Domingo de cine :Quédate conmigo

Otra película de estreno que no veo en la cartelera de mi ciudad, que tendré que buscar por otra parte. En todos los lugares en que he visto que hablan de ella, he encontrado una excelente crítica, así que  me atrevo a aconsejarla en mi sección de cine dominical. Esta vez os ofrezco la opinión de José Luis Restán que sí ha podido verla:

No dejemos que el vértigo y el miedo nos impidan dar cuenta de las cosas buenas. Por eso os digo que este sábado pude ver la magnífica película del canadiense Michael McGowan "Quédate conmigo". Viéndola (disfrutándola) pensé en lo que hace pocos días decía el papa Francisco: ¡"cuánta mentira esconde ese concepto tan moderno de la calidad de vida!".

Esta película nos dice que no hay circunstancia, por dura que sea, que impida al corazón del hombre reconocer que la vida, siempre, es un bien. En esta película se habla sobre todo del amor, de un amor recio, grande y fiel, sin pasteles, de un amor fecundo. pero se habla también del trabajo (curioso, en muchas pelis y series no ves a la gente currar), aquí todos trabajan, y es un gusto.

Se habla también de la persona frente al poder anónimo de la burocracia, de la ley ciega, del Estado invasor. Pero sin acetona, tranquilo como el paisaje de New Brusnswick, en la costa atlántica de Canadá, donde se desarrolla la historia.

Se habla también de la casa, como lugar de vida, como hogar donde se cuida lo más querido. Y aunque no hay una confesión de fe explícita, la película entera rebosa religiosidad, y una esperanza genuinamente cristiana. 

En el momento cumbre suena la canción "After de storm" de los Mumford & Sons, cuyo enlace os pongo....(aquí) ¡Signicativo! No os la perdáis, esto también es luchar contra el terror, contra el vacío y contra la nada.

Sinopsis:

Irene y Craig llevan más de 60 años casados. Han logrado sacar adelante todo un rancho y nada menos que siete hijos. Pero ahora Irene está enferma y las escaleras son un riesgo diario. Craig decide entonces construirle una nueva casa donde su vida sea más cómoda y sencilla. A sus 87 años emplea lo que siempre ha sido su fuerte: las manos. Pero desde que él construía casas, el mundo ha cambiado y con él hay nuevas leyes en la construcción que amenazan con meterle en la cárcel si no cesa en su empeño.