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Controlados


He permanecido un tiempo desactivado de las redes sociales. Y nada más comenzar este post, caigo en la cuenta de que para iniciarlo, he adoptado un lenguaje más propio de androides que de personas humanas, y os aseguro que no ha sido fácil la desactivación, porque los efectos colaterales que ella produjo, me llevaron  una buena tarde de pelea con la red, por la anulación de servicios relacionados con las cuentas activas.

Sin darnos cuenta, hemos ido sufriendo un proceso de asimilación haciendo caso omiso en muchas ocasiones, de las advertencias de lo que las nuevas tecnologías traen de control y deshumanización de la persona, entrando en el mundo de la adicción, del aislamiento, y de la soledad. No solo la red. Cada vez más podemos observar cámaras en las calles, donde muchas veces desconocemos el uso que se hace de ellas. Cada vez que cogemos el pc, somos asaltados por spywares, virus, cookies, etc. Creyendo que estamos navegando de forma anónima, cuando miles y miles de fuentes se apoderan de nuestra privacidad.

No nos engañemos. Estamos controlados. Algunos ya se atrevieron a vaticinar este presente años atrás. Georges Orwell en su exitosa novela “1984” describe una sociedad totalmente controlada, en la que los ciudadanos no son más que verdaderos esclavos de un gran dictador. Ese dictador de nuestro mundo tecnológico tiene varios nombres con el que todos nos hemos familiarizado y aliado de forma inocente. 

Mires donde mires y vayas donde vayas, la deshumanización de los humanos está en cada esquina, poniendo una venda a nuestros ojos para ocultar la realidad. Nos engullen en atractivos consumistas y narcotizan nuestros deseos para obtener cosas, empleando nuestro tiempo en distracciones que manipulan en la inconsciencia de nuestras mentes.

Últimamente me he aficionado bastante a las series de tv y en muchas de ellas, el denominador común son las máquinas que controlan todo y se convierten en seres más inteligentes que los propios humanos. Y vamos perdiendo libertad, y privacidad sin que nos demos cuenta.

Pensando en esto que escribo, me viene a la mente un artículo que mi gran y querido amigo Arcendo,(q.e.p.d), escribió en su día en su blog “La Hoja del Arce” y que no me dejó indiferente.  Lo comparto con vosotros.

Comienzo, con estas citas porque tienen mucho que ver con lo que ahora voy a comentar y que a mi no deja de darme cierta sensación escalofriante.

"...Obligó a todos, chicos y grandes, ricos y pobres, libres y esclavos, a hacerse poner la marca sobre la mano o en la frente...". (Apocalipsis 13:16,17).
"...Cualquiera que adore la bestia o a su imagen, y lleve la marca sobre la frente o sobre la mano, beberá el puro vino de la ira de Dios del puro cáliz de su ira... cualquiera que adore a la bestia o a su imagen y porte la marca no tendrá reposo ni de día ni de noche...". (Apocalipsis 14: 9-11).
"...Aquí hay sabiduría. Quien tenga inteligencia calcule el número de la bestia, porque es número de hombre, y el número es el 666." (Apocalipsis 13: 18).

Porque, después de años de estudio y profundas investigaciones, el mundo de las finanzas (y más, con la tremenda crisis, en ciernes) finalmente está preparado para implantar cualquier intercambio monetario utilizando la tecnología de los microchips y la moneda electrónica.

Así, una de las principales compañías que adoptó esta manera de realizar transacciones es la empresa americana MONDEX.

MOTOROLA, la conocida empresa de telefonía móvil y comunicaciones es la que está produciendo, en exclusiva un microchip para MONDEX SMARTCARD. Dicho artilugio está pensado para implantes internos en el cuerpo de seres humanos. Este bio chip puesto bajo la piel, servirá, sirve ya puesto que ya está en marcha, para infinidad de actividades, desde localización de individuos hasta para efectuar transacciones monetarias, recargándolo debidamente.

MONDEX que es la iniciadora de este proyecto tiene el 55% del accionariado de la conocida MASTER CARD”.
Es decir, si todo sigue de acuerdo a los planes financieros internacionales, el dinero actual (el papel moneda y la moneda en metal) desaparecerán pronto, y serán sustituidos por el dinero electrónico, primero por medio de las tarjetas de crédito y débito con microchip, y luego serán velozmente sustituidas por este microchip implantado bajo la piel de los individuos.


A diferencia con la actual tarjeta de crédito, con la cual es necesario digitar un código personal, este bio chip contiene mucha más información. Con este sistema se puede transferir y utilizar dinero mediante instrumentos telefónicos especiales producidos por la misma MONDEX y además podrán ser utilizados también en ordenadores con un modem vía Internet.
Más de veinte países y muchas empresas de renombre, están ya asociadas en el desarrollo de este programa, y se espera, en breve que también la Unión Europea, adopte el sistema MONDEX como definitiva moneda única mundial.

En un principio todo parece responder a las necesidades de un mundo tecnológico cada vez más práctico y todo se presenta con incontestables ventajas; además de servir de “moneda” universal, fácil de utilizar, rápida y personal, también almacenará todos nuestros datos, laborables, médicos, sociales etc.Con eso, a través del chip, rápidamente tendremos acceso a todo; y estaremos siempre localizables, vía satélite, y todo por “nuestra propia seguridad”. Una red de 66 satélites de baja altura, así como las antenas de teléfonos celulares, permitirán seguir a cualquiera en cualquier lugar del planeta con un margen de error de un metro solamente. Una vez que este microchip es implantado, será imposible esconderse en ningún lugar: la autoridad siempre sabrá dónde localizarte.


Además, para poder emitir la señal, el microchip debe estar provisto de una pila de litio especial, constantemente recargada por las variaciones de temperatura del cuerpo humano. Se invirtieron más de un millón y medio de dólares, en averiguar en qué lugar del cuerpo la temperatura varía más rápidamente. Se hallaron dos lugares posibles propicios para implantar el chip y recargar la pila: la frente, en la raíz del cabello, y en el dorso de la mano derecha.
¿Recuerdan?..."...Obligó a todos, chicos y grandes, ricos y pobres, libres y esclavos, a hacerse poner la marca sobre la mano o en la frente...". (Apocalipsis 13:16,17)

Así también con toda esa información, el microchip no sólo sustituirá al dinero y a la tarjeta de plástico, también reemplazará a la tarjeta de identidad, al pasaporte, al carnet de la seguridad social…etc.. Por ello, nadie podría retirar el dinero del banco, recibir las prestaciones del gobierno (pensiones, subsidios...) ni comprar ni vender nada sin tener implantado ese microchip bajo la piel.
¿Recuerdan, otra vez?, “y nadie podrá comprar ni vender si no está marcado con el nombre de la bestia o con la cifra de su nombre. “(Apocalipsis 13:16,18).


Así pues, como se ve, cuanto más conocemos sobre la instalación del chip bajo la piel, más correspondencia hay con la descripción que dió San Juan sobre "la marca de la bestia" en el Apocalipsis.

Pero la cuestión no acaba aquí. Como ya se sabe la bestia tiene número. “En esto consiste la sabiduría: el que tenga entendimiento, calcule el número de la bestia, pues es número de un ser humano: seiscientos sesenta y seis.”(Apocalipsis 13:1).

Pues resulta que la palabra MONDEX es un apócope de dos significados: MON = Money, dinero en Inglés, y DEX = Dextra, o diestra “derecha” , lugar de su implantación idónea. Curiosamente si miramos cualquier teléfono moderno sea fijo o móvil las letras M, O, N, coinciden con el dígito 6, así 3 letras es igual a.. ¡6, 6, 6!.

¿Qué me decís de todo esto?, aunque no creamos mucho en estas cosas, no dejan de inquietar un poco

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1 comentarios

  1. Por supuesto, inquietan y asustan. Ahora mismo, cualquier brote digital -las redes sociales, los blogs, los documentos de identidad, las comunicaciones, etc- dan cuenta de lo que hacemos y dejamos de hacer.

    Como siempre, desde el poder -en estos tiempos tan ubicuo- se tiende a someter y a controlar, pero no hay que amilanarse. Cuando se cierran puertas, es imprescindible empeñarse en abrir ventanas.

    Con todo y a pesar de todo, la clave es la fidelidad.
    La absoluta de Dios para con el hombre. La nuestra, a menudo quebradiza y limitada.

    Muy buena semana

    Gran abrazo

    Paz y Bien

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