La Navidad también se canta
Hay canciones que no hay que explicarlas: se reconocen, se respiran, se recuerdan. Algunas sacan sonrisas, otras despiertan la fe, otras huelen a infancia y otras simplemente acompañan, como una manta que alguien nos deja en los hombros sin avisar.
Desde que escribo en el blog, me veo “obligado” —en el mejor sentido— a buscar músicas, voces y pequeñas joyas escondidas entre diversas músicas que acompañan mis posts y que no conocía. Y así, casi sin darme cuenta, he descubierto interpretaciones realmente interesantes: algunas por su belleza serena, otras por su fuerza, o quizá porque algunas melodías te eligen antes de que tú las elijas a ellas. Y entre ese paisaje inmenso de música, se han asomado también los villancicos, como quien pasa por la puerta y deja aroma a hogar.
Así que hoy, con las luces que llevan semanas encendidas y ese ambiente que va tomando forma en las calles y también en el alma, quiero proponerte algo sencillo:
Yo comparto cinco villancicos… y luego tú compartes los tuyos
No hace falta que pongas enlaces si no quieres; basta con que nombres aquellas canciones que, cuando empiezan a sonar, nos hacen sentir que el Niño ya está cerca y la casa se prepara.
De todos los villancicos que he escuchado a lo largo del tiempo, estos son los que más me gustan. No porque sean los más famosos, sino porque en ellos reconozco algo de mi propia Navidad.
- El tamborilero — Humilde, cercano, rítmico como un corazón que ofrece lo que tiene, aunque sea poco, y porque me emociona.
- Ya vienen los Reyes Magos — A infancia, a zapatos en el pasillo y a ilusión negociada con leche y galletas, y porque me divierte cantarla.
- Veni, veni Emmanuel — Sabe a espera, a promesa, a un Adviento que no se apura, se acompaña, y porque todas las versiones que escucho están cantadas con profundidad, interioridad y, en la mayoría de los casos, con voces preciosas.
- Gloria in excelsis Deo — Un canto que parece abrir el cielo un instante, como si la noche se volviera transparente, y porque suele cantarse en la iglesia y me pone la piel de gallina.
- Los peces en el río — Cercano, sonriente, de esos que siguen ahí aunque pasen mil navidades y mil vidas, y porque al cantarla se refleja mucha alegría en todos los que se unen al canto.
Te invito a dejar en los comentarios tus villancicos favoritos
Pueden ser cinco, tres, dos, uno solo. En español, en latín, modernos, populares, solemnes, divertidos, corales o improvisados. Da igual. Lo importante es que, por un momento, cantemos la Navidad entre todos.
Porque la Navidad no solo se celebra. La Navidad se canta.
Y como la Navidad también entra por los oídos, aquí te dejo algunos de estos villancicos en vídeo. Si alguno te acompaña, que suene sin miedo en tu casa.
Una versión que siempre emociona.
Otra versión del tamborilero.
«Veni, veni Emmanuel», cantado con hondura y belleza.
«Solo tú», casi como abrir el cielo un instante.
«La mula», realmente hermoso.
«Jingle Bells» en directo, para poner de buen humor cualquier salón.
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