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A los que decepciono


Todos tenemos la experiencia de leer un texto donde, sin esperarlo, aparece una frase que nos sacude fuertemente, e inmediatamente nuestros pensamientos empiezan a girar en torno a ella. A veces de manera acusatoria y otras de forma alentadora. Ayer me topé con una de esas que no cesó de acecharme durante un buen rato, hasta derivar en este post. 

“Si nunca esperas nada de nadie nunca te decepcionarás.” Pertenece a  la escritora Sylvia Plath. Como toda afirmación, tiene sus matices, opiniones y excepciones, para cada  receptor . Manifiesto plenamente mi acuerdo con ella.

Y es que me doy cuenta, de que frecuentemente expresamos nuestra decepción. Me gusta la definición que Wikipedia hace sobre ella : “La decepción es un sentimiento de insatisfacción que surge cuando no se cumplen las expectativas sobre un deseo o una persona. Se forma en unir dos emociones primarias, la sorpresa y la pena”

Y entre las ideas que vuelan alrededor de ella, percibo  que abre las puertas al “ego” del que la sufre. ¿No es verdad que en el fondo de nuestras expectativas, hemos pensado en nuestra forma de concebir las cosas , en la manera de vivirlas?.. ¿No corresponde a nuestra realidad , que toda la empatía manifestada hacia el otro ,sea una búsqueda de acomodo a mis circunstancias?...

Llevo tiempo descubriendo otra realidad, emparentada con la decepción y que practicamos  de forma sutil, casi imperceptible. Me estoy refiriendo a la corrección fraterna, a la “critica” que alguien querido, nos hace sobre algún aspecto de nuestra vida. Confesamos con orgullo, que aceptamos la amonestación, la censura, la reprensión, y se nos llena la boca, suplicando a quien nos conoce y nos quiere de verdad, que por favor nos indique aquello que no hacemos bien.

Llega la corrección, el desacuerdo en algunas cosas de nuestra actuación, o tal vez no llega la palabra esperada, el gesto solidario, envuelto en silencio aparentemente  respetuoso, y buscamos rápidamente en nuestra biblioteca , el libro titulado “decepción”, para abrirlo y poner en práctica sus consejos. Una vez más, debo entonar el mea culpa, examinando mi actuar. Tristemente, verifico que también yo, entro en el número de los que  así obran. 

¿Y como reaccionamos ante la decepción? … La primera que se me ocurre, es la imperiosa necesidad de que los otros se enteren, de que conozcan  que me han herido. En la sociedad de avances tecnológicos, en la que vivimos, tenemos muchos aliados para difundir nuestro pesar. Cogemos el teléfono, acudimos al correo electrónico, usamos nuestras páginas webs, nuestras redes sociales, nuestros whatssap y venga… ¡a proclamar fuertemente nuestro desencanto! Vistas las cosas desde la distancia y  la reflexión, no puedo evitar pensar que nos parecemos mucho a los niños pequeños, cuando tienen su rabieta. Quieren que todos se enteren de que están dolidos, cuando sus expectativas se han venido abajo. Y de la misma  forma que ellos reaccionan , ponemos en práctica nuestra "revancha". Empieza la queja, la murmuración, el bloqueo en las redes sociales, la eliminación de la webs de nuestros favoritos, y la manifestación infantil del "ya no te ajunto".

Llego a la conclusión, de que la decepción no solo abre la puerta al egoísmo, sino que reclama fuertemente, que entremos por ella, donde la siguiente estancia que nos encontraremos, será la de la soberbia. Vuelve a gustarme la definición que la Wikipedia hace de ella : “Sentimiento de valoración de uno mismo por encima de los demás”.

Siempre he manifestado que la parte de la pasión de Cristo que más me impresiona es la de Getsemaní. Porque la muerte en cruz, corresponde , a la consumación de una  aceptación, en cambio en el huerto de los Olivos, estuvo presente la lucha violenta  para dar respuesta afirmativa a una Voluntad. Un combate contra numerosos enemigos que tentaron al mismo Jesús: La batalla contra el desaliento , la decepción, la incomprensión, la soledad, el silencio, el abandono, la inutilidad, el orgullo, la soberbia…

La mayoría de las veces miramos las cosas con ojos humanos, así pues, con esta visión ¿No sería el hombre la gran decepción de Dios?... Parece ser que no. Y entiendo el porqué. Dios es amor dice la Biblia. El amor no espera nada, lo da todo . Aquellos  que lo creemos firmemente lo sabemos y lo hemos experimentado. 

¿Decepciones?..., Paseémonos por Getsemaní y  el Gólgota , allí encontraremos respuestas.

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32 comentarios

  1. Cuanta razón tienes!!
    Ciertamente nos decepcionamos porque no recibimos de los demás lo que esperábamos, es verdad que muchas veces esa decepción responde a un cierto grado de inmadurez, de falta de amor y de aceptación de que el otro no es igual que yo, ni responde o reacciona igual que yo...

    He de reconocer que sí que he vivido ciertas decepciones de personas con las que me he volcado en cuerpo y alma y cuando ya no les he servido, me han echado y tirado como si fuera un klenex. Y esto duele tanto, que el sentimiento de dolor y decepción resultan inevitables.

    Buena entrada Angel, como siempre remueves conciencias. Un abrazo!

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    1. Como todo en nuestra vida, basta echar un vistazo a la vida de Jesús para silenciar nuestras retitencias. Un fuerte abrazo querida amiga y felicidades en tu cumple también desde aquí. Un fuerte abrazo

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    2. Me parece que como estamos destinados a vivir eternamente en el Cielo, nunca vamos a saber integrar del todo las emociones dolorosas, la frustración, la decepción, tampoco el miedo. Y como dices Ángel, solo podemos con Cristo, en el camino de la conversión. Un abrazo fraterno

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  2. Nuevamente gracias, creo que Dios te puso en mi camino por alguna razón Ángel, (como todo lo que Él hace), estamos en sintonía, digamos que pones por escrito lo que mi corazón trata de meditar y entender!!!!

    Un abrazo en la distancia!!!

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    1. Vamos a creer que nos unió en esta página querida Inés María, porque todos avanzamos gracias a la auda, apoyo y testimonio del otro. Un beso

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  3. Desde aqui aprovecho para pedir perdon a todas y cada una de las personas a las que he decepcionado,a ti el primero querido Angelo (todavia me duele recordar...)
    Gracias infinitas por ponernos los pies en la tierra y sabernos sacar lo mejor de cada uno.
    Que Dios te siga bendiciendo.

    Un cariñoso saludo mas entrañable si cabe. :)

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    1. Nunca me decepcionaste. Todo lo contrario, tu testimonio nos dió una gran lección de humildad. Un fuerte abrazo

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  4. Solo con Dios y su infinito amor todo es posible. Gracias.

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    1. Gracias por hacer honor a tu nick con tus reflexiones. Un abrazo

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  5. Las expectativas......ja, ja.
    He ahí el problema. Al esperar algo concreto nos hacemos incapaces de recibir el inmenso regalo de cada instante.
    Lo mismo pasa con nuestras oraciones, pedimos algo tan concreto que nos impide recibir la gracia que se nos regala.

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    1. Como tú sueles decirme. Muchas gracias Ana. Ya sabes... Apocas palabras... Un abrazo muy fuerte

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  6. Angelo, ¡Madre santa!, todos estamos misteriosamente unidos, entrelazados, Dios nos sostiene a todos. Solo podemos estar agradecidos por cada persona que Dios nos regala ¿cómo vamos a sentirnos decepcionados? Todas nos enseñan. Es una alegría inmensa encontrar estos espacios para compartir la fe, la oración, el Rosario, somos privilegiados. Dios es Amor, Amor, Amor. Ángelo, siéntete muy querido. Cuando leí el título me extrañó, solo podemos estar agradecidos...Muchas gracias.

    Un beso.

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    1. Pues me encanta tu visión querida Rosa. Es la que debemos tener todos el agradecimiento por todo. Un beso

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  7. Pues yo no estoy de acuerdo con la frase de esa escritora. A mi me parece que es bueno esperar en el otro, sabiendo que el otro es un ser humano y se puede equivocar o hacer las cosas no como a mí me gustan.
    ¿Que sería de nosotros si nadie esperase de nosotros algo? por ejemplo que queremos ser mejores, que si lo hicimos mal podemos arrepentirnos, que podemos ir superando y limando nuestras asperezas...Esto es imagen de que Dios también espera de nosotros, pero espera y no se decepciona porque sabe del barro que estamos hecho, ahí estriba la diferencia. Nosotros esperamos del otro, en ocasiones, lo que no nos puede dar y de ahí la decepción.
    Esperemos TODO sólo de Dios, y del hombre creamos que es un ser capaz de, con la ayuda de Dios, superarse y si no lo hace, comprendamos...
    Un abrazo en Cristo

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  8. Pues me alegra muchísimo tu desacuerdo en la frase, pero como tal ya digo que tiene sus matices, opiniones y excepciones según el receptor. Así que tu visión es igual de real que la que pueda tener otro. Lo que dices es muy interesante y tienes razón. Lo que intento hacer hincapié en mi entrada es precisamente en lo que tú nos compartes. La decepción hacia otra persona puede corresponder en realidad a una búsqueda de uno mismo, sin tener en cuenta todas las luchas, renuncias, cambios, arrepentimientos, silencios,que el otro experimenta en su vida. Me refiero a la decepción del otro sobre mí, como una posible trampa que puede tranquilizar mi conciencia, dando paso muchas veces al juicio, a la intolerancia y al orgullo. Muchísimas gracias por tu aportación, Un abrazo

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  9. Ángelo, una vez más unas reflexiones profundas y atinadas. Por otra parte, enlazando con lo que Camino y tú comentáis, la decepción desalentada nos lleva a renunciar a la mejora del otro, a pensar que el hecho de no estar a la altura de nuestras expectativas supone que no son merecedoras de nuestro interés.

    Lo dicho, muy interesante y oportuna.

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    1. Gracias por tus palabras, emitidas hoy con tono solemne. Un fuerte abrazo

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  10. "El amor no espera nada, lo da todo"
    Estoy de acuerdo en que la clave es amar de verdad. Amar por amar a Jesús en el otro, sin expectativas, también en los fallos. Porque ahí encontramos ya nuestro agrado, no por defendernos de la decepción.
    Y si nos queda algo de esa decepción, a la que humanamente llegamos fácilmente, también creo que acompañando a Cristo en el Gólgota se nos tiene que pasar todo, todo. Ante Cristo en la cruz solo nos queda aceptar en silencio.

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    1. Querida Fran. A medida que vamos aceptándonos a nosotros mismos, vamos comprendiendo mejor a los demás. Tenemos donde mirarnos y aprender. Gracias por tu aportación. Un beso

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  11. Pienso lo mismo que Caminar, prefiero esperar algo de las personas, sobre todo de las que conozco y quiero. no hacerlo si sería decepcionante.
    Un beso enorme, Ángelo.

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  12. Gracias, muy buena explicacion del tema. Bendiciones

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    1. Gracias a ti por entrar y dejar tu presencia entre nosotros. Un beso

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  13. Me siento totalmente descrito en este artículo. Mi ego me puede. Mis expectativas con la gente no siempre se ajustan a la realidad. Debe callar mis caprichos, devo arrojar mis caleidoscopios. Y aprender cada día a luchar a llevar la cruz como un santo... Aunque nunca lo consigo. Teniendo en cuenta que las otras dos cruces del horizonte, las del penitente y el maldito no son las que quiere que cojamos Dios. Para ello mucha acoetación, mucho silencio ante nuestras propias quejas o justificaciones, amar y sonreir. Como decía S. francisco de Sales: santo triste, triste santo. No hay cruz sin cristianismo, y ya que tenemos cada uno njuestra cruz, aprendamos a llevarla con qcoetación. Con una sonrisa de amor. No con resentimiento. Pensemos que cada cruz es personal, hecha por Dios oara nuestra santificación.

    Siento emoatía 100% x cada palabra de este post. Como dice San Juan de la Cruz en sus cautelas acerca de las personas tengamos igual de amor e igual de olvido.

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    1. Pues muchas gracias una vez más querido Pepe, por dejar siempre tu testimonio y tu reflexión. Dos grandes santos los que mencionas. Ellos hablan de experiencia. Ojalá nosotros sepamos aprender como ellos lo hicieron. Un fuerte abrazo

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  14. He sufrido grandes decepciones en la vida pero también yo he decepcionado a personas sin pretenderlo pues esperaban de mi más de lo que yo podía aportar. Saludos

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    1. Creo que es muy bueno daros cuenta de que lo exigido a los demás primero debe exigirse a nosotros mismos, entonces el resultado de nuestro actuar será muy distinto en ambos casos. Un fuerte abrazo Charo. Muchas gracias por entrar a compartir

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  15. E' difficile non restare delusi ed amareggiati quando hai bisogno di una parola di conforto, di un sorriso e nessuno riesce a donarteli. L'indifferenza o l'insensibilità possono scavare un abisso di dolore.........................è pur vero che Cristo ci ha insegnato ad amare senza aspettarci nulla! Solo Lui dona sempre, anche quando non è corrisposto. Un abbraccio

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    1. Cara Martina. Difficile, ma ci auta a valorare in piu quello cha abbiamo ricevuto, e di QUI lo abbiamo ricevuto. È difficile restare delusi con te. Sei una benedizione in questa casa. Bacci

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  16. Que bueeeno!!! Yo es que me decepcioné de mi misma Angelo!!!!....y pronto me nació desde dentro la Esperanza que Alguien tenia puesta en Mi..y esto me hizo revivir...ahora lo negativo que me llega de mi persona lo tomo de otra manera y hasta doy gracias a Dios fijate.....un milagro. Siempre me ayudas....un abrazo

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    1. Siempre me sorprendes querida gosppi. Eres una lección de optimismo, alegría y esperanza para mí. Gracias por esas palabras tan alentandoras y hermosas. Un beso fuerte

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  17. El amor y la misericordia, es lo que el Señor me ha ido llevando a ver en mis hermanos. Por eso ya no me decepciono, porque no espero nada...todo es gratuidad...Solo lo espero en El...No sé si es un regalo, o si es mi propio caminar que me ha llevado hasta aquí." Yo soy muy pequeña"...¡Gracias Ángel! Buenas noches.¡FELIZ DÍA DEL CORAZÓN DE JESÚS Y DE MARÍA.!

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