Me asusta
Algunas veces, da miedo decir ciertas cosas y no morir en el intento, sabiendo que muchos se te echarán encima de forma inimaginable años atrás, cuando decides hacerlo. Si tu forma de pensar expresada con su consiguiente razonamiento, no cumple los cánones de "lo políticamente correcto" el veto y la censura aparecen en su forma más tirana y dictatorial.
Las minorías ideológicas amparadas bajo el manto anárquico, han ido ganando terreno en esta sociedad, instaurando de forma sutil todo su poder persuasivo bajo excusas y eufemismos, utilizando mil argumentos sobre la discriminación, la intolerancia, la libertad de expresión, exigiendo derechos y dejando al margen los deberes.
Las minorías ideológicas amparadas bajo el manto anárquico, han ido ganando terreno en esta sociedad, instaurando de forma sutil todo su poder persuasivo bajo excusas y eufemismos, utilizando mil argumentos sobre la discriminación, la intolerancia, la libertad de expresión, exigiendo derechos y dejando al margen los deberes.
Hoy se ensalza a cualquiera que venda fácil una vida llena de libertinaje. Palabras como excelencia, trabajo, responsabilidad, honestidad, lealtad, esfuerzo, respeto y un gran largo etc. de valores morales, parecen haber caducado. Son estas cualidades las que han ido construyendo a través de los siglos, una sociedad que ha dado grandes figuras y genios en todos sus ámbitos. La literatura, el arte, la ciencia han sido degradados por quien aborrece y destierra al olvido las virtudes que adornan al ser humano dejando paso a un modelo de perversión egocéntrica que estremece.
Las redes sociales creadas para compartir lo que debería ser un enriquecimiento mutuo, se han convertido en muchos casos en modelos de mala educación, insultos, descalificaciones, malas palabras, humillaciones, intolerancia, calumnias, odios, peleas, a los que se unen de forma inimaginable y contagiosa, otros muchos que parecen disfrutar del espectáculo incruento pero despiadado al que se asiste; y todo en nombre de no sé que, alzando la voz, reclamando derechos que no aprueban en los demás. Deseando un mal que ya no disimula ni se esconde.
Una sociedad esclava del sistema, donde la gran mayoría se convierte a su vez en esclavo de la sociedad sin apercibirse de ello. Un mundo donde la libertad se reclama desde cualquier rincón y desde la edad más temprana, sin tener conocimiento real de la palabra que más gargantas desgañita y que sirve de excusa para cualquier acción licenciosa. Jóvenes que se creen libres y no se dan cuenta de que se han arrodillado ante unos amos déspotas y severos, que te encumbran si obedeces, y te desprecian cuando dejas de hacerlo. Basta un estilo de peinado, una prenda de vestir, un juego, el último modelo de móvil, coche, moto, bebida, para caer en la red de la esclavitud comercial. Siervos de una sociedad enferma, donde solo cuenta el poder, el dinero, donde si no vistes de una manera determinada no estás en el "Trendy", por lo que pasas al exilio de los ninguneados.
¿Qué somos? Somos un pueblo de consumidores, de vendedores, de compraventas, también los sentimientos se compran, hemos crecido en una sociedad de consumismo de masas, donde la publicidad decide por nosotros. Nuestras preocupaciones en tantas ocasiones son tan ridículas..., perdemos el sueño sobre que marca de tejanos o móvil tenemos que comprarnos ... Se nos olvida fácilmente que hay partes del mundo donde algunos niños no se pueden permitir unas migas de pan al día.
4 comentarios
Modas y fiebres... todo pasa... solo hay Algo que siempre permanece y además, el bien y la bondad se mueven de puntillas, entre silencios... como cumpliendo con aquello de «que no se entere tu mano izquierda de lo que hace la derecha», el bien y la bondad no andan como locos queriendo acaparar cuantas mas obras mejor, solo hacen y callan... no hay de que asustarse, el mundo siempre ha sido mundo, han habido épocas horribles y aquí estamos, aunque a juicio de muchos,y, como Manrique expresa:«cualquier tiempo pasado fue mejor». El bien y la bondad tienen la llave de la esperanza. Un fuerte abrazo Ángel.
ResponderEliminarLos medios de comunicación, incluidas las redes sociales, están teniendo un poder inaudito entre los jóvenes y menos jóvenes. Pasa, como con todo, usado en su justa medida y para bien, es bueno, en cuanto se saltan el respeto, la educación, las buenas palabras, las buenas intenciones.... Ya todo sigue cuesta abajo y empicado. No saber poner los límites es peligroso y entrar en la rueda de las descalificaciones, peligrosísimo.
ResponderEliminarNo todo vale!. Desde luego para mi....No todo vale!
Cierto que siempre hubo épocas y épocas, pero a mi, esta que me ha tocado vivir, no me gusta nada. Y me preocupan más los que viene detrás. Qué difícil lo tienen!! Pobrecitos! Porque nadar contra corriente es bastante complicado, en ocasiones, imposible.
Podría haber escrito un comentario más positivo, pero traicionaría lo que mi interior me dicta. Trabajo con niños y veo lo que veo. Ojalá dentro de unos años tenga que pedir disculpas y decir que me equivoqué.
Gracias Ángel! Un beso
Me ha dado mucha pena leer esta entrada porque lamentablemente es muy real y de muy dificil solución.........tendremos que rezar y rezar al vez que dar ejemplo de vida para ver si así ocurre el milagro del cambio de esta sociedad tan corrupta y consumista.Saludos cordiales
ResponderEliminarEs una gran verdad y una pena, solo queda orar con intensidad, gracias.
ResponderEliminarTe invito a dejar tu opinión .Sepamos ofrecer lo mejor de nosotros. Bienvenida la crítica, acompañada siempre de la cortesía.