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Contemplando una imagen


El dolor de una madre por su hijo muerto, y la acogida de la Madre, la Virgen María, que trata, en silencio, compartir el sufrimiento de la que se acoge a Ella en su regazo.

La muerte de los niños, accidentalmente o inducida, es un verdadero drama. Y esto, por desgracia, hoy es frecuente. Y María, nuestra Madre, mira con angustiosa serenidad hacia Dios implorando clemencia. Es la Virgen de la Consolación pintada por William-Adolphe Bouguereau (1825–1905). Una obra maestra. Todo un mensaje evangélico para aquellos que la contemplen con el corazón traspasado por el dolor de la muerte de los inocentes.
Fuente: (Un alma para el mundo- Juan Garcia Inza)

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4 comentarios

  1. Cuando pintaba a la Virgen lo hacía normalmente con el mismo rostro, es decir, que en dos cuadros diferentes, la faz de la Madre solía ser la misma, tan sólo cambiaba su expresión. Era como él la veía. Si te fijas en su "Piedad", la cara es prácticamente la misma que la de la Virgen de la Consolación que aquí nos presentas. Únicamente en una mira al frente y en otra al Cielo. Un fuerte abrazo y feliz fin de semana.

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  2. ¡¡¡Impresionante!!!

    Un cariñoso saludo.

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  3. Siempre he creído que lo peor que le puede suceder a una mujer es la muerte de un hijo.La imagen es preciosa.Saludos

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  4. Tuve la oportunidad de ver este cuadro en una exposición en la sede de la Fundación Mapfre, Paseo de Recoletos (Madrid), hará unos tres años. Resultaba impresionante, por su tamaño, y, sobre todo, por el consuelo que representa ante algo inconsolable.

    Un abrazo.

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