JESÚS,SUMO Y ETERNO SACERDOTE
Los dos últimos Pontífices, Juan Pablo II y Benedicto XVI, han querido dar una importancia especial a este día que se celebra el jueves siguiente a Pentecostés, pidiendo que se ore de forma especial por las vocaciones sacerdotales.
El sacerdocio hoy está bastante desvalorizado. Las cosas poco prácticas no se cotizan. Esta generación consumista sólo tiene ojos para sus intereses. Ha perdido el sentido de la gratuidad. Un beso y una sonrisa no sirven para nada, pero los necesitamos mucho. Un jardín no es un negocio, pero necesitamos su belleza. Cultivar patatas y cebollas es más productivo, pero los rosales y las azucenas son necesarios.
• El sacerdote sirve. Siempre está sirviendo. Es necesario como la escoba para que esté limpia la casa. Pero a nadie se le ocurre poner la escoba en la vitrina.
• El sacerdote perdona los pecados, es instrumento de la misericordia de Dios. En un mundo lleno de rencores y envidias, el sacerdote es portador del perdón. Está siempre dispuesto a recibir confidencias, descargar conciencias, aliviar desequilibrios, a sembrar confianza y paz.
• El sacerdote ilumina. Cuando nos movemos a ras de tierra, nos señala el cielo. Cuando nos quedamos en la superficie de las cosas, nos descubre a Dios en el fondo.
• El sacerdote intercede. Amansa a Dios, le hace propicio, le da gracias, da a Dios el culto debido. Impetra sus dones.
• El sacerdote ama. Ha reservado su corazón para ser para todos. El sacerdote es antorcha que sólo tiene sentido cuando arde e ilumina.
• El sacerdote hace presente a Cristo. En los sacramentos y en su vida. Es el alma del mundo. Donde falta Dios y su Espíritu él es la sal y la vida. No hace cosas sino santos. Todos hemos de ser santos, pero sin sacerdotes difícilmente lo seremos. Es grano de trigo que si muere da mucho fruto. Nada hay en la Iglesia mejor que un sacerdote. Sí lo hay: dos sacerdotes. Por eso hemos de pedir al Señor de la mies que envíe trabajadores a su mies (Mt 9,38).
Es San Pablo quien, en su Carta a los Corintios, define a los sacerdotes: "servidores de Cristo y administradores de los misterios de Dios. Ahora bien, lo que en fin de cuentas se exige de los administradores es que sean fieles´´ (1 Co 4,1). Juan Pablo II, en el tema VIII de su libro “Don y Misterio”, sus memorias escritas y publicadas al cumplir sus Bodas de Oro sacerdotales, medita agudamente este texto: “el administrador no es el propietario, sino aquel a quien el propietario confía sus bienes para que los gestione con justicia y responsabilidad. El sacerdote recibe de Cristo los bienes de la salvación para distribuirlos entre las personas a las cuales es enviado. Es por tanto, el hombre de la palabra de Dios, el hombre del sacramento, el hombre del misterio de la fe´´. La vocación sacerdotal es el misterio de un "maravilloso intercambio" entre Dios y el hombre. El hombre ofrece a Cristo su humanidad para que El pueda servirse de ella como instrumento de salvación, casi haciendo de este hombre otro sí mismo”.
Jesus Marti Ballester
9 comentarios
Pero la tempestad genera la clama, aunque nunca debe dejarse pasar. Creo que estamos siendo probados y de aquí saldremos fortalecidos. Yo rezo mucho para que nosmanden más obreros, pues cada vez veo más conversiones: el dolor por los hermanos que han cometido herrores se convierte en abono para que surjan vocaciones. Ya lo veremos.
ResponderEliminarBendito el Señor que quiso quedarse en la Eucaristía y podemos tenerle sólo con acercarnos a Él!!!!!!!!!!!!!
Abrazos
En una sociedad como la nuestra, se tiene muy en cuenta lo que es valorable en dinero, y la labor del sacerdote no lo es, porque supera con mucho la simple labor humana.
ResponderEliminarYo creo que nunca nos van a faltar sacerdotes. En épocas de crisis parece que resurgen las vocaciones religiosas y sacerdotales y el compromiso de los laicos. El Señor vela por su Iglesia.
El sacerdote es nuestro amigo. A la edad de 26 añitos escribí en el periódico una reflexión sobre "mis amigos los curas", hoy, a mí 64 años, me siento orgulloso de haberlo hecho.
ResponderEliminarHe escrito un libro sobre mis vivencias y la primera es:"Mis amgigos los curas". También en él hago mención de mis amigos blogueros que, de una forma u otra, han hecho que me atreviera a publicarlas.
Creo que tú lo has dicho todo o casi todo, sólo puedo arrancar de mi corazón el grito de agradecimiento por "nuestros amigos los curas".
Tienes un blog formidable,Ángel, y te felicito y ánimo a seguir siendo instrumento del ESPÍRITU SANTO para bien de todos.
Un fuerte abrazo en XTO.JESÚS.
Benditos sean los sacerdotes!
ResponderEliminarNo hace tantos años en nuestra españa tres profesiones eran las más respetadas y las más influyentes: El maestro, el sacerdote y el médico. Hoy dos de ellas, el maestro y el cura están siendo fuertemente golpeadas por uan parte de la sociedad que se ha vuelto cruelcon aquellos que siempre al hecho el bien. El médico, por ahora se salva, pero tiene que andar con pies de ploma, hoy hay leyes que defienden al paciente y los errores médicos se pagan, cosa que antaño unos a otros se tapaban.
ResponderEliminarNo cambian las cosas, cambiamos las personas y ese cambio es muy influyente en una sociedad que fluctuan los valores hunamos.
Con Ternura
Gracias por tu amable visita«Todos nos necesitamos»
Sor.Cecilia
Angelo ya sabes de mi amor y agradecimiento por los sacerdotes. La ilusión de mi vida es que mi niño fuese sacerdote, cada día se lo ofrezco al Señor. Son Cristo.
ResponderEliminarCreo que fué ayer en el blog del padre Fortea cuando leí un comentario de alguien que citaba a un santo y decía: "Si me encuentro con un sacerdote y con un angel saludaré primero al sacerdote". Me pareció impactante.
Qué maravilla la oración de San Agustín al Espíritu Santo del post RESPIRA EN MÍ, me la llevo.
Besos!! qué poquito tiempo nos queda ya de año sacerdotal, apenas 15 días jo.
Acaban de subir en el Forty una oración muy bella a Cristo Sumo Sacerdote, os la copio aquí:
ResponderEliminarSeñor, Jesucristo, nuestro magnifico y supremo Sacerdote. Por tu Muerte y Resurrección te hemos reconocido como el Cordero sacrificial, mediador entre el Padre y nosotros mismos. Nos llamas a participar en tu Muerte y Resurrección te hemos reconocido como el Cordero sacrificial, mediador entre el Padre y nosotros mismos. Nos llamas a participar en tu Muerte y Resurrección por los sacramentos del Bautismo y Confirmación, para unirnos en el ofrecimiento del sacrificio de Ti mismo por la participación de tu Sacerdocio en la Eucaristía. Así pertenecemos a tu Reino en la tierra, haciendonos tu pueblo santo.
Señor Jesucristo, nuestro Sumo Sacerdote, concédenos tu Espíritu de Amor y Vida que nos una a ti, Sacerdote y Víctima, para que el plan de salvación para todos los pueblos se establezca dentro de nosotros.
Señor, Jesucristo, nuestro Sumo Sacerdote, concédenos tu Espíritu de Sabiduría y unión, que a todos nos unifique en tu Cuerpo Místico, la Iglesia, para ser tus testigos en el mundo.
Señor, Jesucristo, nuestro Sumo Sacerdote, tu cruz remedie nuestros males, tu Resurrección nos renueve, tu Espíritu Santo nos santifique, tu Realeza nos glorifique y nos redima tu Sacerdocio, para que podamos unirnos contigo como tu lo estas con el Padre en el Espíritu Santo.
Señor, Jesús, reúnenos a todos en tu Persona –Víctima, Sacerdote, Rey – por el banquete salvador de la Eucaristía que Tu y nosotros ofrecemos en el altar del Sacrificio, ahora y durante todos los días de nuestra peregrinación por este mundo. Cuando nos llames a tu Reino celestial, entonces podamos participar con todos los santos de tu gloria, amor y vida en unión con el Padre y el Espíritu Santo por toda la eternidad. Amén.
Oración
¡Oh Señor! Nos has regalado este sagrado Banquete en el cual recibimos a Cristo, se renueva la memoria de su Pasión, el alma se llena de gracia y nos es dada en prenda la gloria futura. Nos has dado pan del cielo que contiene en sí todo deleite.
Oremos: Oh Dios y Padre nuestro, has designado Supremo Sacerdote a Jesucristo, para tu gloria y nuestra salvación. Haz que el pueblo rescatado con su Sangre para Ti llegue a participar del poder de tu Cruz y Resurrección por la celebración de su Memorial en la Eucaristía, porque Él vive y reina contigo en el Espíritu Santo, Dios por los siglos de los siglos. Amén.
Oh Jesús Tu nos has dejado el recuerdo vivo de tu Pasión oculto bajo los velos de este Sacramento, concédenos te pedimos venerar de tal manera estos sagrados misterios de tu Cuerpo y Sangre, que podamos siempre gozar de los frutos de tu Redención. Tu que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
Gracias a todos por vuetros comentarios. Me parece importante el recuerdo que nos hace Guerrera de los pocos días que quedan para acabar el año sacerdotal. Creo que nos ha servido para concienciarnos mucho más del regalo tan hermoso, grande y sanador que son los sacerdotes . Sin ellos no tenemos vida espiritual, ni alimento para el alma.En estos días enviaré al Papa, la lista de todos aquellos por los que hemos orado y que aún lo hacemos en este mes de mayo.
ResponderEliminarGracias Guerrera por la oración a Jesús Sumo sacerdote. Bellísima.
Un abrazo a todos.
Maravillosa entrada, Ángelo. Muchas gracias. Y es cierto lo que escribes en mi blog (gracias por visitarme), muchas gracias se nos propiciaron en este Año Sacerdotal. Gracias, Padre Santo!
ResponderEliminarContinuamos orando por todos los Sacerdotes del mundo, hijos predilectos de María.
Un beso
Susana
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