Abrazados y amados
Alguno de mis amigos, me ha dicho que soy un poco imprudente compartiendo explícitamente mis experiencias, sin saber a dónde van a parar. Tampoco sabe el sembrador si verá los frutos de lo que siembra, y no por eso deja de hacerlo. Este es mi blog, mi diario internauta y sé que nada de lo que diga es especial, estoy seguro que todo ser humano, quien más quien menos atraviesa por las misma sendas que yo.
¿Qué hay de malo ser de carne y hueso?, lo que narro no es extraordinario; visto lo visto en estos últimos tiempos ¿a quién puede escandalizar mis pequeñas confesiones? Las cosas que me maravillan, las luchas en mi vida espiritual, mis defectos que tanto cuestan corregir, lo que me hace reír o llorar, los sentimientos que manifiesto, ¿qué tiene de original todo ello? Creo que entro en el saco de lo corriente, de lo que no sobresale ¿Quién se asombrará por ello?... Se dónde están mis límites y mi prudencia. Soy consciente de lo que quiero compartir y lo que debo callar. Soy consciente de las consecuencias de cada acto .No me preocupan los juicios personales que alguno pueda hacer sobre mí. Hoy más que nunca, conozco la finalidad de mi bitácora y a ella quiero entregarme en la medida de mis fuerzas y posibilidades que en estos últimos años se han visto mermadas por mi salud.
Mi deseo, es hacer el mejor apostolado que mi persona pueda ofrecer, intentando dar lo mucho que recibo de los demás. Ojo al dato, doy porque antes se me ha dado, experimentando el valor de la alegría del que da y el beneficio del que recibe. Mi única intención al escribir mis posts es que puedan servir para acercar y conocer mejor al Señor, que es el número UNO en dar. Quiero, que internet sea mi medio para llegar a los que con mi voz nunca llegaré, y ofreciendo este medio para que los que no puedan llegar con su voz lo hagan a través de está página. Que el mensaje evangélico del amor se encuentre también aquí, como lluvia fina que va calando en el corazón o como chaparrón que arrecia el alma del más incauto.
Sí, la creación de esta página ha supuesto descubrir el lugar donde volcar tantos sentimientos, experiencias, hallazgos, que Dios ha puesto en mi alma y que no pueden permanecer, encerrados en mi interior. Ya pagué la novatada en mis inicios. Me lancé a esta aventura sin información, ni aprovisionamientos. Las sorpresas desagradables llegaron y creo haberlas manifestado en todo momento, y fue precisamente este compartir con muchos de vosotros, lo que alimentó el aceite de mi lámpara que me permitía ver la senda por donde debía seguir.
Los que aquí compartimos, somos personas normales con virtudes y defectos, que buscamos apoyo y apoyar, ánimo y animar, ser esperanza y esperar en los demás, ser fieles a la Verdad y caminar de la mano en su encuentro.En el camino recibiremos críticas y halagos cometeremos errores e iluminaremos, pero juntos nos podemos ayudar.
Siempre existen momentos en los que se busca un reconocimiento al trabajo realizado, incluso la alabanza, (estos deseos van unidos a ese hombre viejo que tanto cuesta despojarse), y hay que saber identificarlo. Lo he dicho al principio: Soy de carne y hueso, con mis sentimientos buenos y mis acciones capaces de avergonzarme. Esta es la lucha que obligó a San Pablo a confesar: “Hago el mal que no quiero y no hago el bien que quisiera”.
Un buen amigo me dijo una vez : “Los insultos y desprecios nos van fortaleciendo, pero las alabanzas continuas también nos debilitan”. He aprendido que no hay que huir de los encomios de los demás. El error está en atribuirnos el mérito de los mismos. Tener claro que Dios es el que regala los dones, el que concede las inspiraciones, el creador de la belleza.
Es hermoso y alentador, sentir tan cerca vuestra presencia, vuestro apoyo, las palabras dirigidas en vuestros e-mails... Somos una pequeña comunidad, con los mismos ideales, con las mismas pretensiones, las mismas luchas y los mismos desalientos, cada uno con su carisma, el que el Señor ha querido darnos, ese que nos ayudará a santificarnos y a santificar. Abiertos a la acogida, a los que no piensan igual, a los que con corazón sincero desean buscar la verdad . Aquí muchas veces me he sentido abrazado y amado, y así me gustaría que se sintiera quien aquí entra. ¿Qué puedo temer abriendo mi corazón?...
¿Qué hay de malo ser de carne y hueso?, lo que narro no es extraordinario; visto lo visto en estos últimos tiempos ¿a quién puede escandalizar mis pequeñas confesiones? Las cosas que me maravillan, las luchas en mi vida espiritual, mis defectos que tanto cuestan corregir, lo que me hace reír o llorar, los sentimientos que manifiesto, ¿qué tiene de original todo ello? Creo que entro en el saco de lo corriente, de lo que no sobresale ¿Quién se asombrará por ello?... Se dónde están mis límites y mi prudencia. Soy consciente de lo que quiero compartir y lo que debo callar. Soy consciente de las consecuencias de cada acto .No me preocupan los juicios personales que alguno pueda hacer sobre mí. Hoy más que nunca, conozco la finalidad de mi bitácora y a ella quiero entregarme en la medida de mis fuerzas y posibilidades que en estos últimos años se han visto mermadas por mi salud.
Mi deseo, es hacer el mejor apostolado que mi persona pueda ofrecer, intentando dar lo mucho que recibo de los demás. Ojo al dato, doy porque antes se me ha dado, experimentando el valor de la alegría del que da y el beneficio del que recibe. Mi única intención al escribir mis posts es que puedan servir para acercar y conocer mejor al Señor, que es el número UNO en dar. Quiero, que internet sea mi medio para llegar a los que con mi voz nunca llegaré, y ofreciendo este medio para que los que no puedan llegar con su voz lo hagan a través de está página. Que el mensaje evangélico del amor se encuentre también aquí, como lluvia fina que va calando en el corazón o como chaparrón que arrecia el alma del más incauto.
Sí, la creación de esta página ha supuesto descubrir el lugar donde volcar tantos sentimientos, experiencias, hallazgos, que Dios ha puesto en mi alma y que no pueden permanecer, encerrados en mi interior. Ya pagué la novatada en mis inicios. Me lancé a esta aventura sin información, ni aprovisionamientos. Las sorpresas desagradables llegaron y creo haberlas manifestado en todo momento, y fue precisamente este compartir con muchos de vosotros, lo que alimentó el aceite de mi lámpara que me permitía ver la senda por donde debía seguir.
Los que aquí compartimos, somos personas normales con virtudes y defectos, que buscamos apoyo y apoyar, ánimo y animar, ser esperanza y esperar en los demás, ser fieles a la Verdad y caminar de la mano en su encuentro.En el camino recibiremos críticas y halagos cometeremos errores e iluminaremos, pero juntos nos podemos ayudar.
Siempre existen momentos en los que se busca un reconocimiento al trabajo realizado, incluso la alabanza, (estos deseos van unidos a ese hombre viejo que tanto cuesta despojarse), y hay que saber identificarlo. Lo he dicho al principio: Soy de carne y hueso, con mis sentimientos buenos y mis acciones capaces de avergonzarme. Esta es la lucha que obligó a San Pablo a confesar: “Hago el mal que no quiero y no hago el bien que quisiera”.
Un buen amigo me dijo una vez : “Los insultos y desprecios nos van fortaleciendo, pero las alabanzas continuas también nos debilitan”. He aprendido que no hay que huir de los encomios de los demás. El error está en atribuirnos el mérito de los mismos. Tener claro que Dios es el que regala los dones, el que concede las inspiraciones, el creador de la belleza.
Es hermoso y alentador, sentir tan cerca vuestra presencia, vuestro apoyo, las palabras dirigidas en vuestros e-mails... Somos una pequeña comunidad, con los mismos ideales, con las mismas pretensiones, las mismas luchas y los mismos desalientos, cada uno con su carisma, el que el Señor ha querido darnos, ese que nos ayudará a santificarnos y a santificar. Abiertos a la acogida, a los que no piensan igual, a los que con corazón sincero desean buscar la verdad . Aquí muchas veces me he sentido abrazado y amado, y así me gustaría que se sintiera quien aquí entra. ¿Qué puedo temer abriendo mi corazón?...
"He recibido dos cartas por el mismo correo. En una se me decía que era un gran santo; en la otra, que era un hipócrita y un charlatán... La primera nada me da, la segunda nada me quita. Soy lo que soy a los ojos de Dios y nada más"
Santo Cura de Ars
¡Que tengáis un feliz día!
La canción que me sugiere este post es de Hillton United y se títula Océanos (Donde mis pies pueden fallar)
12 comentarios
Nunca llueve a gusto de todos,siempre habrá quien critique,pero quédate con los que te entendemos,te queremos y los que aprendemos contigo cada día.
ResponderEliminarY se lo que digo 😉
Un cariñoso saludo.
Muchas gracias Belén por esas palabras tan cercanas y comprensivas. Hemos vivido y compartido tantas veces tantas cosas grandes, gracias a la aportación de todos los que entran aquí que solo podemos estar agradecidos por tanto bien recibido. Gracias. Un abrazo
EliminarYo soy de las que piensan que me pareces muy valiente compartiendo lo más personal, reconozco que no sería capaz, pero te felicito por ello. Entre otras cosas porque pones tus dones a producir, cierto, el Señor te concedió el don de saberte expresar muy bien por escrito y no te lo quedas para ti y por otro lado porque tus post siempre ofrecen un rayo de luz que me interpelan y me hacen reflexionar sobre ello.
ResponderEliminarAsí que adelante! No nos dejes y sigue compartiendo.
Un abrazo! Gracias y feliz semana!
Querida Paula, Gracias también a ti por tus valiosas aportaciones a esta página y a todos los que nos beneficiamos de tus reflexiones. Hoy me alegra mucho comprobar que la primera lectura puede aplicarse perfectamente a mi entrada. San Pablo lo explica muchísimo mejor, así que lo comparto en mi respuesta a tu comentario. "Si queréis darme el consuelo de Cristo y aliviarme con vuestro amor, si nos une el mismo Espíritu y tenéis entrañas compasivas, dadme esta gran alegría: manteneos unánimes y concordes con un mismo amor y un mismo sentir. No obréis por rivalidad ni por ostentación, dejaos guiar por la humildad y considerad siempre superiores a los demás. No os encerréis en vuestros intereses, sino buscad todos el interés de los demás." Un fuerte abrazo
EliminarHaces un gran apostolado con tus escritos y a mi familia que es la tuya ya que somos hermanos del mismo padre e incluso DIOS a querido que a de mas seamos vecinos GRACIAS
ResponderEliminarGuau Oscar.Que alegría que hayas entrado. Sabes que contigo nos hemos sentidos "abrazados y amados" y tenemos la gran suerte de poderlo compartir a diario. Gracias por tu aportación. Otro abrazo de esos que nos unen en Él.
EliminarY con Dios, mi lamento se convirtió en confianza.
ResponderEliminarEstimado Ángel, cada vez que abro tu blog, te leo y sabes? Siempre confío en tus palabras, comprendo todo lo que haces por nosotros, tus seguidores de todo corazón.
En dos palabras puedo resumir lo que he aprendido de la vida: sigue adelante. Es mi deseo, sigue adelante con todo lo que haces, estoy muy agradecida por saber qué escribes desde la convicción de tu alma.
Las palabras no tienen valor por sí solas. Lo tienen por quién las dicen.
Gracias, Ángel.
Un fuerte abrazo, lleno de agradecimiento.
Hola Toñi, hacía tiempo que no te veía por aquí, aunque no tengo dudas de que siempre estás presente. Ya son unos cuantos añitos los que compartimos la alegría de la fe, ayudándonos unos a otros a caminar en esta senda tan hermosa. Gracias por tus palabras que siempre son tan alentadoras para mí. Un fuerte abrazo.
EliminarYo te felicito por ser tan valiente al abrirte a los demás a través de tus sentimeintos y tener una fe tan grande y contagiosa.Saludos cordiales
ResponderEliminarQuerida Charo, esa valentía también me viene del apoyo que me brindáis y de la acogida cariñosa que recibo en la mayoría de los que aquí entran. Insisto en que mi fe tiene muchas dosis de vuestro aliento. Muchas gracias por ser una de las que siempre me empuja a mejorar y compartir. Un fuerte abrazo
EliminarGracias, Angel, una vez más.
ResponderEliminarSeguimos unidos en El, desde el silencio y la oración.
Un abrazo para ti y Siete en familia.
Gracias a tí, por el camino junto que vamos recorriendo, con sus luces y sombras, con sus comprensiones y con sus dudas, con los aciertos y errores, con los entusiasmos y las decepciones. El silencio y la oración...¡¡¡ que armas tan potentes!!! Gracias. Un abrazo
EliminarTe invito a dejar tu opinión .Sepamos ofrecer lo mejor de nosotros. Bienvenida la crítica, acompañada siempre de la cortesía.