD para tí y toda tu familia.Saludos cordiales

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    1. Muchas gracias Charo. Que tengas una Navidad llena de gozo y renovada esperanza. Un abrazo

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  3. Gracias por esta reflexión, muy necesaria.
    Muy feliz Navidad, Ángel, para ti y tu familia.

    Un abrazo.

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    1. Un abrazo fuerte y mes mejores deseos de una Navidad llena de gratitud por ser testigos de la luz que viene a nuestras vidas. Feliz Navidad Rosa

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  4. ¡Feliz y Santa Navidad Ángel.! Mis mejores deseos para ti y toda tu familia.

    Un abrazo.

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