Amor que libera
Me encontré hace unos días, en un blog amigo, una de las escenas cinematográficas, que más me han impactado,una de las que es fácil sentirse identificado, y una de las que es sencillo, experimentar y entender, lo que en ella se ve. La película: “La misión”. La secuencia: “La penitencia que Rodrigo Mendoza (Robert de Niro) siente que debe hacer, para sentirse perdonado por Dios”. Confieso, que la veo en muchas ocasiones, y que la convierto en un momento de reflexión personal.
Cuando emprendí el camino de Santiago, me llevé en la mochila, una consigna que me acompañó
cada día: “¡Perdónate!”. También yo, quería reparar, y quería hacerlo desde la
perspectiva de Dios. Me acordé, de esta escena, tantas veces meditada, y me centré en la
liberación, en el lanzamiento de la carga, que las aguas del río se llevan. Me
quedé en el llanto, en la alegría, en el perdón, en el abrazo…
¡Son tantas las ocasiones, en que me empeño en vivir mi vida, arrastrando un gran fardo
lleno de miserias! Eso significa, no haber comprendido en toda su hondura, el
valor de la infinita misericordia de Dios. Hay que cortar la cuerda. Cristo ha
muerto por mí, ha cortado mi cuerda, y lo hace cada vez que acudo al Sacramento
de la penitencia.
Leo , lo que escribió San Pablo: "olvidando lo que queda atrás, persigo lo que está
delante, lanzándome hacia la meta, hacia el premio de la excelsa vocación de
Dios en Cristo Jesús" (Fil 3, 13).
Bienaventurados los que lloran. La verdadera contrición
siempre es profundamente liberadora. A veces es el pasado que no dejamos
partir, otras el futuro desconocido, que anhelamos como solución a nuestros
desvelos, que se convierte en una carga pesadísima.
Compartía hace pocos días, en Facebook, un pensamiento de
José Luis Martín Descalzo: “El arrepentimiento en el Evangelio es... un giro de
página y un comenzar una nueva andadura; no un pasarse la vida restregando ante
Dios unos gritos de piedad por algo que Dios olvida en el primer instante en
que alguien le dice: lo siento".
Que bien lo expresa esta magnífica escena de "La
Misión". El perdón de Dios. Amor que libera.
¡Alabado sea Jesucristo!
10 comentarios
Que bien nos ilustras ese aspecto del perdón.
ResponderEliminarTu entrada me hace reflexionar en muchas cosas.
Gracias!!
DTB!!
Gracias por darte Angelo y darnos al Papi también.
ResponderEliminarUn beso.
Que entrada tan profunda,me toco bastante,pues soy de esas que no me perdono facilmente mis pecados y sufro mucho por ello.
ResponderEliminarla imagen esta espectacular y el video ni se diga...me hizo llorar.
Mil gracias Angelo,bendiciones.
Tus palabras y la escena emocionan. Y vienen muy bien.
ResponderEliminarSALUDOS y GRACIAS
Cristo tuvo esperanza, y esa esperanza somos nosotros. San Alberto Hurtado
ResponderEliminar;-)
Si Dios te ha perdonado ¿quién eres tú para acusarte de nada?
ResponderEliminarAngelo, me conmueves!!! En ocasiones me siento en sintonía!!!
ResponderEliminarComparto la reflexión sobre la Misión (de mis favoritas), y comparto la frase de José Luis Martín Descalzo también!!!
Gracias por ser y estar!!!!
Un abrazo en Él!!!
Emocionada con tus palabras y la escena no puede ser mas ilustrativa,Dios te bndiga Angelo.
ResponderEliminarUn cariñoso saludo :)
Angelo, il perdono di Dio è l'esperienza più mistica che un cristiano possa fare!
ResponderEliminarNulla di più grande, di più profondo, di più gioioso e salvifico che sentire la misericordia di Dio scendere sui nostri peccati e distruggerli in un attimo.
Questa è esperienza concreta di Dio!
Angelo, grazie al tuo consiglio sono riuscita a risolvere il problema del caricamento delle immagini. Credo che il problema si sia presentato perchè continuo ad usare la vecchia interfaccia di blogger, ma la nuova non mi piace. Ti devo offrire una cena, come mi ha consigliato Rafael! Un grande abbraccio
Si pensemos, si Dios te ha perdonado, ¿quién eres tu para acusarte de algo?.
ResponderEliminarQue Dios te bendiga,
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