En sus manos
Caigo en la cuenta de que hace mucho tiempo no dedico un post a la Virgen María, y como siempre digo en mis escritos todo viene dado de la mano del cielo sin que uno lo busque. Me topé hace pocos días con una página web que se ha creado recientemente , donde se propone algo muy interesante.
Sigo opinando que la red ofrece multitud de cosas buenas e instrumentos útiles que nos ayudan a progresar en nuestra fe, ya sea formándonos gracias a las contribuciones de otros o ahondando en una verdadera vida espiritual. Me encanta cuando veo tantas iniciativas para acercarnos más al Señor.
La página de la que hablo está dedicada a la Virgen y me ha parecido preciosa. Solo tiene un fin y es el de invitarnos a consagrarnos a la Virgen según el tratado de San Luis Mª Grignon de Montfort, obra de la que aconsejo intensamente su lectura. En la web se nos explica lo que significa consagrarse a María, nos muestra algunos santos que lo han hecho y lo más interesante, te van preparando a consagrarte a María durante 33 días a través de un e-mail diario con textos para meditar, acabando el día 34 con una visita a una parroquia, confesarte, comulgar y leer delante de la Madre la fórmula de consagración que te enviarán. Antes de presentaros la página, me gustaría dejar una reflexión sobre el tema.
Consagrarse a María no consiste únicamente en pronunciar una fórmula, o el cumplimiento de una determinada práctica. Los católicos debemos acostumbrarnos a que nuestras oraciones, estén llenas de vida, dejando de lado todo lo que pueda convertirse en una lista de prácticas a cumplir, sin latido del corazón. Sería muy simple limitarnos a pronunciar tan solo unas palabras. Consagrarse a María significa meter toda nuestra vida en las manos de la Virgen, para que sea ella la que la presente ante Dios . No son unas manos cualquiera , éstas están llenas de amor.
Consagrarse a la Virgen es acogerla como verdadera madre, siguiendo el ejemplo de San Juan, porque es ella quien de verdad se ha tomado en serio su maternidad sobre nosotros.
La consagración a María, data desde hace mucho tiempo, aunque se ha ido desarrollando de forma más intensa en estos últimos tiempos. El primero en usar la expresión “Consagración a María” fue San Juan Damasceno, ya en la primera mitad del s. VIII. En todo el medioevo, ciudades y municipios se “ofrecían” a la Virgen entregándole a menudo, las llaves de la ciudad en ceremonias evocadoras. Fue en el s. XVII que se iniciaron las grandes consagraciones nacionales: Francia en 1638, Portugal en 1644, Austria en 1647, Polonia en 1656... Fue tras las apariciones de Fátima que las consagraciones se multiplicaron. Pio XII, consagró el mundo en 1942, seguida en 1952 de aquella de los pueblos de Rusia.Juan Pablo II en 1984, renovó la consagración del mundo al Corazón Inmaculado de María.
La consagración individual, está muy bien explicada teológicamente por San Luis María Grignion de Montfort, donde Juan Pablo II tomó el lema “Totus tuus” que a su vez lo había tomado de San Buenaventura. El Santo de Monfort subraya dos razones que empujan a realizarla:
El primer motivo nos es ofrecido por el ejemplo del Padre, que nos ha dado a Jesús a través de María, confiándoselo a ella. El segundo motivo es el ejemplo del mismo Jesús. Él se entregó a María no solo por tener de ella la vida del cuerpo, sino también para ser “educado”, creciendo “en edad, sabiduría y gracia”.
El sentido fuerte de la consagración a María, está en el hecho de que nosotros queremos establecer una relación de verdad de hijos con la madre, porque una madre forma parte de nosotros, de nuestra vida.
Hacer todo con María, es lo que yo entiendo que puede significar el hecho de consagrarse a ella. Nuestra vida espiritual será un auténtico acercamiento a Dios. Os invito a visitar la web que al principio os comentaba y a consagraros a esta Madre común que tanto nos ama. Tenemos la fiesta de la Immaculada cerquita, podría ser un buen día para nuestra consagración.
Os dejo el link clicando aquí
¡Que tengáis un feliz día!
Se me ha ocurrido acompañar mis post con una canción que me interpele con el tema tratado, así que empiezo hoy con Athenas y su tema : "Contigo María".
Se me ha ocurrido acompañar mis post con una canción que me interpele con el tema tratado, así que empiezo hoy con Athenas y su tema : "Contigo María".
3 comentarios
Ay Ángel! Hoy me has tocado el corazoncito de una forma muy especial hablando de la Santísima Virgen, de mi Madre, de mi Reina y Señora. Consagrarme a Ella fue de esos hitos de crecimiento espiritual que, por Gracia del Espíritu Santo, tenemos en nuestra vida. Todo cambió cuando me consagré a María, cuando decidí ser "su esclava" (Y por ello llevo una pulsera de cadena, para que no se me olvide). Consagrarse es subir hasta lo alto de la montaña, abrir los brazos y dejarte caer con la confianza de que tu vida ya no es tuya, es TODA DE ELLA: todo lo que tengo, todo lo que soy y el valor de todas mis obras presentes, pasadas y futuras. No se puede hacer mejor inversión. Es el camino más seguro y fiable para llegar a Cristo!!
ResponderEliminarUn abrazo, en Jesús y María.
Cómo no querer a la Madre? aunque es verdad que a veces la tengo un tanto olvidada.Saludos cordiales
ResponderEliminarQué maravilla de reflexión!! Siempre tuve mucha devoción por la Virgen María, desde pequeña mis padre me lo transmitieron, pero ahora, ya mayor, he podido descubrir la fuerte presencia de mi Madre en mi vida, en ella me apoyo, me recuesto en su regazo, me cubre bajo su manto, me consuela en los momentos tristes, me acompaña, me abraza con ese amor maternal capaz de comprender cualquier circunstancia que le presente.
ResponderEliminarConsagrarse a María tiene que ser acierto seguro porque Ella siempre nos llevará a Su Hijo, nuestro Salvador.
Un abrazo Angel y mil gracias de nuevo.
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