TE ABRAZASTE A LA CRUZ
Pensando en tantos amigos que entran en este blog, que abren su corazón; en tantos que dejan a diario su petición de oración expresando su dolor; en los que día a día ofrecen, aguantan, y son asaltados por la tentación de la desesperación, he creído oportuno acudir de nuevo, a las hermosas reflexiones del Hno. Rafael. En ellas encuentro aliento, con ellas manifiesto mi solidaridad, mi unión en la oración, y mi gratitud, por el testimonio de fe, en el silencio y soledad con el que llevan tan pesada cruz.
Hoy le he ofrecido al Señor lo único que me quedaba... la vida. He puesto a sus pies para que Él la acepte y la emplee en lo que quiera y la tome cuando quiera, y para lo que quiera..., mi vida.
Sin embargo... algunas veces, ¡pobre hermano Rafael!, sin tú darte cuenta, sufrías, el verte privado de muchas cosas necesarias..., sufrías verte privado de la libertad de dar a las flaquezas de tu enfermedad los remedios de que allí en el mundo no carecías.
Te abrazaste desde un principio a la Cruz de Cristo, pero en algún momento desfallecías.Otras veces, sufrías solamente por ver tu vida enferma, y para siempre sin un alivio.Pues todo eso se acabó.
Al Señor esta mañana, le he ofrecido mi vida. Ésta ya no es mía... Que Él la cuide si quiere, que yo ya no pienso preocuparme. Sí, ocuparme, porque Él me la presta, pero... nada más.
Si Él quiere me enviará los remedios necesarios. Si Él no quiere, pasaré tan contento sin ellos. No me preocuparé en absoluto del estado de la salud... Tomaré lo que me den, haré lo que me manden, obedeceré en todo.Trataré a mi cuerpo como si fuera de otro. Buscaré solamente la voluntad de Dios. Amaré sus deseos y haré de ellos mi única ley. Si El quiere mi vida larga y penosa... sea. Si Él la quiere tomar esta noche..., sea. Lo mismo hoy que mañana, que dentro de mil años, mi vida es suya, mi cuerpo es suyo, mi salud, buena o mala es suya. Que Él sea el responsable de lo que me suceda.
Le he pedido a la Virgen María interceda delante de Jesús, para que acepte mi oblación. ¡Qué alegría tan grande si Dios la aceptara! ¡Qué alegría seria morir por Jesús..., y que Él ofreciera mi vida al Eterno Padre, en reparación de los pecados del mundo; de las guerras; de los pueblos infieles; por los sacerdotes; por el Papa y por la Iglesia!
No me importa sufrir y padecer, si Jesús acepta mi oblación. Ya le he dado el corazón..., le he dado mi voluntad... Ahora le doy mi vida. Ya nada me queda más que morir cuando Él quiera.Cúmplase su voluntad y no la mía.
¡Qué contento estoy al no tener ya nada! Al no tener que andar caviloso sobre si esto me sienta bien , esto mal; sobre si la medicación o el régimen, o lo que sea... Hago lo que me manden, y no me ocuparé de más.Que el Señor cuide mi enfermedad como quiera. Y cuantos menos cuidados me envíe, y en más necesidades me ponga..., mejor.
He visto y comprobado, que estoy más fervoroso y más cerca de Dios, cuanta más hambre tengo y más se me doblan las piernas.Me ayudan mucho las lágrimas que derramo algunos días después de la colación en el coro.En esos momentos, sufro mucho física y moralmente, pero luego bendigo entrañablemente a Dios.
Verdaderamente, no soy mas que miseria, tanto me mire por dentro como por fuera. Cuando llega la noche y veo el cansancio de mi cuerpo, la pobre necesidad de la materia, la pequeñez y ruindad de mi cuerpo, y además, veo la puerilidad y futilidad de los motivos por los cuales mi espíritu estuvo turbado durante el día, las insignificantes razones que tuve para sufrir, y la pequeñez del mundo entero, aunque éste me aplastara... Cuando veo todo eso y pongo a su lado la santísima Cruz de Jesús... ¿quién se atreve a pensar en si mismo y a decir que sufre?
¡Oh!... egoísmo humano..., lloras por una manzana, te acongojas con los dichos de un hermano..., te turbas con el recuerdo de un día de sol en el mundo... y sufres por lo que es aire y vanidad.¡Oh, miseria del hombre! ¡Qué poco miras a Cristo crucificado!... ¡Qué poco sufres y lloras por Él!...
Humilla tu cara en el polvo, hermano Rafael, y deja ya de pensar en nada que sea barro, que sea criatura, que sea mundo, que seas tú... Llena tu alma del amor de Cristo; besa sus llagas; abrázate a su Cruz; sueña y piensa y duerme en El... ¡Qué bien se descansa a los pies del dulce Madero! ¡Qué bien se duerme agarrado al crucifijo!
¡Qué bueno es Dios!
¡Alabado sea Jesucristo!
18 comentarios
¡Gracias Angelo, muchas gracias!
ResponderEliminarEn este momento, este post me viene caído del cielo.
¡GRACIAS!
Un abrazo fuerte
Ah! Se me olvidaba, lo he intentado poner en mi muro de facebook, pero el "cacharro" lo publica de una manera poco vistosa (es el buscador, tengo que cambiarlo), si me haces el favor... ¿lo pones tú? porque me ha encantado.
ResponderEliminarA los pies de la Cruz... no encuentro mejor lugar en donde gastarme...
ResponderEliminarAunque supiera dar las Gracias de mil maneras diferentes, nunca serían suficientes...
¡GRACIAS!
Que Dios te bendiga.
Un abrazo.
...Madre mía.
ResponderEliminar¿Y qué dice uno ahora?
Todas las noches, lo último que hago antes de dormir, es besar el crucifijo. Esta noche recordaré esta maravilla del Hermano Rafael que nos traes.
Gracias.
Estas meditaciones, son para un momento muy concreto.
ResponderEliminarMyy buenas querido amigo y hermano en la Fe, digo lo mismo que "Fiat Mihi" ... ante las situaciones actuales que ... sinceramente me superan ... "me viene este post caido del cielo".
ResponderEliminarGracias por tenerme/nos en tus oraciones y por segunda vez ...gracias por este post directo al corazón para la meditación personal.
Un fuerte abrazo en Cristo Jesús y en Sta. María Virgen y Madre.
Al igual que ayer,me las guardo como un tesoro.
ResponderEliminarGracias y que Dios te bendiga.
Un cariñoso saludo.
Hno. Rafael, siempre fabuloso.
ResponderEliminarGracias, Angel, por traer esta cita.
No es fácil vivir de ese modo, pero es el único que nos hace plenamente felices.
Dios te bendiga.
Un abrazo
Gracias¡
ResponderEliminarAh, y me ha encantado la costumbre de Andy de besar el crucifijo al final del día.
Me la incorporo
Muchas gracias, hoy rezaré con estos textos.
ResponderEliminarGracias. Lo recojo, lo guardo, me lo quedo... GRACIAS...
ResponderEliminarEn un mundo de fervientes 0dios,de alegrías, sufrimientos,de ríos de sangre derramadas por ideologías religiosas,políticas,económicas y culturales,nos deja en claro que es bueno detenerse de una buena vez frente al espejo y abrazar la cruz de Cristo.
ResponderEliminarEl Guardián,un laico comprometido con Cristo.
Buenas tardes Ángelo. Procuraré abrazarla mucho más.... recibe mi fuerte abrazo.
ResponderEliminarQue afortunada me siento de pronto de estar enferma y no poco. Asi tengo más cosas que ofrecer.
ResponderEliminarYo tampoco me preocuperaré por ello, viviré para él, para lo que quiera y como él quiera, buena o mala.
gracias Angelo, un beso.
Gracias a ti y al hermano Rafael, elsi que es un hermano
ResponderEliminarQue grande es el hermano Rafael. El fin de semana pasado estuve muy cerquita de su trapa.. Un saludo.
ResponderEliminarMuda me quedo, Ángelo. ¿Sabes? es fácil ofrecer la vida, yo lo hago cada día desde hace años, pero la verdad es que luego el dolor nos sorprende y nos olvidamos, me olvido, de que él entra en ese ofrecimiento.
ResponderEliminarQue Jesús en la Cruz, nos ayude a imitar a este gran santo y hay que dar gracias a que sus palabras han quedado escritas.
Gracias a ti por publicarlas.
Un beso
Gracias a todos por vuestras hermosas reflexiones que nos ayudan a ofrecernos sin reservas a Dios. Una vez más os invito a entrar en el apartado de "peticiones de oración" que está en la columna de la izquierda. Hay días en que uno se siente impotente,ante el dolor de los demás, pero solo puede consolar, quien comprende el dolor y nadie como Jesús en la Cruz. Mi oración de nuevo por todos.
ResponderEliminarEn la cruz está la vida...
y el consuelo
y ella sola es el camino
para el cielo.
En la cruz está el Señor
de cielo y tierra
y el gozar de mucha paz
aunque haya guerra.
Todos los males destierra
en este suelo
y ella sola es el camino
para el cielo.
De la cruz dice la esposa
a su querido
que es una palma preciosa
donde ha subido.
Y su fruto le ha sabido
a Dios del cielo
y ella sola es el camino
para el cielo.
Es una oliva preciosa
la santa cruz
que con su aceite nos unta
y nos da luz.
Toma, alma mía, la cruz
con gran consuelo
porque ella sola es el camino
para el cielo.
Después que se puso en cruz
el Salvador,
en la cruz está la gloria
y el honor,
y el padecer dolor
vida y consuelo
y el camino más seguro
para el cielo. (Sta. Teresa)
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