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Nos roban la ilusión

 

¿Vivimos en un mundo que parece haber perdido la ilusión? Hace años que vivo preocupado por el interés creado por algunos sectores para que los niños afronten la cruda realidad de la vida desde que se inician en sus primeros pasos, sin espacio para digerir todo el aprendizaje emocional y cognitivo que debe ir encajando en la persona . Numerosos estudios pediátricos y psicológicos hacen hincapié en que en el momento en el que nace un bebé debemos ir enseñándoles conforme a su cerebro se va desarrollando, adquiriendo los conocimientos que cualquier ser humano debería adquirir.

Oigo con frecuencia que el mundo de fantasía en la que los niños viven es fomentar la mentira entre ellos, evitándoles la decepción cuando sean consciente de la realidad. Me duele comprobar que en estos últimos años, algunos han querido quitarles la ilusión, por ejemplo con los reyes magos o desterrando los cuentos clásicos de los que todos los adultos, se diga lo que se diga guardan un buen recuerdo al ser escuchados o leídos. Se sacan de la manga “aparentes estudios” que invitan a que el niño afronte cuanto antes el mundo real en el que vive. Se olvidan de ofrecer otros datos. El cerebro necesita ir “archivando” toda la información entendiendo su pleno sentido y significado. Hace unas semanas leía por ejemplo que  niños-as desde los 8 años ya han tenido un contacto pornográfico en su acceso en internet pero que no entienden lo que allí sucede.

Muchos intereses escondidos prefieren esa realidad que la fantasía.  Por propia experiencia sé lo que supuso  un encuentro de ese tipo cuando aún no estaba preparado para esa información. Cursaba los primeros años de la EGB. Recuerdo que un niño trajo una revista porno, al ver su contenido me quedé totalmente en shock, recuerdo aún esas imágenes expuestas y me resulta turbadora la memoria de ese día, donde no supe situar esas fotografías. Tenía unos 7 años. Ahora buscan no sé a cuento de qué, que ya desde los 3 años se les presente un mundo sexual del que realmente no pueden entender nada. ¿Qué fantasía quieren inocularles?...

La infancia está relacionada con la ilusión y en cualquier hogar donde un niño haya vivido emocionalmente estable, la fantasía ha sido un momento de gran disfrute. Ella nos permitía creer que todo podía cumplirse, nos ilusionaba compartirlo con los amigos, disfrutábamos escribiendo la carta a los Reyes Magos y tantas cosas que al menos en mi caso me hace afirmar que tuve una infancia  feliz.

No es lo mismo la mentira que la fantasía e ilusión. La inmensa mayoría de estudios nos hablan de que la creatividad, la imaginación, en definitiva, la ilusión van de la mano en la etapa infantil, forma parte de ella.

Está claro que descubrir, o que te descubran, quiénes son los reyes magos, o que el gato con botas no es real no es una tragedia como el Titanic. Todos hemos pasado por el día de “la verdad” y la experiencia no genera ningún trauma psicológico, que te deje desolado para la eternidad. De hecho, algo quedó de bueno, diría que muy bueno, para volver a encender esa ilusión en los hijos. En la actualidad existen consejos excelentes para ir explicando esa diferencia entre la ficción y la realidad, logrando una simbiosis casi imperceptible.

La ilusión permite a los niños vivir de una forma intensa los momentos de esa infancia cargada de inocencia y asombro ante lo que descubren y a los adultos nos encanta ver esa candidez innata en ellos. La ilusión es la encargada de que la vida nos sorprenda, nos ayude a seguir caminando ante las decepciones, problemas frustraciones y sufrimientos que se presentan en nuestra vida.

Estoy convencido de que la ilusión, la fantasía, la creatividad son necesarias en la vida de los niños y en la de los adultos. A menudo he explicado a mis hijos, que las personas que lo tienen todo o que pueden adquirir todo con el dinero están muy aburridas, que prueban experiencias continuamente, porque cuando consiguen lo que quieren se cansan y buscan algo nuevo. Hemos tenido conocimiento tristemente donde acaban muchos , en que fosos han caído sin esperanza de salir de ellos. En cambio, los que no tienen nada pueden permitirse el lujo de soñar, de imaginar, de ilusionarse y esa sensación por muy frustrante que pueda parecerles a algunos hace que la esperanza y alegría afloren cada día.

Es esa ilusión la que a los padres, abuelos y familiares nos hace dedicar día a día, nuestro tiempo y dedicación, nuestro aliento y apoyo, el camino a seguir, enseñándoles a confiar por muchas contrariedades y decepciones que la vida nos presente, disfrutar con sus ilusiones, acompañarle en sus desengaños. Como dejó plasmado el escritor José Narosky : “Mi mayor ilusión es seguir teniendo ilusiones”.

Que los reyes Magos se porten bien al pasar por vuestras casas. Feliz Epifanía

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3 comentarios

  1. Muy buena entrada Te felicito Estoy totalmente de acuerdo contigo Saludos desde Miami

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  2. La vida sin ilusiones ni fantasías sería muy dura...tengo la misma ilusión por los Reyes magos que cuando era niña pues ahora me la hecen sentir mis nietas y anteriormente mis hijas cuando eran pequeñas.Saludos

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  3. Hola Angelo!!!!!! que maravilla de versión del villancico!!!! Y bueno no perdamos la ilusión y ya sabes aunque el oleaje venga en contra hay que seguir dando ilusión y alegria!!! Esa es nuestra Misión
    te deseo un feliz año lleno de bendiciones!!!!! un abrazo fuerte
    he olvidado como insertar fotos y videos en mi blog...snifffff

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