SUSURRANDO
Una gran alegría, me llegaba por correo. Un joven que lee este blog, descubriendo que aquí se reza por los sacerdotes y seminaristas, se ha sentido motivado para contarnos su testimonio. Os pido que lo llevéis en vuestras oraciones.La verdad es que me ha regalado el post de hoy, ya que ha elegido el título y la música que debe acompañarlo. ¡Genial!
Tal vez sea éste el título que le pondría a mi vocación ya que Dios fue susurrándome su amor en mis primeros años. Más tarde le conocí realmente. Y hoy por hoy, a punto de cumplir 19 años y habiendo acabado el primer año de seminario, Él sigue enseñándome a ser mejor.
De pequeño me atrajo el trabajo del sacerdote tanto como el de mi padre, quizás menos. En estas edades todos hemos querido ser como nuestros padres. No entendíamos bien en lo que trabajaba nuestro padre, lo único que sabíamos era que él trabajaba, era feliz y que nosotros algún día trabajaríamos como él. En cierto campamento de monaguillos, nos vino a visitar nuestro obispo, Don Francisco. Recuerdo que me confesé con él y le dije que quería ser sacerdote.
Más tarde, Juan Pablo II vino a España a encontrarse con los jóvenes, en aquel aeródromo de cuatro vientos, que, Dios mediante, visitará nuestro Papa Benedicto XVI en la Jornada Mundial de la Juventud el año que viene. Tuve la oportunidad de ir. Me encontré con su Iglesia. Con mis 11 años descubrí la alegría de una Iglesia joven, tan joven que el mismo Juan Pablo II se proclamó joven: “Soy un joven de 83 años”. Esa frase me sirvió mas tarde para conocer la fuerza del amor de Jesús en su Iglesia
Poco después me enamoré por primera vez. Con 13 años se vive en la edad de los grandes ideales. Es una edad, en la que se dicen muchas verdades. Los primeros piropos son alucinantemente simples, pero profundos y puros. Son los primeros balbuceos para expresar un lenguaje silencioso. Se dicen con inocencia, esto es, con toda el alma. Se aprenden lecciones que no deben ser olvidadas. “No merecemos el amor, se nos da gratis”, “Jamás seremos capaces de devolverlo”, “El amor es la fuerza más potente del universo”, “El amor realmente mueve el mundo”. Conviene recordar muchas veces la gratuidad del amor con que nos aman. Dios preparó mi corazón, para recibir su llamada, pues, a través de personas que me querían, que me mostraban su amor. Estas personas me han enseñado mucho a amar, a dar, a ser un hombre, me ayudaron a crecer.
A mis 15 años empecé a hacerme preguntas sobre Dios, es bueno plantearse preguntas profundas y todo el mundo en el fondo lo hace. Las preguntas que me hice ¿Quién eres?, ¿Realmente creo en ti? ¿Qué me dices?, ¿Me llamas al sacerdocio o lo soñé? Y le pedí que me diera una respuesta ya. Me acuerdo en unos ejercicios espirituales que no cese de pedírselo y estuve cerca de enfadarme con él por no seguir en la tierra en vez de haber subido al cielo o de que no se oyera una voz grave con la respuesta a estas preguntas. Se comprende que en esta edad no conocía la fuerza de la Eucaristía y el papel del Espíritu Santo. Poco a poco fui encontrando las respuestas a esas preguntas. Los apóstoles tuvieron que hacer frente a las mismas preguntas. Y aún habiendo visto a Jesús, tuvieron que fortalecer su fe.
Mientras tanto realicé varias peregrinaciones con la diócesis de Getafe. Además de las javieradas en abril y las “guadalupadas” en septiembre, en agosto de 2007 los jóvenes fuimos a Roma. Fue una peregrinación muy especial, de camino pasamos por Asís, conocí a la que ahora es mi madrina de confirmación, me consagre a la Virgen en el Vaticano, estuvimos en las habitaciones de San Luis Gonzaga y San Ignacio de Loyola en Roma… Esta peregrinación fue para mí un empuje a tomarme en serio mi vida espiritual y a encomendársela a la Virgen. Fue el lugar en donde me di cuenta del hambre de amor que tiene el mundo, de cómo yo respondía a esa hambre que yo también tenía, y sobre todo de descubrir esa “discreción y humildad” con la que actuaba Dios a través de los sucesos, de personas, de lugares para atraernos a su amor.
En diciembre de 2007 el Señor aprovechó para darme una buena “colleja” amorosa, escuche la llamada de Dios a entregarme en el sacerdocio y en enero de 2008 le dije a mi madre que quería ser sacerdote. Recibí el sacramento de la Confirmación en Febrero y reformé mi cuarto. Antes estaba todo lleno de posters de Michael Jordan y algunas estrellas de la NBA, y después… en la habitación había eco. En verano de 2008 se lo comente a mi padre. Afortunadamente he nacido en una familia cristiana y me han apoyado en todo. Soy consciente de que jamás podré devolverles todo lo que han hecho por mí, en aquellos momentos duros para ellos.
Mi vida espiritual creció mucho ese año. Asistir a misa a diario, rezar el rosario, fueron poco a poco abriéndose paso en importancia en la agenda de un estudiante de 2º de bachillerato, a la vez que mi relación con Jesús se fue fortaleciendo. Él es la Palabra que nos ha dado el Padre, en Él se ha dicho todo y se nos sigue diciendo en los evangelios, en Él se muestra el corazón del Padre que manda a su único hijo a salvar al mundo, en Él Dios se hace pequeño accesible, humano, fraterno, vulnerable, pasión de amor por cada uno.
Fui muy confiado, pensando que empezaríamos por los lugares más “tranquilos” como la cueva de Belén etc. Sin embargo nada mas llegar fuimos a la capilla del Primado de Pedro (Jn 21). Muchas veces antes había meditado este pasaje. “Así que oyó Pedro que era Jesús… se arrojó al mar”, “Pedro ¿me amas?” el Señor me golpeó el corazón con esta pregunta. Y decidí hacer pública mi decisión de entrar al Seminario así como del designio amoroso de Dios sobre mí.
Acabé el bachillerato y la selectividad, realicé un viaje con personas de nuestra diócesis de Getafe, que también estaban discerniendo la vocación al sacerdocio, donde conocí a la mayoría de los que me iban a acompañar el siguiente curso, en el seminario. Entonces éramos 9. En Septiembre, antes de empezar el curso, realizamos ejercicios espirituales que empezaron con un regalo del Señor: 2 más se unían al curso. Formamos el grupo de los 11, que en aquellos ejercicios fuimos conociendo más a Dios y conociéndonos más entre nosotros mismos.
En este año en el Seminario he aprendido mucho sobre la Virgen, pero sobre todo he conocido al Espíritu Santo y el inestimable don de conocer más a Jesús y poder servirle en todo cuanto haga en la vida cotidiana, tal como soy, con mis pecados y flaquezas, con mi nada.
¡Alabado sea Jesucristo!
20 comentarios
Doy gracias a Dios por este testimonio, por este joven dispuesto a decir "si" a Dios, por todos los jovenes dispuestos a seguirle, a entregarle todo su Amor , a entegarle su vida entera para convertirse en puentes entre nosotros y ÉL.
ResponderEliminarUn abrazo.
Enhorabuena! Excelente testimonio. Me siento animado a contar mi propia experiencia. Al final, es posible tocar los corazones con lo que uno pueda testimoniar.
ResponderEliminarSaludos Angelo!
Precioso testimonio.
ResponderEliminarSe me han saltado las lágrimas... por muchas cosas que se me han agolpado en el alma mientras leía el post.
Prometo pedir por este seminarista... y aunque yo pido como quien soy, la nada, sé que Jesús dará como Quien Él es.
Que suerte! un nuevo pastor que saldrá a buscar las ovejitas descarriadas.
ResponderEliminarQue Dios lo bendiga!!!!!!!!!!
Animo y adelante, con toda la fuerza de saberse pequeño, con toda la alegría de llevar a DIOS en el alma. GRAN TESTIMONIO, gracias al testimoniantes y gracias a quien lo dejo publicar. ABRAZOS A TODOS.
ResponderEliminarUn testimonio muy bonito. No estamos acostumbrados a esta madurez en nuestros jóvenes. El protagonista ha sabido decir sí, y aprovechar el apoyo de la Iglesia.
ResponderEliminarHacen falta más jóvenes con esa fuerza y valentía de querer ser un instrumento más para la gloria de Dios.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
GRACIAS, muchas gracias!!! En días como hoy, ni te imaginas lo que agradezco leer este post.
ResponderEliminarY de paso, muchas gracias al "cachorro, retoño, churumbel..." que te ha enviado este correo; si es que son... (zipi y zape jajaja).
(Gracias por el comentario que le has de jado a G.V., me ha ayudado mucho).
ÉL te lo pague! Un abrazo
Que cuente con mi oración. Son tantas las cosas en común y tantas las diferencias que...
ResponderEliminarUn abrazo en Cristo.
Solo (y no debia decir esta palabra, pues lo que voy a decir lo es todo) dan ganas de DAr MUCHAS GRACIAS A DIOS !!
ResponderEliminarGracias por visitar mi blog, Angelo. Voy a intentar poner un pensamiento de John Henry Newman cada dia, prometo traducirlos si puedo aunque es de gran belleza su pensamiento y su alma. El llego a cardenal, vemos los retratos de el asi vestido a sus ochenta pero algun dia tambien fue asi de joven, agil, aventurero,bien plantado y guapo y encima gentil, humilde, modesto y lleno de amor por Dios- si se me permite decir, es que he visto retratos de su juventud y oido descripciones de su persona- y lo puso todo en las manos de Dios buscando la Verdad, siguiendo a Cristo... confiado a El
Si Jesus con 5 panes alimento a tantos, imaginaos cuando pide de alguien estos dones humanos lo que puede llegar a hacer..
'El nada lo hace en vano' decia Newman
Muchas Gracias por el Testimonio
me gustaria mucho saber lo que ha aprendido de la Virgen
Hola pana, saludos.
ResponderEliminarGracias por el post; de verdad que es enriquecedor. Dios permita ser fiel. Unidos en la vocación al sacerdocio y en la oración.
Bueno una maravilla a este joven seminarista que me quedo con laas ganas de saber cómo se llama -mas que nada por nombrarselo al Señor en mis oraciones...
ResponderEliminarQue gusto dá leer estos testimonios, mi hijo el pequeño tiene 13 años, y más de una vez he pensado la alegria tan grande me daria el Señor lo llamara para sacerdote. El lo sabe y El dirá.
Angel gracias por manifestarnos ese testimonio,no cabe duda que puede ser trampolín para algún joven que no tenga hecho su camino.Desde hoy rezo por su fidelidad .
ResponderEliminarTengo que darte una alegria :Nos han comunicado que han ingresado cuatro jóvenes en nuestro colejio de la casa de Burgos,están contentas.Estoy segura que vuestras oraciones han llegado,es el medio más poderoso,haber cuando nos das la alegria de que te llegue un correo que te diga "quiero ser religiosa,que hago"no tardes en comunicármelo.No te rrobo más tiempo,si crees que mi testimonio puede servir te lo mando (el testo tendrá faltas y la redacción no tam buena como la tuya,que sea anónimo,solo pretendo ganar vocaciones)¿de acuerdo?
que maravillosa entrada.
ResponderEliminarayer estuve en la ordenacion Espiscopal del Mons. Carlos Obispo ya de TEruel y Albarracin, alla hablada un pooc de la vocaacion de los sacerdotes, de los jovenes y la verdad hoy por hoy es necesario arriesgas y no tener miedo
a seguir dando mas de lo nuestro a los demas
saludos
Angelo
ResponderEliminarBendito y alabado sea Dios que sigue llamando servidores a su reino de amor .
Es un placer leerte en esta mañana,en este lugar respiro paz,esa paz que solo El puede regalarnos.
Si gustas puedes pasarte por mi humilde rincon .
Dos te continue bendiciendo y Mama Maria te proteja con su manto.
Maravilloso testimonio, rezaré especialmente por él para que sea un sacerdote santo al igual que por todos los seminaristas de Getafe a través de la cadena de oración!!
ResponderEliminarUn saludo desde la ciudad de los vientos! CB
Perdona Ángel ,pero hoy voy a dirigirme a tu invitado.
ResponderEliminar¡Amoroso y pequeño regalo de Dios!.No se como te llamas , pero ten encuenta que mis oraciones de cariño y agradecimiento hacía Nuestro Señor serán por ti y para tí mi querido amigo
Ese susurro suave esa brisa que sopló sobre tí es gracia y bendición, acudiré a Nuestra Señora la Virgen Nuestra Madre para suplicarle por tu buen comienzo y permanencia en el seno de nuestra Iglesia,porque tu has escogido la mejor parte y nadie te la quitará.
Gracias ,por la melodía me encanta
Que él Señor siga dibujando tu alma con acuarela de colores.
Precioso testimonio, que nos demuestra que aunque pensamos que Dios está callado y parado con la llamada a la vocación sacerdotal, no es así, y vemos por el testimonio de este seminarista, que sigue llamando.
ResponderEliminarDios va mandando mensajes, que son escuchados por los jóvenes que permanecen en silencio y con el oído dispuesto a escucharle.
Te felicito por este post, amigo, y cuenta con mis oraciones por este joven seminarista, para que Dios lo acompañe en su proceso vocacional, y en su vida en el sacerdocio.
Un besote.
Me he dado cuenta en que hoy es el día de las visitas y la comunicación recíproca, jajaja.
¡Que educados y finos somos!
Ángel, vengo de dejar a mi hijo en el seminario, hoy empieza su segundo año. Ayúdame a dar gracias a Dios.
ResponderEliminarEl post es precioso, la música, etc. pero lo verdaderamente maravilloso son los comentarios de tus seguidores. Todos unidos vamos a rezar por este chico y por todos los llamados.
Gracias Ángel.
Que testimonio tan enriquecedor y que maravillosa forma de susurrar tiene el Señor.
ResponderEliminarUn cariñoso saludo.
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