LA PUERTA ESTRECHA
"No deis a los perros lo que es santo, ni echéis vuestras perlas delante de los puercos, no sea que las pisoteen con sus patas, y después, volviéndose, os despedacen. Por tanto, todo cuanto queráis que os hagan los hombres, hacédselo también vosotros a ellos; porque ésta es la Ley y los Profetas. «Entrad por la entrada estrecha; porque ancha es la entrada y espacioso el camino que lleva a la perdición, y son muchos los que entran por ella; mas ¡qué estrecha la entrada y qué angosto el camino que lleva a la Vida!; y poco son los que lo encuentran".
El camino de quien sigue a Jesús es estrecho, pero vale la pena. Es como una vereda del bosque cuyas señales se pierden entre la maleza y requiere la experiencia de un buen scout para reconocerla. No es fácil hallar sus pistas. Son detalles, símbolos que hay que saber interpretar. A un caminante descuidado le pasan fácilmente desapercibidos. Siempre existe el peligro de desorientarse, y entonces hay que corregir la ruta y desandar lo andado...
Elegir la vía estrecha un día tras otro, ¡cuánta incomprensión nos causa! Y esto es más evidente porque cada día nos plantea la decisión. En un mundo como el de hoy, donde la corriente arrastra con gran fuerza en dirección opuesta, empeñarse por recorrer este camino parece cosa de locos. La alternativa es la opción mayoritaria: la que promete el gozo de placeres, el triunfo humano, el poseer y el aparecer. Pese a ello, Jesús no deja de asistirnos en la elección más difícil. No nos abandona jamás.
Sufrir en silencio la injusticia, saber perdonar y no juzgar nunca; pagar bien por mal; vivir con generosidad, colaborando con quienes nos necesitan y desprendido de las cosas; todo esto es seguir la vereda estrecha. En realidad es imposible perseverar en ella sino miramos a Jesús, si su ánimo no nos sostiene y su presencia y compañía no nos alienta. Él mismo es el camino, la puerta estrecha. No vamos por un camino más difícil sin sentido y sin recompensa. Por encima de todas las dificultades y encrucijadas, de todas las decisiones y de toda prueba, sabemos que encontrándole a Él lo tenemos todo.
Buenaventura Acero
¡Alabado sea Jesucristo!
14 comentarios
Y para pasar por esa puerta estrecha hay que encogerse, hacerse pequeño..."pegarse" al otro para juntos y unidos avanzar por el angosto camino...
ResponderEliminarÉl mismo es el camino, la puerta estrecha... con eso esta todo dicho.
Un abrazo!
Angelo: Muy interesante tu entrada de hoy, como todas que me hacen reflexionar un montón.
ResponderEliminarGracias a ti también por tus visitas y tus palabras de aliento, que no te imaginas el bien que me hacen.
UN ABRAZO PARA LOS 7
Lo tendré muy en cuenta, porque de que cuesta, cuesta.
ResponderEliminarGracias Ángelo, ya ví y escuche tu nuevo blog, esta de lux y Efrén Morales dice que eres un crack!!!!
¡Felicidades!
Verdaderamente has dado en el centro de la diana.
ResponderEliminarla clave para ser santo que nos es otra cosa que llegar al cielo y arrastrar con uno mismo a cuanta más gente mejor,es pasar por la puerta angosta y así lo dice muy claro la escritura.
Dificultades todas, pero Dios nunca nos prometió una vida fácil y cómoda sino una vida feliz.
Superar las dificultades y contrariedades diarias de la vida solo se consigue de una manera: MIRANDO LA CRUZ.
El que se niega a abrazar la cruz no ha aprendido todavía a amar!!!
Empecemos por acariciarla o simplemente por mirarla.
Mira la cruz y allí encontrarás la solución a tus problemas.
GRACIAS ANGEL POR AYUDARNOS A REZAR
Hoy me presentas la eleccion como una actitud ante la vida apasionante!!El estar abandonada en el Señor hace el camino mas ligero y gozoso, pues es El el que elige por mi...y solo tengo que seguirlo...Sabes? como todos en los blogs que sigo sois lucecitas verdes de esperanza en mi camino y doy Gracias por ello. Sigo el blog de musica que has puesto ..Precioso el comienzo.Que el dia sea estupendo para sentirnos pequeños!!
ResponderEliminarQue el Señor nos conceda la gracias que a pesar de todo los momento que vivimos tengamos la certeza que ÉL esta siempre y es lo unico que importa ser conciente que ÉL esta y me ama gracias mil gracias unidos en oración y un fuerte abrazo
ResponderEliminarEs un combate diario este, elegir esta puerta es decisión nuestra, y El ayuda siempre aunque nos desanimemos, está El!
ResponderEliminara hacernos pequeños como bien dice Gosspi.
un abrazo
Gracias por recordarnoslo
ResponderEliminar"...encontrándole a Él lo tenemos todo." Así es.
ResponderEliminarHay solo dos cosas: o lo sigues en TODO... o, lo sigues en TODO.
Y la puerta mientra más estrechita mejor que mejor, así estaremos más cerquita suya.
Muaaaaaa a todos.
Hola Ángelo. No se sufre en silencio, otra cosa más dura es que nadie preste atención al lamento, que el llanto de los pequeños, los pobres, los marginados, no quiera ser escuchado aquí, y finalmente el desvalido permanezca aparentemente enmudecido. En el estrecho sendero se oyen los gritos veloces que el Cielo despiertan. Tiemblen los puercos y sordos.
ResponderEliminarSaludos Ángelo!
ResponderEliminarSiempre recordamos lo de no echar perlas a los guarros, pero eso de que despues de pisotarlas SE VUELVEN PARA DESPEDAZARNOS, es muy cierto. Hay veces que aunque con la mejor de nuestras intenciones quisiéramos dar un buen consejo, no queda más remedio que callar por la cuenta que nos tiene.
El ES es quién nos debe guiar a elegir correctamente a acutar o simplemente estarse quietos y no complicar más las cosas.
Un abrazo!
¡Qué bien vienen tus palabras consoladoras! Se puede llegar a sentir tanta soledad y tantas emociones y sensaciones que nublan y agotan... y que no son la Verdad...
ResponderEliminarUn gran abrazo.
Sí, Angel, lo has dicho. Jesús es la puerta estrecha. Dios se ha hecho hombre y en esa estrechez es la que hemos de vivir nuestra fe día a día. Es más fácil de lo que parece y más duro de lo que nos imaginamos. Es El, siendo puerta estrecha, que quiere que desde El recorramos ese camino que indudablemnte nos llevará al cielo.
ResponderEliminarAngelo, creo que esta entrada que nos regalas podría resumirse en esta frase del evangelio de S. Juan: "Yo soy la vid, vosotros los sarmientos; el que permanece en mí y yo en él, ése da fruto abundante; porque sin mi no podéis hacer nada". Un abrazo
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