Uso cookies para darte un mejor servicio.
Mi sitio web utiliza cookies para mejorar tu experiencia. Acepto Leer más

Fácil, facilísimo


No es la primera, ni será la última vez que escuche  o lea una afirmación, que pueda entender, pero en absoluto compartir. Y es que es muy fácil, hablar de lo fácil, cuando sólo se conoce lo que se ve a simple vista, y se juzga sin conocimiento de causa. Creo que la palabra clave en la mayoría de controversias siempre es la misma: “juzgar”. Interpretar al otro con mis valores, mis ideas, mi experiencia…. ¡mi historia!.... olvidándonos de la suya.

¿Qué sabemos de las distintas vocaciones existentes en la Iglesia de Cristo? ¿Qué sabemos de qué se ha servido Dios, para llamar a una persona a su servicio? ¿Qué sabemos lo que le ha pedido?¿A qué ha renunciado? …

Me duele, cuando alguien afirma, que  es muy sencillo apartarse a un monasterio,  o que es un lugar donde refugiarse, huyendo de no sé qué decepciones mundanas.

La mayoría conocéis mi pasión por el cine, y debo lamentar, el daño que  en muchas ocasiones ha hecho este arte, para entender, lo que significa una entrega a Dios. Afortunadamente, empieza a cambiar esta tendencia, ante la búsqueda cada vez mayor de llenar el vacio que este mundo ofrece desde hace tiempo.

Muchas de las opiniones, que colocan la etiqueta de fácil a las almas consagradas, se han forjado en argumentos fantasiosos, y desconocimiento total de la historia y de la misma vida monacal, sin molestarse en verificar todo lo que se expone y por qué no decirlo…. ¡Sin haberlo experimentado al menos de forma pasajera!

Gracias a Dios, tengo varios amigos consagrados que viven en clausura. ¡Para mí es un regalo! Un don que no ceso de agradecer a Dios, porque todos y todas ellas, viven muy de cerca, mis problemas, preocupaciones, dudas, alegrías, desalientos. Todos ellos me tienen muy presente en su oración y en su vida. Y eso no es encerrarse para aislarse. Eso es entender lo que significa amar, porque han entregado su vida al Amor.

Recién ordenado sacerdote, mi hermano me impactó fuertemente con  una anécdota que viví con él. Me invitó a acompañarle al monasterio de la Encarnación en Avila, donde vivió nuestra gran Santa Teresa. Me dijo que iba a solicitar una capellana. Era la primera vez que oía ese nombre, así que le pregunté con gran curiosidad. Me explicó que iba a pedir a una religiosa del convento que rezara por él. Me pareció normal, pero viendo que su respuesta no levantó en mí mayor interés, quiso insistir.

"Una capellana es una religiosa que ofrece todos sus sacrificios, sufrimientos y penas por la persona que lleva en su oración. O sea por decirlo de otra forma: alguien que se entrega por otro”.

Pues sí, mi hermano consiguió tocarme. Por aquella época , yo daba mis primeros pasos en la vida espiritual,  y saber que habían personas que se ofrecían , no para sí mismas, sino para los demás, me dejó descolocado. Y mi hermano continuó…. "Porque aunque no lo creas, las personas que se entregan a Dios en un convento de clausura, no huyen de nada, todo lo contrario, saben que se meten en una verdadera batalla, donde el sufrimiento existe, las heridas van a ser abundantísimas, y el desaliento llamará a su puerta".

El tiempo me ha hecho comprobar que las palabras de mi hermano eran ciertas. Una afirmación de ellos y ellas se convierte en  frase casi lapidaria. “Aquí nadie aguanta, sin vocación” y si no, que lo prueben los que colocan las etiquetas de" fácil y huida".

Porque es muy bonito, y hermoso, contemplar el silencio, el canto de los pájaros, el paisaje, el ruido del agua, la belleza de los cantos, la serenidad y  paz, que produce estar sentado en el claustro recibiendo los rayos de un día soleado. Si sí, muy hermoso y muy bonito, pero eso lo experimentamos los que pasamos por allí unos días. Luego viene la realidad…

El sueño interrumpido para levantarse y orar, “la rutina” de estar bajo la disciplina de un horario, el convivir con personas de educaciones diversas y muchas veces de gustos opuestos a los de uno, la obediencia fiel, renunciando a la propia voluntad, el sentimiento de soledad que aflora en ocasiones…. Esto son algunos ejemplos de las capas más externas de la vida monástica. De las internas ya ni os cuento…

Miremos un poco alrededor nuestro, lo que tenemos, lo que usamos, miremos nuestro tiempo de trabajo y de ocio, nuestras relaciones sociales, nuestros caprichos, aunque sean una vez al año. Incluso nuestros sufrimientos, penas y desalientos ¿Cuántos de ellos los llevamos en soledad?....


Yo tengo muy claro donde colocaría una de las etiquetas de "fácil"… y me pensaría muy bien dónde colgar el resto de ellas.

También puede gustarte

25 comentarios

  1. Me quito el sombrero ante tus palabras Angelo.
    Y me dejas avergonzada...yo también juzgaba así...¡¡Diso mio perdoname!!

    ¡¡Cuanta ignorancia!!

    Gracias Angelo,echaba de menos tus tirones de oreja :)
    Dios te bendiga.

    Un cariñoso saludo :)

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Es lo que nos pasa cuando siempre opinamos de algo que no conocemos,y nos dejamos llevar por lo más fácil, creernos lo que nos dicen sin ni siquiera molestarnos en comprobarlo. También yo he tenido que derribar muchas torres construídas en falso.
      Gracias siempre por tu fidelidad. Un besazo

      Eliminar
  2. Hola a todos.
    No estoy pudiendo ni siquiera disfrutar todavía de los episodios que estáis comentando, y mira que el tema es muy mío... He visto esta entrada y me encanta lo que pones. Angelo. ¡Si supierais las dificultades externas e interiores que pueden tener los contemplativos...! En primer lugar, por haber cambiado su vida personal por la de intercesores universales y sabiendo nosotros del poder de la oración, podéis figuraros que son unas personas que ayudan mucho a la obra de Dios, por lo que el Malo no los quiere mucho y se servirá de todo lo que pueda para que dejen su sitio en el monasterio, otras pruebas...
    También hay quienes sienten que su vida no tiene sentido porque aparentemente no tienen nada: se han privado de algo tan humano y necesario como ser padres, así como de compartir la vida con alguien, y esto es algo mucho más profundo que simplemente el celibato. Se privan de tener un trabajo normal y recibir en él los refuerzos, valoraciones y ascensos que ello supone -y esto creo que es más marcado en los hombres-. Se privan de su propia voluntad en momentos e incluso amplias etapas aceptando por obediencia algo que no acaban de entender, sea estudiar o no, trabajar en un sitio del monasterio u otro, compartir faenas con otros hermanos-as con los que no se siente especial sintonía en determinados momentos; que te vean la cara cuando no quiere vérsela ni uno mismo, y es más, que el día siga siendo igual en sus rutinas y temporalizaciones a pesar de cómo se está... La imaginación también es un caballo de batalla, según las personalidades: un hermano ingeniero aeronáutico que había sido militar y vivido buena parte afuera, me contó que un día, barriendo una escalera, le vino este pensamiento: “¿Pero qué haces tú aquí barriendo esto con lo bien que podrías estar a estas horas -que son las del vermut- con tu cuadrilla de amigos por vuestra zona de Madrid?”. Como les preparan para el combate espiritual, se dijo: ”Bueno, voy a vivir el momento y acabar esto y, cuando llegue abajo, al rellano, me lo volveré a plantear.“. Pero para entonces ya había desaparecido la tentación...

    Ven cómo las personas pasan y son religiosas pero afuera y se pueden plantear si ellos no podrían también simultanearlo y así no tener que renunciar a tanto..., pero si Dios los quiere sólo para Él... Aparte de que, los de afuera creamos nuestra familia por lazos de amor y elección; los hermanos y hermanas de comunidad te los elige Dios, y con ellos hay que vivir, aunque las elecciones de Dios acaban siendo las mejores, aunque no siempre sean las más cómodas.
    Un hermano compartía en un vídeo de la tele que en el monasterio había empezado a conocerse de verdad a sí mismo, pues no se pueden ”escapar“ de los problemas o posponerlos, o cambiar los planes, o dejar de ver durante un tiempo a la persona con la que has tenido un roce hasta que se pase el disgustillo:no, hay que seguir adelante y conocerse mejor y crecer en humildad muuucho para estas situaciones y otras.

    Esto no es nada, sólo matices, pero os los cuento para deciros no sólo que no es una vida fácil sino que sólo por gracia de Dios se pueden superar estas y otras vivencias, y es porque Dios quiere que estén ahí. Mi abad y dire espiritual suele decir que un monje no sirve para nada, pero que igual que si falta una señal de tráfico, se crea caos, o los parques son necesarios en las ciudades aunque no seamos muy conscientes, ellos son como la lamparilla que hay al lado del sagrario: están para indicar dónde está Dios. Y, añado, sus vidas son testimonio de que se puede vivir con poco y centrados absolutamente en el Amor de Dios y ser felices; y no son palabras, son vidas, año tras año y mes tras mes.
    Bueno, que, como casi siempre, tengo mucho que corregir, pero ha sido una delicia compartir de nuevo con vosotros aunque suponga dormir un poco menos esta noche.
    Besicos de vuestra hermanica Camino-Isabel.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Me alegra muchísimo que nos hayas explicado tu propia experiencia (te tengo por experta en la materia)No te eeeeestreses mucho con los exámenes.Muchísimas gracias por tu aportación. Un beso

      Eliminar
    2. Aprovecho para pediros que llevéis a vuesteas oraciones a un amigo mío que mañana inicia su postulantado. Lo deja todo, no todos los suyos aceptsn su decisión, está emocionado pero tb nervioso... Por eso os pido oración Es una joya; ojalá Dios lo quiera para Él.

      Eliminar
  3. Don de Dios regalo,entrega especial que bendición el otro día fui a visitar a una amiga que esta en las carmelitas, tenia un rostro sereno y aunque es joven tenía una losania especial, también salió la superiora a saludar y apesar de su delicada salud también tenia el mismo rostro,ellas tinen una tablita donde hacen un listado y en la orden del día anotan antes de la entrada del oratorio los nombre de las personas que rezan,cuando mi hermano fue el otro día todas sabian su nombre porque ellas rezan por él . ¡Qué regalo.!
    Nerea

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Yo creo que todo el mundo debería ir a visitar un convento de clausura, al menos por curiosidad y hablar con ellos-as, seguro que no se quedan indiferentes.Gracias Nerea por compartir tu bella experienza. Un beso

      Eliminar
  4. Pues si....llevas razón. Aunque desde chica he frecuentado conventos de clausura y siempre me han transmitido la Alegria del Espiritu..tambien procesos de "tiempos frios" dentro del convento donde ves que el lenguaje se mundaniza en ocasiones y la falta de vocaciones y la vejez dentro del convento agrava el sufrimiento de las monjas.
    Cuanta oracion necesitan...porque las tentaciones son tremendas dentro eh? tremendas!
    Y que bien mas enorme hacen a la Iglesia!!! Hemos de tener a estas personas elegidas muy presentes en la oracion diaria y en la Eucaristia...porque son pilares de la Iglesia.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Cuando uno se para a pensar que es la oración constante en todo el mundo, con la diversidad de horarios,llega a Dios, cae en la cuenta de porque Dios, sigue esperando y confiando en el hombre....Gracias Gosppi. Un beso

      Eliminar
  5. Benditas sean las capellanas!!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Con tu alabanza, me invitas a rezar y ofrecer el día por todas ellas. Muchas gracias Pepe. Un fuerte abrazo

      Eliminar
  6. Trás ller tu entrada la he comparado con el libro que estoy leyendo "La saiduría de un pobre" que trata del sufrimiento que pasó San Francisco de Asís por una larga temporada, totalmente conmovedor.Pienso que debe de ser muy duro la vida monacal pero está claro que estas personas trasmiten una gran paz y que solamente el amor tan intenso que profesan a Dios puede dar esa paz.Saludos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias por mencionar el libro. Me has abierto la curiosidad, ya que no lo he leído. Sí Charo, sé que es muy dura la vida monacal, porque he conocido varios casos de gran lucha. También se ve en los vídeos que estoy subtitulando. En el próximo hay una religiosa que habla de su paso por el "desierto". Gracias Charo por compartirlo. Un beso

      Eliminar
  7. Desde luego, que la etiqueta fácil, no será por los hombres y mujeres de clausura que entregan su vida a Dios y a los hombres a cambio de nada, de nada terrenal. fácil es para los que nos quedamos al otro lado de los muros a vivir con comodidades y bienes materiales. Opinar sin conocer es una valentía de ignorantes. Un abrazo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Querido releante. Yo tengo claro que a pocos le colocaría la etiqueta de fácil. Cada uno tiene su historia propia , su experiencia con Dios, su vivencia personal del sufrimiento y del dolor. Luchar en esta vida por el BIEN, no es fácil para nadie. Pero me duele de forma especial cuando se menosprecia el sacrificio y entrega de otros. Cuando la iglesia canoniza a un santo, está diciendo que ha vivido las virtudes en grado heróico, o sea que ha tenido una buena lucha y ha sido herido muchísimo en la batalla. Y la santidad se alcanza en cualquier estado y lugar, por eso creo que no se puede colocar tan fácilmente la etiqueta de "fácil y huida" . Lo que sí sé es que los que entran en una vida claustral, son conscientes de que van a una batalla, no a una vida de comodidad y tranquilidad... ahí lo dejo.
      Gracias por tu comentario. Un fuerte abrazo y enhorabuena por los premios.

      Eliminar
  8. Es raro lo que sentí cuando abrí la pagina..pensaba porque no me quiso DIOS para clausura... tenia 5 o 6 años, es larga la historia, por eso no la escribo. Desde que comenzó el tema de clausura , monasterios, me atrapo, y medite bastante en ello.Quiero decir que estoy casada hace 27 años(ya!ja)una hija y un hijo que son realmente Don de Dios ya que era estéril...y aun teniendo todos estos dones de Dios me pregunto porque no me quiso.. y creo que hoy encontré parte de la respuesta...Gracias por este sitio , gracias por ser así, porque trasmitís muy bien los sentimientos , sabes es tremendo como nos cuidad DIOS
    GRACIAS...masu

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Querida Susana. Te agradezco enormemente tu confidencia y el compartirla con nosotros. Se puede ver que Dios es el que llama al lugar donde quiere que estemos, y nuestra libertad dirá si lo seguimos, tus hijos son tu bendición y alegría. Esa es la página que Dios escribió para ti, por eso insisto en que las vocaciones a la clausura es la página que Dios ha escrito para los que habitan en ella. Gracias de nuevo. Un abrazo

      Eliminar
  9. Respuestas
    1. Como digo en el post. ¡Eres un regalo de Dios hermosísimo para mí! Gracias por responder a su llamada. Un abrazo

      Eliminar
  10. ANGELO, credo che quando non si pensa che la vita monastica sia una chiamata del Signore allora ogni giudizio negativo su questa forma di vita è possibile! Forse bisognerebbe far conoscere di più questa meravigliosa realtà! Un abbraccio

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Tu si che parli sapendo cosa dici... Grazie bella. Non ti ho detto che il viaggio a Roma non si fará pur troppo. Aspetto voi a casa nostra.

      Eliminar
    2. Angelo, mi dispiace moltissimo!!!!! Spero non sia nulla di grave ad aver imposto la scelta di non fare più il viaggio a Roma. Peccato, abbiamo perso un'occasione per poterci conoscere......beh,forse un'altra volta....
      Grazie per l'invito.....sarebbe troppo bello!
      La vita monastica ha esercitato su di me, fin dall'età della ragione, un fascino difficile da contenere. Un grande abbraccio

      Eliminar
  11. Hace años que mi familia y yo tenemos una capellana en Mancera. La recordamos constantemente en nuestras oraciones, y sabemos que ella está siempre pendiente de nosotros. Vivir así la fe da mucho consuelo y alegría. Un abrazo!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Guauuu. ¡Vaya lujazo! Y seguramente que notáis ese empujón .Gracias elige. Un abrazo

      Eliminar

Te invito a dejar tu opinión .Sepamos ofrecer lo mejor de nosotros. Bienvenida la crítica, acompañada siempre de la cortesía.