DE RODILLAS Y REZAR
Cuando recibí la noticia de que la capilla de la Universidad Complutense, había sido asaltada por un grupo de …, la rabia e impotencia me invadieron, y en estas situaciones siempre me comporto como San Pedro, saco la espada sin pensar, y actúo de forma igual a los ofensores. Sólo cuando lo llevo a la oración, puedo recibir respuestas al ¿porqué? ¿No tendrá que ver también con mi tibieza?...
Un testimonio confirmaba lo que digo. Así que no tengo más argumentos. A mí me ayudó, y devolvió la paz. No sé si a vosotros os ocurrirá lo mismo. Os dejo con Altamira Domínguez, una joven madrileña que estudia hoy en la Universidad Complutense en España, yéndose a la capilla a rezar.
«Cuando me disponía a marcharme, el ruido desde un megáfono muy próximo me alertó de alguna concentración en el exterior. Pensé que se trataba de un acto en el Campus, hasta que una voz femenina dijo: “Vamos a cantar”, y entonó una especie de gregoriano. ¡Estaban en la puerta y, entonces, lo vi claro! Venían a manifestarse en son de burla».
Altamira no se lo pensó dos veces: se les paró delante e intentó hacerles ver que no podían estar ahí. «Sólo vamos a hacer un comunicado», le dijo una de las jóvenes. Sin poder pararles, y viendo que haciéndoles frente sólo empeoraría las cosas, se retiró a uno de los bancos del templo.
Mayoritariamente mujeres, empezaron a quejarse de la presencia de una capilla en la universidad y repitieron cansinamente los clásicos tópicos, como la supuesta discriminación a los homosexuales y a las mujeres, para llegar a incluso defender la prostitución «como promiscuidad sin límites de ningún tipo».
Llegados a este punto, los manifestantes pasaron a los hechos. Así lo cuenta Altamira: «Las veinte [jóvenes] se quitaron el pañuelo de la cabeza, la camiseta y más de cinco se quedaron completamente desnudas de cintura para arriba. Se trasformaron, ya eran libres. Había llegado el culmen, el momento esperado, y aplaudieron exultantes. Dos de ellas se besaron».
Ante esta performance, como irónicamente lo llamó Altamira, ¿cuál fue su actitud? Ella vio lo más importante: ahí, delante, estaba Cristo viendo a estos hijos suyos que blasfemaban, que le insultaban, que le ignoraban. Por eso, no lo dudó: se arrodilló y ahí, en medio del triste espectáculo, oró con todo su corazón. La foto vale mil palabras.
La conclusión es un reto que la misma Altamira nos lanza: «Dios, que de los males puede sacar bienes, puede hacer que los católicos nos lancemos, de una vez, a dar la cara, a hacer apostolado abiertamente y sin complejos, a manifestar con la vida la alegría de seguir a Cristo; salgamos de nuestros miedos, cobardías y de nuestro secularismo interno. Muchos lo hacen, pero hay tantos dormidos... Yo, el primero que necesito conversión. Aun así repito: “Jesús, te quiero”. (Mirada21)
¡Alabado sea Jesucristo!
19 comentarios
Fue un episodio muy penoso, recuerdo que leí que cuando el capellán se enteró de lo que iba a suceder se pudo en medio e impidió el paso, pero "lo zarandearon" y los pocos que allí estaban no pudieron contener el sacrilegio. El sentir católico se sintió fue en la Misa de desagravio que hubo después, que saturó la capilla.
ResponderEliminarDistinto fue lo que pasó en México tiempo después, en plena catedral si no me equivoco, y en Misa con el cardenal Rivera durante la homilía entraron un grupo gritando blasfemias y ¡Plaf! tiraron al suelo una imagen de María que ellos traían y la rompieron. La gente (que llenaba la Iglesia) impidió el paso, los sacaron a empujones y los entregaron a la policía.
Ante la violencia: Oración
ResponderEliminarAnte el error: Oración
Ante la intolerancia: Oración
Ante la ofensa: Oración
ANTE EL ODIO: ¡AMOR!
No somos impotentes, tenemos la potencia mayor de todas.
Pidamos fortaleza que venza a nuestras tibiezas.
Pidamos misericordia, pidamos paz.
¡Pedid y se os dará!
TENGAMOS CONFIANZA PLENA.
ABRAZOS.
Pentecostes está al caer. Podemos empezar ya a invocar al Espíritu Santo, para que, cuando llegue el día, nos reparta a cada uno los dones que necesitemos, o refuerce los que ya tenemos; nos abra los ojos, nos quite los miedos, y como los Apóstoles, salgamos con Amor, a la lucha y a anunciar con Amor el Evangelio de Jesús, con nuestro testimonio.
ResponderEliminarUn abrazo.
El Señor te bendiga, Angelo.
Un episodio muy triste,pero seguro que un día descubren que DIOS tambien les ama,a pesar de todo.
ResponderEliminarY entonces rezaremos para que su remordimiento no sea insostenible.
Que DIOS te bendiga Angelo y un cordial saludo.
Estos sucesos me pusieron triste cuando ocurrieron, y es verdad que de todo esto el Señor saca un bien, pero admiro la serenidad de Altamira, porque yo no se cual hubiera sido mi reaccion, llorar? enfrentarme? no lo se, es muy fuerte esto. Y pido al Señor me dé esa gracia para afrontarlo desde la Caridad si un dia me toca directamente. abrazos.
ResponderEliminarGesù, ti amo!
ResponderEliminarBuenos días Ángelo, seguramente las "destapás" están todas bautizadas y proceden de familias "muy religiosas" de "toda la vida". Haremos bien en reflexionar sobre nuestra tibieza.Un abrazo
ResponderEliminarCuando vi las imágenes, en su momento, y ví a Altamira rezar me conmovió. Por cierto; desde aquel acontecimiento, por lo visto, las misas de la universidad éstan casi siempre a tope.
ResponderEliminarSaludos.
Con estos hechos lo que a mí me ocurre es que me vuelvo la defensora más "feroz" de Cristo y mi amor por Él pasa a otro plano mucho mayor. Es curioso, pero no pierdo la serenidad.
ResponderEliminarUn beso y no dejemos por nada ni la oración ni la caridad. Es lo que más le gusta al Señor.
Feliz día para todos.
Hechos como estos y sobre todo el deseo de transmitir la alegría que es sentirse amado por Dios seguro que nos llevan a los cristianos a dar testimonio, orar y vivir más auténticamente nuestra fe en una sociedad cada vez más alejada de la Verdad.
ResponderEliminarCreo que en primer lugar los cristianos debemos dar ejemplo, no tener miedo y dar nuestro testimonio. Cuántas veces somos tibios, cuántas veces nos pueden los respetos humanos, cuántas veces somos nosotros los que, silenciosamente, damos de lado al Señor. Perdón, ayúdanos más!
ResponderEliminarCristina
Con la iglesia podran, pero con Dios no, Dios lo puede todo, y todos estamos subordinados a El, creo que muchas personas que hacen esto no tienen conciencia de lo que hacen verdaderamente, y por eso Dios sabe perdonar.
ResponderEliminarSaludos Angel
Francisco: Querido amigo. Con la Iglesia tampoco podrán. Llevan 21 siglos intentándolo. Con tanta chapuza humana, si Cristo no la sustentara, se habría ido al garete hace mucho. La santidad de muchos de sus miembros contribuye a que siga brillando año tras año. La subordinación a Dios es el "Sí" libremente dado a Él. Muchos le han dado el "no", de ahí los actos que se cometen contra Él. Otros no saben lo que hacen .
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias , necesitamos muchas almas de oración que se consuman orando por todos que el Señor haga de cada uno de nosotros templo de predicación y casa de oración yunidos en oración y un abrazo mil gracias
ResponderEliminarEntre Jesús y el Padre, en esa noche de Getsemaní estábamos todos, unos más otros menos (los que lograron ser santos toda su vida, no, qué maravilla). Yo quiero volver muchas veces a esa noche para que Jesús no esté solo, noche en la que seguramente "vio" (en la sucesión de imágenes que pasarían por Su Dolor Infinito) personas que, como Altamira, consolarían su dolor, "cirineos" de Jesús en la oscuridad y la soledad, antes de empezar el Vía Crucis público.
ResponderEliminarEn este "prólogo" a la Pasión, Jesús vería generaciones y generaciones que no saben lo que hacen, y entre ellas a estas chicas, que se estaban rebelando... contra muchas otras cosas sin saberlo; me parece que Dios tenía poco que ver con su rabia, seguro que no han tenido un verdadero encuentro con Él.
Quienes han sabido y han elegido rechazar a Dios... han elegido la ceguera y la muerte en vida, la insatisfacción que no se apaga y, antes o después, les cercarán la amargura y la desesperanza; lo malo es a quienes se llevan por el camino, y de ellos el Señor les pedirá cuentas, de los hijos a los que han escandalizado y confundido.
Casi se palpa la presencia de María al lado de Altamira, cuya imagen me estremece y me hace silenciarme y recogerme.
Estamos hechos para una Libertad más grande, la única verdadera: la de los Hijos de Dios, la de la Justicia, la Paz y la Alegría que vienen del Espíritu Santo.
Y es que no merecemos menos: el precio ha sido demasiado alto.
Besicos.
Gracias por tu visita Angelo.
ResponderEliminarDefinitivamente los Cristianos estamos llamados a Ser Sal y Luz de esta tierra tan aturdida y agobiada por la ignorancia.
Altamira, valiente...
¡Qué fuerte, Ángelo! No sabía lo de esta chica. La foto vale su peso en oro.
ResponderEliminar¡Ay si de verdad todos perdieramos el miedo...! si nos unieramos, si la oración no se cayera de nuestros labios...
ResponderEliminarUn abrazo.
Dios, que nos lancemos
ResponderEliminarGracias por todas las entradas, pero especialmente por esta.
Me ha encantado
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