No busca fastidiarme
A medida que uno avanza en la vida espiritual, le invade el deseo cada vez mayor de amar a Dios, y la mejor demostración que uno puede hacer del amor, es someterse a la voluntad del que se ama. "Señor, quiero hacer tu voluntad”. ¿Quién no eleva a Dios este deseo pronunciado con el corazón, cuando se penetra en la vida de los que nos precedieron realizando la misma petición?
Hoy por hoy puedo decir que en mi vida se ha convertido en una jaculatoria repetida muchas veces a lo largo de la jornada. Es necesaria porque descubro que muy fácilmente me olvido de ese ofrecimiento. Basta cualquier contratiempo para darme cuenta lo fácil que resulta tirar por la borda el propósito depositado ante el Señor.
¿Realmente sé ver la mano de Dios en cada acto de mi jornada? Pues no; Desde que descubro que una piedra se atraviesa en mi camino, hasta llegar a plantearme que ahí tal vez esté la voluntad del Señor, ando preocupado y turbado con otros razonamientos que me quitan la paz generando intranquilidad, incertidumbre, preocupación… Otras veces llega a asustarme esa Voluntad divina, reduzco a Dios a los míseros planteamientos humanos. Por eso necesito esa jaculatoria durante la jornada. ¡Una gran falta de fe, que grita como los leprosos: “Jesús hijo de Dios, ten misericordia de nosotros" (Lc. 17,13)
“Señor quiero hacer tu voluntad”. A menudo esta petición me plantea otros interrogantes: “¿Y si me pide esto, o aquello?” Pienso más en la carga que a menudo no existe, que en la liberación que puedo experimentar. ¿Qué me va a pedir? …Todo lo que emana de Dios, es amor y misericordia. Dentro de esas dos palabras, se encuentran la justicia, el perdón, el gozo, la felicidad. Y eso es lo que Él quiere para mí. Lo que me ha preparado desde la eternidad.
¿Qué entiendo cuando digo “quiero hacer la voluntad de Dios"? Estar dispuesto a vivir en todos los momentos, aquello que se identifica con Él. Es el Camino, la Verdad y la Vida. Todo lo que pueda pedirme será fruto de un amor hacia nosotros. Ese AMOR que no hay manera de entender en su plenitud en este mundo. Va a pedirme que si puedo amar al cien por cien no me conforme con el noventa. No importan las circunstancias en nuestras vidas, si nosotros queremos y conformamos nuestra voluntad a la de Jesús, esto va a culminar siempre en la gloria final a Dios. Nosotros, probablemente, no necesitamos saber todos los detalles, como María, debemos confiar, rendir toda nuestra voluntad a su AMOR. Solo eso: “Hágase en mí según tu voluntad”
Dios solo puede dar amor, solo puede pedirme aquello que va a ayudarme a encontrarme con el amor, y para ello tengo que cuestionarme si mi corazón está libre para hacerlo. Si estoy atado a cosas, que aun siendo lícitas y buenas, hacen que no pueda correr hacia Él. Argumentos en contra todos los que se quieran: “Es que no tengo libertad, y para amar hay que ser libre .¿Qué va a pedirme Dios, que sea desgraciado? ¿Que viva una vida amargada?" …A ver si nos enteramos de una vez. ¡Dios nos ama! Que no quiere fastidiarnos, ni amargarnos la vida. Aquí el único que busca nuestra ruina, es el diablo. El gran padre de la mentira es el que nos engaña de verdad una y otra vez… ¡Y no aprendemos! Así viene lo que viene: tristeza, desolación, angustia, desesperación, y por desgracia muchas veces la perdición del alma, que se le entrega en bandeja para toda la eternidad.
Dios no es carga, no limita; no está al margen, le importo; no es un tirano, es mi padre; no está fuera, lo llevo dentro. Y como decía el papa Benedicto: “¡No tengáis miedo de Cristo! Él no quita nada, y lo da todo"
7 comentarios
Graciass una vez mas Angelo,tus entradas siempre me ayudan.
ResponderEliminarUn cariñoso saludo :)
Gracias Angelo!! La Voluntad de Dios es la Paz...Que Dios te bendiga siempre!!
ResponderEliminarHola Ángel: al acabar de leer tu post, me vino... Aunque es de noche.
ResponderEliminarY bien, las jaculatorias leí que van a dar como flechas, al Corazón de Jesús, herido ya de amor por ti y por mi. Doy gracias a Dios por ellas. No sé qué haría sin ellas. Repetir, Jesús, a los 5', Jesús... Además las hay muy conocidas, pero también se pueden crear ser personales. Cortitas, dianas que apuntan al Corazón del Amado. Amen. Aleluya. Aunque es de noche..
El nombre de Jesús, repetido e invocado amorosamente, es la manera concreta y sencilla de vivir , en la presencia del señor, gracias, por su compartir vida,
ResponderEliminarYo tendría que decir esa oración muchas veces al día pero para mi desgracia no lo hago así que te agradezco me lo hayas recordado.Saludos
ResponderEliminarÁngel, me pasa de todo, desesperada, triste, enojos a punto
ResponderEliminarde todo, pero me acuerdo que mi
madre ella siempre decía en todo
momento esta jaculatoria.
Cristo en mi yo en el, la sangre de
Cristo me libré de ti.
La he puesto en práctica y me funciona, aunque te confieso que tengo que practicarla más.
Un saludo y muchas bendiciones recibas de Nuestro PADRE.
Martha V.
Así es: ¡Dios nos ama!, no quita nada, lo da todo.
ResponderEliminarGracias, Ángel. Un abrazo grande.
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