Prisas
No sé si he estado sugestionado, por las pocas veces que estos meses he podido salir a la calle, debido a mis ingresos hospitalarios y posteriores períodos de reposo, pero las contadísimas ocasiones en las que he podido hacerlo, se me ha venido el alma al suelo. Esperaba encontrar, al menos de forma exterior, ese ambiente navideño que a mí, me llena de ilusión y que acompaña, a la alegría interior que el alma de fe, vive en esos días. Me he topado con una realidad, algo triste.
Puedo entender lo de los recortes ,en tiempos de crisis, aunque no comparta algunos de ellos. Me niego a aceptar que se utilice esta medida, como tapadera de ideologías políticas, para imponerlas de forma velada. Y me molesta cada vez más, que los grandes almacenes, ya ni siquiera, disimulen que el único interés de “su navidad” es vender todo lo que se pueda. Adelantan cada vez más, los reclamos navideños, y quitan antes de que se acaben las fiestas, toda la parafernalia que montan, con falsos mensajes de felicidad y solidaridad.
Nunca he visto tan poco ambiente navideño en mi localidad. Poquísimos adornos,en la calle y en las tiendas, casi ni un belén.
Hace un par de años, oí por primera vez algo que me abofeteó fuertemente. Algunos podrán encontrar exagerada mi apreciación, pero a mí me sacudió. Una colega del trabajo manifestó de forma airada : “Odio la Navidad” “para mí es una tortura estos días”. No pude callarme y preguntarle el porqué de ese rencor. Solo supe decirme, que no tenía un porqué, pero que a ella esas fiestas, le hundían anímicamente. El año pasado parecía que la compañera, había contagiado a otros y ya no fue ella sola, escuche las mismas palabras de desprecio hacia la Navidad, en unos cuantos más.
Alto,alto,alto…. ¿Y cómo pueden estas mismas personas, llenarse a besos, deseándose unos a otros una “Feliz Navidad” cuando llega el día de nochebuena?.... Aquí hay algo que no rula. Este año he meditado sobre ello, y llego a la conclusión de lo que hace patinar a muchos. ¡Falla el amor! En sus vidas, el amor no ha encontrado lugar, ha podido más el resentimiento, el resquemor, la animadversión, el orgullo, la soberbia… Como decía en mi anterior post, se ha puesto el YO, en primer lugar.
Y de nuevo, me encuentro embalando las figuras y adornos de Navidad. Ya se acabaron las fiestas. Navidad pasó un año más. Aunque litúrgicamente, el Tiempo de Navidad, abarca desde el 25 de diciembre, fiesta del Nacimiento del Salvador, hasta el 2 de febrero, fiesta de la Purificación; pero… la prisa… ¡qué mala compañera resulta a veces!
25 comentarios
Tus entradas siempre me "alborotan"la conciencia.....me gustaría tanto alcanzar ese grado de espiritualidad que se espera de mi cómo cristiana pero, siempre están esos penosos "peros", pongo tantas disculpas para llevar una vida lo más cómoda posible y con ello me alejo de esos buenos propósitos. Tendría que empezar desde cero y renunciar a todas las comodidades que me impiden acercarme más a Dios.....que Él me perdone.Saludos
ResponderEliminarQuerida Charo: A veces despreciamos el deseo y la voluntad y ellas son el principio de empezar a caminar. Intentarlo es lo que cuenta y por ahí creo que nos movemos la mayoría. Gracias por tu comentario. Un beso
EliminarQuerido Ángel: Después de unos meses de silencio por mi parte me entero de tu delicada salud, del momento tan delicado para ti y tu preciosa familia, veo que a pesar de todos estos avatares que nos trae la vida no dejas esa sencillez que caracteriza tu alma, "Venid a mi los que estáis cansados y agobiados y yo los aliviare" esa es la humildad que muestras frente al reto de salir adelante en las pruebas y quiero que sepas que mi humilde oración está presente contigo para esta segunda operación , sabes que la dulce María te tiene en sus brazos ,ella te ama tanto que te guarda en su corazón ,me gusta el post que escribes hoy y me hace recordar a una película muy buena titulada Momo-una aventura contrarelog…por mi parte recibe todos mis rosarios apartir de ahora, tu amiga.
ResponderEliminarNerea.
Querida Nerea: Dios pone en cada momento "cosas" que nos conviene, solo el tiempo y la aceptación, nos hace vislumbrarlo un poquito. Ahí estamos... Un fuerte abrazo Conozco la historia de Momo. Gracias
EliminarDebo decir que antes de mi conversión opinaba igual que tu compañero de trabajo. Y es que has dado la clave, egoísmo y falta de amor en el corazón. Aderezado eso con los mensajes vacíos de sé feliz! Etc... Te preguntas que hago mal para consumir y comer y no ser feliz? Porque el Niño Jesús ya no tiene un sitio donde nacer en nuestros corazones, por eso nació en un pesebre.
ResponderEliminarUn abrazo muy fuerte
Querido Pepe: Pues tú que lo has visto en los "dos bandos" podrás apreciar mejor que realmente es tristísimo oír a alguien soltar tanto rencor ante el nacimiento de un Niño. Que desolador, es ver que el amor está ausente en tantas vidas... Muchas gracias por tu aportación. Un abrazo
EliminarÁngel, pero a santo de qué quitas el Belén. Yo ahí lo tengo (aunque sólo sea por no ponerme a recogerlo...), junto a una casa con familias animales que trajeron los Reyes Magos.
ResponderEliminarUn abrazo y ¡¡¡viva la Navidad!!!
PD. Has dicho hasta el 2 de febrero, ¿no? Pues ahí se queda.
Ay querido Rafa, este año ha sido muy fácil, solo he podido poner las tres figuras principales del belén. Mis hijos, estaban un poco tristes porque no pude montar el de todos los años, con sus figuras, pero hasta en esa sencillez, hemos aprendido a valorar lo poco que pidió Jesús, para entrar en la humanidad... ¡Viva la Navidad!, podríamos hacer campaña el año que viene con este eslogan, haber si contagiamos algunos alicaídos. Un fuerte abrazo
EliminarNo he encontrado nadie que sepa mejor que tú dar una buena sacudida a la conciencia,por eso son tan necesarias para mi tus entradas.
ResponderEliminarGracias Angelo,siempre eres ejemplo ;)
Un cariñoso saludo y espero que entre el comentario jolin!! :)
Querida Belén: No, no... ¡las sacudidas me la dan a mí! El día que esté en la cola esperando para entrar al paraíso, me van a dar cada colleja, que veremos... Gracias por tu presencia. Un beso
EliminarQuerido Ángel:
ResponderEliminarLo que escribes me ha recordado las palabras del pobrecito de Asís "El Amor no es amado".
Pongamos un poco de calor, tiene tanto frío...
Qué hermosa reflexión. Cuánto puede sacarse de esa "queja" del poverello.... Gracias. Un fuerte beso
EliminarAngelo llevo años que un Belen pequeño lo dejo todo el año puesto y me ayuda!!....le pido nos ayude a profundizar en la oracion, que veamos lo profundo de nuestro corazón...y allí lo veremos, a este Niño que cada dia nos nace..si queremos!!
ResponderEliminarPues casi dan ganas de imitarte, porque contemplar la humildad y sencillez de ese misterio, hace que al menos yo, tenga que agachar muchísimas veces la cabeza avengonzado de tantas cosas que hago complicadas... Un beso
EliminarQuerido Angelo, cuanta razón hay en tus palabras. Es una pena ver cómo se nos está colando un laicismo imperante casi, casi sin darnos cuenta. Hay que seguir nadando contracorriente, la felicidad, la paz, la alegría y el amor sólo pueden venir de Dios, por mucho que se empeñe esta ficticia "sociedad del bienestar" en vendernos la felicidad centrada en el tener, tener y tener....
ResponderEliminarHoy precisamente una compañera de trabajo me ha dicho lo que tú comentas, que no le gustaban las Navidades, le pregunté por qué pero no supo responderme.
Un abrazo!
Borré el mensaje de anoche porque el "predictivo" me jugó una mala pasada
Pues querida Emma. El testimonio mueve montañas, así que vamos a empeñarnos en que las próximas los demás vean en el porqué de nuestra alegría.Un fuerte abrazo
EliminarEste es el tercer mensaje que escribo.... Lo siento, debo ser muy torpe.
ResponderEliminarUn abrazo y gracias por tus sabias palabras
Lo ves.... La perseverancia todo lo alcanza
EliminarApreciado Angelo, como todas tus entradas en el blog siempre cargadas de meditación, pero también de la realidad que se vive en la vida diaria, presentada desde tu testimonio. Te felicito y agradezco,porque a través de tus palabras puedo llegar también a buscar mi propia felicidad, el camino hacia el Amor. Gracias por tus palabras que siempre llenan.
ResponderEliminarQuerido Viajero Nórdico. Encantadísimo de verte en los comentarios. ¡¡¡ Bienvenido!!! auqnue parece ser que llevas tiempo siguiéndonos. Las palabras de todos nos ayudan a que la luz sea más brillante, siempre aportan la necesaria a quien lo necesita. ¡Solo Dios sabe a quién le hace falta! Gracias por compartir tu presencia y tu aliento. Un fuerte abrazo
EliminarÁngel, es verdad lo que dices. Pero hagamos lo que hagamos, Dios está. La Navidad es tan maravillosa, por eso nos damos tantos besos (jeje, lo digo en serio), que está en el ambiente. Es el tiempo que nos toca vivir, y es el Señor el que dirige la Historia, nosotros no. Está en el ambiente, sin necesidad de signos exteriores, aunque los añoremos. Los primeros cristianos tenían un "ambiente" como el que nos describes, peor visto humanamente, y sin embargo sabían que Dios nacía, que venía, que lo que nos dijo desde el Antiguo Testamento, era verdad. ¡Lo vivían!, sin necesidad de signos exteriores, lo guardaban en su corazón y se jugaban y daban la vida para transmitirlo. Dios es la Verdad, Dios está. Debemos mirar más a los primeros cristianos, no desfallecían. "Hágase Tu voluntad", sin desfallecer, pedirle fuerza y fe, y nada más. Él reparte a todos, a todos sin distinción, porque es Amor...Es normal, ahora mismo, esto que dices, es el tiempo que nos toca vivir, ni mejor, ni peor, porque es el tiempo de Dios, y es el nuestro, aquí y ahora, y solo Él sabe...
ResponderEliminar¿Qué es verdaderamente ser humilde? El término humildad es una voz que se origina en la lengua latina humus, humilis y significa "tierra". Humilde es aquella persona que está sobre la tierra, "que está con los pies en el suelo". Es decir es humilde aquel que sabe mirarse a sí mismo, a los demás y a las cosas, como realmente son, y no como le gustaría a él que fueran. Humilde es aquel que mirándose a sí mismo no tiene miedo de su persona y sabe discernir qué es aquello de lo cual ha de convertirse y qué es aquello en lo que debe aceptarse.
Esta reflexión la llevo conmigo, me ayuda y me empuja a poner los pies en el suelo, a mirarme y a mirar a los demás y a las cosas.
Un abrazo grande. Gracias por tu testimonio.
Pues sí. A mí me ayuda mucho leer los testimonios de los primeros que siguieron a Jesús. No fue nada fácil, pero es que el maestro ya nos invitó a seguirlo con la Cruz. No hay otra forma. Pero siempre con la mirada puesta en la Resurrección. Esa fue la victoria y la luz que se nos entregó para caminar. Vamos juntos y eso debe animarnos a no desfallecer. Gracias por tu testimonio. Un beso
EliminarSeguiremos de la mano de Jesús que nos hace crecer y llena de esperanza. Pero, es verdad, a mi también me da pena que intenten apagar la Luz de la Navidad convirtiéndola en vano consumismo.
ResponderEliminarCreo que esas personas que dicen que no les gusta la Navidad lo que tienen es un anhelo no alcanzado de vivir el sentido la Navidad. Si no son capaces de vivir en el amor también les falta la verdadera alegría que está por encima de las fiestas y celebraciones. Se quedan con la fiesta pero les falta sentir el amor. Quizá no lo han podido aprender o quizá lo han olvidado.
Este año quería tener el propósito de enviar un Christma a esas personas. (Seguro que no reciben ni uno) Las cosas han ido por otros derroteros que me lo han impedido, pero han hecho que estén tal vez más presentes en mi oración de una forma especial. Todas vuestras aportaciones me invita a "organizar" para las próximas navidades algo que pueda tocar el corazón de esos que ya se han olvidado de la luz de la Navidad. ¿Por qué no?... Un abrazo
EliminarHola, Angelo. Me alegro mucho de pasar por aquí aunque sean solo unas líneas. Yo me he sentido un poco culpable al leer tu entrada porque vivo tal escisión durante estas fechas que me siento violentada, incómoda, y no tengo tiempo de vivir lo que realmente es la Navidad si no es íntimamente o con pocas personas, pocas, de mi entorno. Entro ya en la Navidad con el aceleramiento de haber acabado la evaluación, cansada y deseando las vacaciones como una necesidad. Este año me sorprendí casi llorando cuando llegó el día 24 a mediodía y, tras despedir a una amiguica que tenía de visita en casa, se me vino encima el consumismo vacío -y además triste por el clima que se respira en las economías familiares- así, de repente. Y después encontrarme en distintos momentos con mi familia, cosa que está muy bien, pero allí estaba todo menos la Navidad. Me pregunto cómo se puede tener reuniones para no-celebrar lo que para mí tiene tanto sentido... Es como aquello de celebrar los no-cumpleaños... En fin, siento haber sido tan negativa en mi comentario pero es lo que he experimentado. Solo mi corazón se fundía con la verdad cuando veía el Belén tan realista que había hecho un monje, auténtica película de la vida cotidiana que transcurre con normalidad y, en una esquinita, está naciendo el Salvador del mundo. Lo cierto es que hasta envidiaba que en el Belén no era invierno, jaja, y a mí me habría gustado que así fuera también en nuestro caso para que la gente no dijera que celebraba la Navidad y se fueran a la playa y los que realmente celebrábamos el nacimiento de Jesús lo pudiéramos hacer con naturalidad, sencillez y pidiéndole a Dios el don de poder celebrar con novedad su llegada cada año, sin frases repetitivas en nuestros encuentros sino con alegría profunda. Bastantes veces he mirado un Niño Jesús tiernísimo y dulce que me han regalado los monjes y le compartía todo esto y le decía que, a pesar de mi inconsciencia y mi escisión interior, mi esquizofrenia navideña, mis fiestas no-celebrando lo que quiero realmente celebrar, lo quiero mucho, vaya que si lo quiero, y que sin Él, sin su Encarnación, apañada iba yo. Y que tengo el Dios más grande del mundo, qué me van a decir a mí los de otras religiones, a mí, que tengo un Dios que habita en el Cielo y que, sin embargo, ha querido ser todo lo frágil y vulnerable que se puede ser en esta vida para ver si así me creía Su Amor. A mí me gustaría poder celebrar esto sin folclorismo ni festival -y encima triste- de consumo, pero de nuevo me ha pillado desprevenida con tanta prisa por encontrarme con tanta gente, aunque me gusta y agradezco estar con los míos, pero en el fondo está la tristeza de no poder celebrar con ninguno de mis familiares lo verdaderamente importante para mí, ninguno... Por eso le pido al Niño Dios la suficiente intimidad - y soledad en esa intimidad - para contemplar. Por si acaso y como cuenta el divertido Rafa, yo tampoco quito el Misterio, mis figuritas están ahí todo el año porque el Niño Jesús está tiernamente conmigo todos los días y eso SÍ que lo celebro. Un gran abrazo y besicos, querido Angelo.
ResponderEliminarTe invito a dejar tu opinión .Sepamos ofrecer lo mejor de nosotros. Bienvenida la crítica, acompañada siempre de la cortesía.