Gestos y posturas
Mencioné hace tiempo en un post, una frase que el cantante
Joaquín Sabina, aludió en una entrevista. Manifestó en ella que a pesar de ser ateo, le encantaba la liturgia que la Iglesia
Católica utilizaba para la administración de los sacramentos; opino lo mismo. Cuando uno participa en ella cumpliendo los cánones marcados, realmente uno
saborea esa belleza de la que hablaba Joaquín. Si a eso le añadimos el
conocimiento de toda la simbología que en ella se manifiesta, lograremos que
nuestra asistencia sea algo más que una simple presencia.
Vengo observando desde hace tiempo que en la misa, los
fieles van adquiriendo “costumbres” que realizan de forma más o menos
individual, saliéndose de la unidad en la participación de la Eucaristía. Me
voy a fijar en dos detalles. Una es la de cogerse de las manos durante el padrenuestro y otra
la de elevar también de forma individual las manos durante la oración del mismo.
No quiero parecer puritano, ni defensor de una ortodoxia que
hay que cumplir por encima de todo. Lejos de mí, emprender ese camino. Simplemente manifestar un sentimiento de “pesar” al comprobar que se conoce
poco el significado de los símbolos o el
papel que desempeña cada participante en la celebración Eucarística. Pienso que
los presbíteros deberían explicar un poco más todo este tema , para ayudarnos a
todos a vivir la riqueza de cada momento en la Santa Misa.
Pero volvamos a los dos puntos en los que fijé mi atención
mencionados más arriba. El acto de cogerse de las manos o elevarlas durante la
oración del padre nuestro ¿es algo prohibido? Pues realmente habría que
contestar que no, y ahí tendría que acabarse cualquier objeción que cualquiera
pusiera, pero es de obligación compartir con los demás la información que uno
tiene para ofrecerla y que cada cual la use como crea debe hacerlo. Esa es mi
intención con este post. No está en mi propósito descalificar, reprobar o criticar a quienes
lo hacen, simplemente informar de lo que hay establecido. Insisto en ello. Creo que vale la pena conocer las directrices que hay marcadas sobre nuestra participación en la Eucaristía.
En primer lugar decir que la Iglesia Católica tiene
normas, documentos que nos guían como participar mejor de la Santa Misa.
Instrucciones que han ido apareciendo a lo largo de todos los siglos de su
historia, donde se ha debatido, orado y llegado a unas conclusiones para que
todos sepamos los que estamos viviendo al participar en ella. Cada
movimiento, gesto y palabra tiene un sentido y un significado ya descubierto, discernido y establecido.
En la actualidad cualquiera puede acceder a ello a través de lo que está escrito en la “Instrucción
general del Misal Romano”, que podéis encontrar en la página de la Santa Sede
(aquí) ,donde aparecen las indicaciones de como debe celebrarse la Santa
Misa y el papel de cada uno de los que en ella participan.
En la liturgia se prevé la participación corporal con gestos
y posturas; en pie, de rodillas, sentados… Algunas posturas y gestos
corresponden al sacerdote quien preside la asamblea en nombre y persona de
Jesucristo a quien representa y otras posturas corresponden al pueblo de Dios
que participa en la celebración. Lo correcto es que cada uno haga lo que le
corresponde y solo lo que le corresponde y que no se escoja lo que quiera hacer
como gusto o sentimiento personal.
Hablemos del gesto de cogerse las manos durante el rezo del
padre nuestro. Hay que decir que esta práctica viene del mundo protestante, al
no tener la Presencia Real de Cristo, es decir, al no tener una comunión real y
válida que los una entre sí y con Dios, apelan al gesto de tomarse de la mano
como momento de comunión en la oración comunitaria. Los católicos nos unimos en
la Comunión, no cuando nos tomamos de las manos, sino cuando recibimos el
Cuerpo de Cristo. Está bien que fuera de la misa, en nuestras reuniones donde
oramos juntos, nos cojamos de las manos, es un gesto emotivo y simbólico, pero
en la Misa cada gesto es determinado por
la Iglesia y sus rubricas.
Elevar las manos durante el Padrenuestro, tampoco es un
gesto que corresponde a los fieles que participan en la Eucaristía, está
reservada al sacerdote que es quien ofrece la oración al Padre mostrando sus
manos ungidas, en nombre de Jesucristo, intercediendo por todo el pueblo. Vuelvo a insistir :¿Está prohibido? ¡No! pero es importante resaltar ,lo que queremos manifestar con nuestros gestos ,conociendo de verdad su significado y no dejándonos llevar por "implantaciones individuales" del momento.
Algunos pueden objetar que lo que importa es lo que uno
experimenta interiormente, cosa que a menudo se produce en las ramas
protestantes como anteriormente mencionaba. “ La uniformidad de las posturas,
que debe ser observada por todos participantes, es signo de la unidad de los
miembros de la comunidad cristiana congregados para la sagrada Liturgia:
expresa y promueve, en efecto, la intención y los sentimientos de los
participantes”. (No. 42, Instrucción General del Misal Romano.)
Sabemos que hay personas que lo hacen con devoción, con
cariño, pero al hacerlo no se está cumpliendo la acción que es propia de la
misa, se “oscurece” la acción del sacerdote como representante de Cristo que
intercede por todos ante el Padre.
Una vez más insisto en que es hermoso y bonito que nuestro cuerpo
manifieste gestos de reverencia, de adoración, de humildad. En las catacumbas de Roma, pueden
verse pinturas representando distintas formas de orar de los primero
cristianos, entre las que se encuentra la postura en pie con las manos alzadas,
pero como forma orante. Dentro de la misa,cada gesto y postura vienen
establecidas con un sentido, que si sabemos descubrir, formarnos y profundizar nos resultará gratificante
practicarlas.
Como a veces solemos decir : “ no hay nada nuevo inventado” todo
ha sido pensado anteriormente y llevado a la práctica con un fin. En el caso
que nos ocupa, vivir con alegría y belleza nuestro encuentro con el Señor
participando vivamente en la Eucaristía que Él nos dejó para tenerlo presente en nosotros.
3 comentarios
Muy bien explicado
ResponderEliminarHola Angel,
ResponderEliminarTe escribo lo que yo sé sobre esas dos posturas a la hora de orar el padrenuestro en la misa. En la de cogerse de las manos yo la aprendí de joven en un grupo apostólico cuando celebrábamos la misa, y la otra de elevar las manos también la aprendí en el camino neocatecumenal, creo que ese movimiento cristiano sí lo conocerás,que creo que es poco conocido por la mayoría de las personas que acuden a misa. No es el ponerse en el lugar que le pertenezca al sacerdote,aunque yo hace años que no sigo en el camino neocatecumenal cuando estoy en misa me gusta seguir elevando mis manos a la hora de rezar el padrenuestro. Particularmente tanto adorno litúrgico no me atraen demasiado, todo lo que se acerque a aquel momento en el que nuestro Señor instauró la eucaristía me gusta más, todo lo demás me parecen cosas añadidas por los hombres con el paso de los tiempos, pero para gusto los colores, si nos acordamos de cuando la misa la decían de espaldas y en latín, o cuántas veces se han modificado las palabras de las oraciones incluidas el padrenuestro, creo que debemos de centrarnos en el significado no tanto en las formas. A mí me gustan las cosas sencillas será eso, y con sentimiento, como dijo Jesús, en espíritu y verdad. Me alegro de verte escribiendo otra vez, espero que estés bien de salud, un abrazo Angel.
Soy de las que elevo las manos al rezar el Padre Nuestro pero lo hago en señal de entrega, le ofrezco mis manos abiertas al Señor para que me ayude a saber utilizarlas al servicio de los demás. Lo que explicas sobre esta liturgia de la misa y sus formas las considero importantes pero jamás he pretendido "oscurecer" esas manos sagradas del sacerdote por lo que representan pero ignoraba que con mi gesto lo estoy haciendo así que tendré que cambiar esta costumbre.Saludos
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