¡Me pongo de los nervios!
No sé a vosotros, pero a mí me han dicho muchas veces que debo aprender a perdonarme a mí mismo, a aceptarme como soy; eso implica tomar conciencia de que soy vulnerable, darme cuenta de mi imperfección. Y las deficiencias , en la sociedad que estamos inmersos, son cada día menos aceptables. No digo nada si la exigencia es a nivel físico… Estamos en un mundo que demanda cada vez más, la perfección en todas las esferas de su personalidad.
Pero voy a quedarme con esa obstinación, en la que que podemos caer, esperando de nosotros mismos un estándar demasiado alto, que no solicitamos a ninguna otra persona. Como dice el refrán : “Consejo vendo y para mí no tengo”.
Para nosotros los creyentes, a veces es fácil perder de vista que la santidad consiste en vivir las virtudes de una forma heroica; esto se traduce en que ha tenido lugar una gran batalla, intentando vencer aquellos defectos, fallos, pasiones, y deseos que llaman a nuestra puerta.
Me gusta mencionar a los santos. La Iglesia los presenta como modelos a imitar, no solo en su bondad y buenas obras, sino de forma especial, en su lucha contra sus imperfecciones. Así se conoce por ejemplo, que San Francisco de Sales tenía un carácter muy inclinado a la ira. Él mismo confiesa que pasó muchos años intentando dominar su mal genio.
Después de una ocasión en la que tuvo que reprender a un joven que maltrataba a su madre, dijo: “He temido perder en un cuarto de hora la poca dulzura que he trabajado en conseguir desde hace 22 años gota a gota, como el rocío en el vaso de mi pobre corazón... a la manera que una abeja tarda varios meses en hacer un poco de miel que un hombre consume en un bocado.”
¡Ay el enojo!… parece que el siglo XXI, nos trae una buena dosis. Nos alteramos a veces por nimiedades. No soportamos una palabra en contra. Las correcciones nos cuestan y enseguida sacamos la excusa y la protesta.Y los gritos parecen que participan en un concurso de records Guiness, a ver quien vocifera más fuerte.
Yo no sé vosotros, pero yo…, me siento necesitado de dosis de autodominio, mansedumbre y serenidad. Me irrito fácilmente, aunque reconozco que los años con las experiencias vividas, van colocando poco a poco cada cosa en su sitio, valorando los sucesos en su justa medida. La práctica de pedir perdón, ayuda mucho a vencer a tan tenaz enemigo.
Encontré hace pocos días una oración , para ayudarnos a vivir esos momentos de calma, que tantas situaciones diarias nos reclama. Sí, tenemos que reconocernos vulnerables, tenemos que experimentar que sólo puede dominarse a sí mismo, aquél que admite su flaqueza y está dispuesto a doblegar la voluntad. Aceptémonos como Dios nos acepta y pidamos aquello, que no logramos conseguir. Como escribió San Agustín : "Haz tú lo que puedas, pide lo que no puedes, y Dios te dará para que puedas".
Señor a veces tengo ganas de estallar
me puede el enfado y la irritación
me hace querer dar un grito
o dos
a veces es enfado con el mundo
o conmigo mismo
y bastante a menudo también con otros
porque las relaciones no son fáciles
ni los puntos de vista coinciden siempre.
¿Y qué quieres que te diga?
Yo tampoco soy la persona
más templada del mundo
y como todos,
a veces tengo mis días buenos
y mis días malos
y momentos en que no puedo más
como ahora.
Así que con enfado y todo
aquí me tienes
a ver si Tu pones un poco de sosiego
de perspectiva
o de humor
que falta me hace.
María Madre de la paz
hoy necesito especialmente
que me ayudes a encontrar calma
9 comentarios
Gracias por esta reflexion Angelo!
ResponderEliminarMañana serà otro dia, con esto ya estoy diciendo bastante...
Un cúmulo de cosas se me amontonan y necesito tiempo y sosiego. No pierdo la luz de vista aunque, en ocasiones, algunos nubarrones intenten taparla...
Nunca una noche ha vencido a un amanecer.
Un abrazo fuerte!
Todos pasamos estos momentos en nuestras vidas, y todos necesitamos esos espacio de silencio para volver a nosotros mismos, y encontrarnos con aquel que es el más importante y fuente de paz,Ten paciencia con todas las cosas, pero sobre todo contigo mismo. (San Francisco de Sales ), muchas gracias por todo su compartir, allí me he visto.
ResponderEliminarQuerido Ángelo: Sólo te digo que me llevo esta oración por verdadera necesidad, llevo una temporada malhumorada e irritante, algo que nunca fue costumbre en mi.
ResponderEliminarEspero que esto pase pronto porque sería muy triste que vaya a pasar así los años que me puedan quedar.
Muchas gracias, Ángelo por seguir ahí, ayudándonos a muchos.
Un beso enorme.
"Mea culpa" soy de las que se enfada con facilidad por nimiedades y aunque se me pasa rápido ese "pronto" luego me arrepiento de no haberlo dominado así que necesito esa oración.Saludos
ResponderEliminarcomo me gusta como eres, te percibo hoy todo humildad, tu reflexión o meditación, tu oración me llega al centro del alma.
ResponderEliminarte tengo presente en mis oraciones. un abrazo.
Igualmente me da mucha tristeza como en solo segundos podemos darnos cuenta que lo que habíamos caminado es solo un pequeño trecho y que para llegar a la santidad hay que andar, lo de las virtudes heroicas ahora lo comprendo mejor.
ResponderEliminarQue buena reflexion...y que precisa oracion ...para orar quienes como yo perdemos la paciencia y nos irritamos mas de lo que quisieramos...Gracias Angelo por compartir con nosotros tus luchas terrenales...que nos ayudan tanto...
ResponderEliminarQue oracion tan bonita Angelo,me la guardo en mi cajita...que falta me hace!!
ResponderEliminarUn cariñoso saludo :)
Qué gran oración "Con enfado y todo aquí me tienes"
ResponderEliminarPorque nos presentamos ante nuestro Padre tal y como somos para que nos ayude.
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