Por las sendas de la eternidad
Para los que vivimos en cualquier parte. En el mundo o fuera de él, más allá de todo mundo y en cualquier tiempo.
Tienes la oportunidad de dejar este mundo y seguir al Señor. No dudes un instante. No permanezcas observando lo que queda atrás, en el camino, ni sueñes con tu fantasía, gestando fantasmas en un futuro que no es y que, seguramente, nunca será.
Deja. Aventúrate, en cambio, por las sendas de la Eternidad, que ya están a tu disposición. No sólo no están lejos sino que en este mismo instante se abren para ti.
Tal vez pensabas que alcanzarías una vida mejor mudando de lugar o escapándote a tiempo. Nada de eso. Aquí hallarás una pequeña senda para horadar el instante y el lugar en que te encuentras y pasar del otro lado. Más allá.
No te turbe tu pasado. No te angustie el mañana. Simplemente estás aquí y ahora con el Señor. Es Él quien te llama. No quieras saber otra cosa. No te pierdas en vericuetos ni te distraigas en tu propio laberinto. No te justifiques buscando razones para escapar de la senda del Señor. Que no te deslumbren los espejismos de un mundo que perece.
3 comentarios
Amen
ResponderEliminarNada te turbe. Sólo Dios basta.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo, estimado Angel.
Me encanta!!! Muchisimas gracias, necesitaba ahora, en este instante, que alguien me hablara asi, despues de la mañanita que llevo...
ResponderEliminarMañana sera otro dia!
Un abrazo!
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