Volver a ti es revivir
Hoy, no tenía pensado postear, pero acabado mi pequeño tiempo
de oración, siento la necesidad imperiosa de hacerlo. San Agustín es el
protagonista de esta jornada. Me encanta que la Iglesia lo celebre, tras la
fiesta de Santa Mónica. El poder de la oración y sus frutos.
San Agustín, es uno de mis santos favoritos, y como ha
estado presente en mi plegaria, pues me siento obligado a dedicarle mi entrada.
Sus escritos, siempre tocan mi alma, y eso que tardé en penetrar
en ellos, a pesar de las muchas recomendaciones que se me hicieron, por quienes
me acompañaron, en mis primeros pasos de la vida espiritual.
Logré comprar el libro de sus "Confesiones", pero por unas cosas u otras, acabó como una obra más en la estantería. Hace un par de años, que el ejemplar archivado en mi librería, parecía llamarme; no me resistí, lo cogí y empecé a devorarlo. ¡Menuda sorpresa me encontré! Me sentía identificado, en muchos de los sentimientos que allí plasmaba Agustín. Desde ese día, busqué otros textos del santo y siempre he encontrado fortaleza, aliento, consuelo, y serenidad, así que hoy, me toca a mí, recomendar el conocimiento de la vida de San Agustín.
Logré comprar el libro de sus "Confesiones", pero por unas cosas u otras, acabó como una obra más en la estantería. Hace un par de años, que el ejemplar archivado en mi librería, parecía llamarme; no me resistí, lo cogí y empecé a devorarlo. ¡Menuda sorpresa me encontré! Me sentía identificado, en muchos de los sentimientos que allí plasmaba Agustín. Desde ese día, busqué otros textos del santo y siempre he encontrado fortaleza, aliento, consuelo, y serenidad, así que hoy, me toca a mí, recomendar el conocimiento de la vida de San Agustín.
Oh Dios, alejarse de ti es caer, volver a ti es revivir,
permanecer en ti es construirse sólidamente.
Oh Dios, salir de ti es morir, encaminarse a ti es revivir,
habitar en ti es vivir. Siento que debo volver a ti; llamo para que se abra tu puerta;
enséñame cómo se puede llegar hasta ti.
Sólo sé que se deben despreciar las cosas caducas y
pasajeras y que se deben buscar las ternas.
Es todo cuanto sé, oh Padre, pero ignoro de dónde hay que
partir para llegar a ti.
Sugiéremelo tú, muéstrame tú el camino y dame lo necesario
para el viaje.
Si con la fe te encuentran los que vuelven a ti, dame la fe;
si con la virtud, concédeme la virtud; si con el saber, dame el saber, dame el
saber.
Auméntame la fe, auméntame la esperanza, auméntame la
caridad, oh bondad única y admirable.
Adaptado de los Soliloquios de San Agustin (Magníficat)
¡Alabado sea Jesucristo!
7 comentarios
Hoy rezo contigo, a tu lado, pidiendo fé con esta preciosa oración agustiniana. Gracias. ABRAZOS.
ResponderEliminarGracias.
ResponderEliminarMuchas gracias por compartir esta hermosa reflexión; yo también quiero mucho a san Agustín, sus Confesiones son una verdadera guía.
ResponderEliminarUn abrazo.
Hay cosas que permanecen archivadas años y años hasta que de pronto un día parecen "llamarnos".
ResponderEliminarHay un momento para cada cosa, forma parte del plan de Dios.
Saludos!
Que belleza...que belleza!!!,el fondo musical encantador.
ResponderEliminarMil gracias por tu post.
Bendiciones.
Y el oficio de lecturas hoy, Ángel, estuvo excelso.
ResponderEliminarCompletamente identificada,preciosa oración.
ResponderEliminarUn cariñoso saludo.
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