
Quizá te sorprenda saber que Anthony Hopkins, además de ser un actor legendario, también es compositor. En 1964 escribió un vals que guardó en silencio durante casi cincuenta años. Su esposa, sin decirle nada, envió la partitura a André Rieu, y en 2011 el famoso violinista decidió estrenarla. Cuando Hopkins escuchó su música en manos de una orquesta, no pudo contener las lágrimas.
La pieza, titulada And the Waltz Goes On, es como él: elegante, contenida y profundamente humana. No busca ser moderna ni brillante, solo bella. Empieza con delicadeza y crece hasta envolver al oyente en una nostalgia amable. Tal vez por eso suena tanto en los conciertos de Rieu: porque tiene alma.
Detrás del actor hay un hombre sensible, disciplinado y creativo. Hopkins dejó el alcohol hace décadas y celebra cada año su sobriedad con un mensaje simple: “vive un día a la vez”. También pinta, compone y se ríe de sí mismo con ese humor británico que lo hace tan cercano.
Si este fin de semana necesitas una pausa, escucha este vals. Te bastarán tres minutos para entender por qué la música, cuando es honesta, habla más que las palabras.
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1 comentario
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Gracias, pues si lo admiraba como actor, este vals es maravilloso y ademas de para un baile de vals, vale para una banda sonora de una pelicula.
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