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En el camino




Reflexión sobre el camino de Santiago  de unos amigos.

Los peregrinos vuelven a su "rutina"... De vuelta a casa vamos, , a recuperar nuestros pies hinchados y a poner en orden todo lo bueno recibido en el Camino, digo TODO, porque lo negativo también es recibido como bueno, el dolor, el cansancio, el calor, la convivencia con el que no sabe respetar, el desolador y al mismo tiempo bello, paisaje castellano, la dureza de algunas etapas... todo, todo es recibido como Gracia porque te hace más vulnerable, más humilde, más sencillo, más agradecido, y más bendecido por el don de la FE!!

El Camino es mucho más que un ejercicio físico, es un camino interior que pone a prueba muchas capacidades, que te ayuda a conocerte, a mirarte hacia dentro, a rezar sin limites, a ofrecer tus malos momentos (hay muchos) por el que más lo necesite.

Es mucho más grande la experiencia interior que la exterior. El Camino puede ser una catarsis, un encontrarse con uno mismo, para empezar a cambiar y sobre todo a relativizar aquellas nimiedades que te descolocan y te tambalean sin que haya razón de peso para ello.

El Camino es, el camino de la VIDA, con subidas y bajadas, alegrías y penas, empedrados y llanuras, cansancios y descansos, enfados y risas, caídas y levantadas, abrazos y distancias, soledad y compañía, tentaciones y abandonos sabiendo que con el Señor todo se puede....

Es la vida pura y dura con todos sus matices sabiendo que al final del Camino nos queda la grandeza del deber cumplido, los buenos momentos compartidos, los grandes esfuerzos ofrecidos, la buena gente que conoces, la presencia amorosa de la Providencia y el mayor regalo...el Amor de Dios que nunca deja de sentirse cerca disfrutando cada paso que das de su maravillosa Creación.
Gran regalo que a veces no sabemos valorar, ni disfrutar.

BUEN CAMINO!!!!
EGL y JSP


En el Camino hay personas muy diferentes tanto por su edad y circunstancias como por sus motivaciones y su actitud religiosa (creyentes, alejados, ateos). Pero este itinerario espiritual es común, se da en todos ellos independientemente de que lo busquen o no busquen. Es un fenómeno propio de la peregrinación.

Para caminar no sólo hay que mirar el suelo, es preciso levantar la vista. El Camino es ocasión de contemplación, y hay que olvidar la prisa, hay que dejar tiempo para contemplar. En primer lugar contemplación de la naturaleza, algo a lo que el espesor de nuestra cultura científico-técnica contemporánea no nos tiene acostumbrados: casi siempre estamos en contacto con casas, coches, ciudades… con la obra del hombre. Pero la peregrinación nos pone en contacto con la grandiosidad de la creación: el cielo, las montañas, los ríos, los animales.

Hacer el Camino no es quemar kilómetros o etapas sin más. Supone adentrarse en una tradición secular que ha dejado multitud de testimonios: el propio trazado, las poblaciones y monumentos que lo jalonan, el arte, las costumbres de los peregrinos, los relatos, los testimonios…
El peregrino debe ver todo, todo lo que pueda, pero no es un turista. El turista viaja con confort, visita un lugar, mira todo, curiosea, fotografía, y vuelve a su casa él mismo, el que era,  simplemente enriquecido por los recuerdos de lo que ha conocido. El peregrino sabe cómo ha salido, pero no cómo va a volver.

El secreto de la peregrinación es descubrir nuestra propia condición de peregrinos, pero no del Camino sino de la vida. Los valores descubiertos en el Camino: la simplicidad, la nueva sociabilidad, el despojamiento, la liberación y el silencio, la experiencia de belleza y de verdad, incluso la apertura al Absoluto, son para retener y vivir en medio de la ciudad y la vida corriente, en el trabajo y en casa, con la familia y con los amigos.

Eso quiere decir ser peregrino: descubrir cómo encarnar valores nuevos, un yo renovado, allí donde vivimos. Y al mismo tiempo ser consciente de que toda nuestra vida será ahondar en esos descubrimientos, toda ella se convierte en peregrinación.

En este sentido decimos que el Camino es parábola de la vida: nos revela nuestra condición de peregrinos que han de seguir caminando hacia una meta no ya provisional sino definitiva. 
Ultreia

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5 comentarios

  1. GRACIAS, GRACIAS, GRACIAS!!
    Ya sabes que el Camino de Santiago es una de mis pasiones, por todo lo que aprendo, lo que me aporta, lo que me enriquece y lo que me aísla de las ataduras cotidianas.
    Para mi siempre supone un parón en el tiempo y una cura de humildad, sin duda alguna. Además de una prueba de fe y confianza en la Providencia.

    Me ha encantado. Un abrazo

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    1. Pues muchas gracias querida Emma por el testimonio tan bonito que me enviaste y que ha servido para alimentar mi entrada de hoy. También yo quedé enamorado del camino en mi breve pero intensa semana en sus sendas. Ojalá pueda retomarlo algún día. Un abrazo

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  2. Me está costando mucho publicar un comentario en tu blog....¿será que he instalado windows 10? Saludos

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    1. No creo que sea eso Charo. A mi me funciona muy bien. Prueba a borrar los cookies . Un abrazo

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  3. Pues el próximo año, juntos, si Dios quiere, asi que vete preparando....

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