Consejos ignorados
De momento y la más fácil en seguir compartiendo lo que se publica en Páginas Digital. Gracias por vuestro apoyo. Gracias a Dios me encuentro muy bien animicamente, con paz y serenidad. El día 8 me iré unos días de retiro antes de volver a ingresar, para ver como ha evolucionado la intervención en este mes. Un abrazo
¿Cuántos consejos me habrán dado en lo que llevo de vida? No puedo ofrecer ninguna cifra, pero estando ya peinando canas, puedo decir que muchos. ¿Cuántos he aprovechado? Tengo que expresar con una cierta nostalgia ,que muy pocos ,y no porque fueran malas las exhortaciones, sino por la omisión en seguirlas.
¡Cuántas veces he lamentado, no haber hecho caso de lo que me dijeron! Cuántas veces me he lastimado, en caídas que me fueron advertidas. Cuántas veces, la autosuficiencia se ha erigido en la dueña de mis actos, sin darme cuenta, de que aún no conocía la magnitud de los obstáculos, que se han presentado en mi camino.
Cada vez recibo menos consejos, ya son pocos los que se atreven aún a dármelos, y confieso que es ahora, cuando los valoro y acepto, sabiendo que quien me los ofrece, me desea lo mejor. Una sugerencia, un aviso, una decisión,… Las recomendaciones, en la mayoría de las veces son acertadas, y seguirlas evitaría muchos sufrimientos. Hablo de mi experiencia.
Recuerdo cuando en mi adolescencia, me rebelaba contra todo; de nada servía que mis padres me advirtieran de que un día, me daría cuenta del valor de sus avisos. Por entonces me parecía imposible que llevaran la razón, “estaban equivocados”, “eran de otra época”. Esos eran mis razonamientos. Los mismos argumentos, que los jóvenes de generaciones pasadas, presentes y futuras, parecen llevar de forma innata. Y tengo marcado, algo que no he podido olvidar; unas palabras que pronuncié en una rabieta adolescente. Le dije a mi madre, que nunca le daría la razón, que sabía a ciencia cierta, que ella, era la equivocada…
¡Mamma mía! ¡Cómo he pagado mi chulería! Cada consejo, cada palabra de atención, cada advertencia que se me hizo y de la que huí y rechacé, se fueron cumpliendo. Mis caídas fueron dolorosas, muy dolorosas, y aún hoy, las cicatrices siguen doliendo.
Bastó ser padre, para darme cuenta de muchas cosas, para ir dando la razón a cada consejo desechado. Y veo que se repite la misma historia en muchos padres e hijos.
Algunos, nos decían cuando nuestro hijos eran pequeños : “Dejad que crezcan que ya veréis lo que se sufre” Aún en esos comienzos de paternidad, seguía sin creer en las advertencias; aún quedaba un poco de arrogancia.
Y llega, claro que llega, el momento de sufrir por los hijos. Crecen rápido, muy rápido; no dejo de asombrarme de cómo los años pasan y… ¡quedan tantas cosas por hacer! Aún hay tanto que enseñar… y es cuando descubres que tus hijos ya vuelan solos y que ahora sus caídas dependen totalmente de ellos.
Y te das cuenta, de que habiendo recibido la misma educación, cada uno tiene una personalidad distinta, que reacciona diferente ante lo aprendido. Que Dios no repite a las personas, que las hace únicas y que en esa singularidad hay que amar.
Recibo en mi trabajo nocturno muchas llamadas de padres angustiados, porque sus hijos no han vuelto a casa ciertas horas de la noche. Nuestros hijos no podrán entender ese desasosiego, hasta que lo vivan, no sabrán valorar nuestro temor, nuestro sufrimiento hasta que lo experimenten, por eso la impotencia se apodera tantas veces de nosotros. Porque la historia se repite; consejos no escuchados, conocimientos no adquiridos y la convicción de la autosuficiencia en todos los aspectos de la vida. Ojalá nunca sea tarde.
¿Y qué se puede hacer? Os digo lo que hago yo. He probado varias técnicas y solo una ha funcionado : AMAR
Pero… ay queridos amigos, hay que saber lo que es amar de verdad, y lo sabremos cuando experimentemos en nosotros, que lo damos todo, lo repito muy despacio T-O-D-O. Y hay que hacerlo, como decía la beata Teresa de Calcuta: “Hay que amar hasta que duela”.
Por eso, creo que la desesperanza nos asalta tantas veces; divisamos el precipicio donde caerán, gritamos y no nos oyen, no nos miran y cuando les llega nuestra voz, no nos creen.
Padres: ¡Mucho ánimo! No nos rindamos jamás. Y como decía San Juan de la Cruz: “El alma que anda en amor ni cansa ni se cansa"
15 comentarios
Hola Ángel, me alegró que estés bien, gracias A Dios.
ResponderEliminarEs cierto todo lo que dices, uno no toma en cuenta lo que se nos dice
cuando uno es joven, no escuche muchas veces los consejos de mis
padres, ahora como madre y abuela
trato de aplicarlos con amor y mucha
Paciencia.
Bendiciones
Martha V.
Que razón tienes hermano mio..Angelo, pero ahí estamos , apoyados en la Fe para que este Amor que se nos dá a cada momento penetre en nuestra alma y nos salga amar sin esfuerzo.
ResponderEliminarEste tiempo , me imagino que será un Adviento muy especial para ti, haz el favor de tenerme en tus oraciones que cuando se empieza a desear amar y dar TODO..es que el Señor te ha cogido bien fuerte de la mano..un abrazo
A medida que iba leyendo esta entrada me acordaba de tantos consejos, vivencias.............y de que los hijos duelen mucho, ¡ya lo creo que duelen! y te puedo asegurar que cuanto más mayores son, más duelen, y cómo bien dices son tan diferentes a pesar de haber tenido la misma educación. Que tiempos aquellos tan dulces en que eran bebés . Me alegra de que tu salud vaya mejorando.Saludos
ResponderEliminarQuerido Ángel: yo no te voy a dar ningún consejo, aunque tenga muchos años más que tú. Tu post es muy bueno y me ha gustado mucho leerlo, servirá para tranquilizar a tus lectores, padres jóvenes.
ResponderEliminarPerdona si he andado ausente, no estoy muy bien, pero sigo a tu lado en oración y cariño incesantes.
También quiero pedirte que encomiendes a mi sobrina Elisa, 35 años, que está ya muy mal, Creo que te hablé alguna vez de ella, la operaron cuando a Arcendo, y de mucha más gravedad, ha vivido un suplicio, casi un año, pero sacaba fuerzas para seguir entre quimio y quimio.
Por favor, pide por ella y por mi hermana que va a quedar desolada.
Perdona que te pida esto aquí, pero no tengo ganas de andar con correos.
Un abrazo muy fuerte..
Tienes razón, solo funciona AMAR. Siempre escucho y escuché los consejos, me fío. Una de las personas de las que más me he fiado, ha sido y es Hoja (Arcendo), sorpresivamente para mí, nunca dejo de sorprenderme de encontrar el blog y su repercusión.
ResponderEliminarTodavía me faltan vídeos de los pasos del silencio, miro el sidebar cada vez que entro, ¡qué ganas! Con calma...
Me alegro mucho de tu serenidad.
Un abrazo, Angelo. ¡Mucho ánimo y luminoso Adviento!
Gracias.
Que alegría me da saber que te encuentras mejor Angelo,si el alma está contenta el cuerpo lo agradecerá :)
ResponderEliminarEsta entrada es perfecta y como te decía en facebook de una gran sabiduria.
Disfruta del retiro yo en mi humilde oraciön te sigo llevando.
Todo mi cariño. :)
Caro Angelo, sono contenta che ti senti meglio. Coraggio!
ResponderEliminarIl tuo consiglio di amare è il più saggio che si possa dare! Un grandissimo abbraccio
Militos cuenta con mi humilde oracion,un cariñoso saludo.
ResponderEliminarEntro a dejarte mi cariño y mi humilde oracion,espero que sigas bien :)
ResponderEliminarAsí es Angelo, aunque yo soy de las que reconozco las cosas pero de mala beta y cabreada, pero es cierto. me identifico mucho con lo que cuentas.
ResponderEliminarSeguimos unidos en la oración y te llevo conmigo a misa al encuentro del Señor ;)
Un abrazo.
No olvides rezar un poquito por mi :)
ResponderEliminarUn cariñoso saludo,unidos en oración.
Ángelo hoy estarás de retiro, pido al Señor te siga dando esa paz, esa sabiduría que tienes.
ResponderEliminar¡Animo amigo! cada día nos encontramos en la Eucaristía. Un abrazo fuerte.
Es emocionante verles despegar y a la vez da miedo. Acostumbrados a seguir sus pasos para que no se caigan.
ResponderEliminarPienso que Dios nos creó libres para elegir o no su camino, pero siempre nos ama y nos espera. Así tendremos que hacer como padres, como tú dices, amar siempre, aunque no nos hagan caso.
Querido amigo: ¿cómo te ha sentado el retiro? ya lo imagino y me alegro mucho.
ResponderEliminarEspero que tu ánimo esté templado y esperanzado para la nueva intervención, Jesús, María y José y nosotros también, estaremos contigo en todo momento.
Hoy te dejo "besiños", algo que ya no dejaba a nadie..
Angelo,como me gustaria que nos contaras como te ha ido y como te encuentras...con poquitas palabras,para no cansarte,seria suficiente.
ResponderEliminarUn cariñoso saludo y mi humilde oración. :)
Te invito a dejar tu opinión .Sepamos ofrecer lo mejor de nosotros. Bienvenida la crítica, acompañada siempre de la cortesía.