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¡Si no me quisieras tanto!


El mes pasado, con motivo de la renuncia de Benedicto XVI, se escribieron numerosos artículos y reflexiones en los medios de comunicación, webs y blogs de internet. Una de esas consideraciones, aparecía en el blog de un joven, que exponía de forma muy personal, lo que significaba para él esa renuncia. Gustó su reflexión y pronto se pusieron en marcha unas grandes aliadas, para la difusión de los mensajes: las redes sociales.

A mí también me llegó la invitación, para leer el post que este joven había publicado en su blog ,y también me gustó. Lo más llamativo fue, que pocas horas después de su difusión, ya tenía ochocientos comentarios, de opiniones distintas sobre lo publicado. A la noche, ya  pasaba de los dos mil comentarios, y pocos días después, superó los tres mil. Yo nunca he visto un post , con tantísimas observaciones. A mí me daría vértigo y casi no me atrevería a publicar otra entrada, si me encontrase con una respuesta  de esta magnitud. 

Unas semanas después, el joven del  exitoso post , volvió a publicar otra entrada, que también me ha deleitado, hablando de Dios.  Los días han pasado y el número de comentarios que aparecen a su reflexión es de diez. ¿De tres mil a diez?...El dato me invitaba a una reflexión : la respuesta que a menudo le damos a Dios.

Cuando nuestro corazón experimenta de forma sensible, sus gracias, sus consuelos, su cercanía… ¡se lo damos todo! Le ofrecemos incluso más de lo que somos capaces de darle, nos llenamos de propósitos, de alabanzas, de gratitud… Horas después, nuestro corazón deja de experimentar esa sensibilidad a la presencia de Dios, y nuestra respuesta es muy distinta. Pasamos de la alabanza al silencio, de la confianza a la duda, del consuelo al desaliento, de nuestra renovación interior a la rutina... 

San Pedro nos dejó escrito en una de sus cartas: “La paciencia de Dios es nuestra salvación”. Es uno de los atributos que más me atraen del Altísimo: Su paciencia, ante la ingratitud y olvido de quien es su locura de amor: el hombre.

“No me hagas caso, Señor... soy un niño caprichoso... Pero Tú tienes la culpa, mi Dios... ¡si no me quisieras tanto!” (Hno. Rafael)

¡Alabado sea Jesucristo!

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14 comentarios

  1. Yo también llevo unos días reflexionando sobre la paciencia de Dios y me sobrepasa...en otra veta, tengamos paciencia con nuestros hermanos alejados y los tibios, alentemos, esforcemonos pero no juzguemos.
    Además, de una u otra manera en esta época, en esta Europa, todos los católicos somos conversos.

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    1. Pues sí, querido Pepe, todos en mayor o menor medida somos conversos, toda nuestra vida, debe ser un continuo querer renovarse, quitando todo aquello que impide a Dios ocupar el lugar que le corresponde.Gracias por tu comentario. Un fuerte abrazo

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  2. Angelo,ni que decir tiene la alegría que me produce entrar y encontrarte :)

    ¿De que blog hablas? Me encantaría conocerlo,esta entrada tuya me sacude fuertemente!!

    Un cariñoso saludo y espero que todo esté bien ;)

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    1. La alegría es mía. No pensaba postear todavía, pero cuando surge una reflexión, ¿porqué no compartirla?...
      Pues el blog del que hablo es el que lleva un joven de 23 años que escribe muy bien, al menos a mí me gusta lo que dice. Su nombre AQUÍ ESTOY OEHD
      Si clicas en el nombre accederás a él. Un beso

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  3. ¿Qué post es ese?, que me has dejado intrigado.

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  4. La frase del padre Rafael me ha llegado al corazón porque tambien el Espiritu me inspira muchas veces lo mismo a mi!!!!
    Tienes razón Angelo..la Paciencia de Dios me hace estremecer muchas veces.....que Padre tenemos....oí una frase ayer de mi marido que decia ....en toda la eternidad seremos capaces de ver la Bondad de Dios......un abrazo
    Ese post....será bueno con tantos seguidores....pero no está ahí el exito ....me consta.

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    1. Es que el Hno. Rafael, hablaba con el corazón y ya se sabe que el corazón habla de lo que uno vive. De todas formas creo que todos experimentamos en más de una ocasión ese "amor loco de Dios hacia nosotros". Un beso

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  5. Ni te imaginas como estamos por estas tierras entre tantos acontecimientos que nos llegan, tratando de ser Hija de Dios entre las aguas tormentosas, el cónclave, las elecciones, la suspensión de clases, la reprogramación en todo y a lo que mas le temo,las preguntas de los niños ante lo que escuchan y ven.
    Leí el post de Daniel, me bombardearon con el, me gustó y luego de leerlo escribí el mío, me sirvió de inspiración.

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    1. Pues me encanta ese movimiento.... ¡Señal de que estamos vivos y caminamos!Me encantó cuando Benedicto XVI recalcó lo de "Iglesia viva"
      Un beso y gracias por tu comentario

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  6. A VECES LOS JOVENES hablan con una claridad y una frescura que es lo unico que hace falta. Y la vida es asi, todos quisieramos seguir en ese momento todo el rato, en el momento que dimod en el clavo, pero ese, pasa.

    De todas formas he visitado el blog y menudo chaval! vale mucho como escribe!

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    1. Pues bienvenidos todos esos jóvenes que traen luz a mucha oscuridad y tristeza.
      Un beso

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  7. Afortunadamente Dios tiene la paciencia que nosotros no tenemos, la fe en nosotros que nosotros no tenemos en él, que confía más en nosotros que nosotros mismos. Afortunadamente nos ama, lo que no nos merecemos. Afortuadamente nuestro Dios es AMOR.

    Saludos ÁNGELO.

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  8. Guau, acabo de leer el post al que has hecho referencia y me he quedado impresionado. La verdad que ya estaba harto de escuchar opiniones de mis compañeros basadas en chorradas sin fundamento, como por ejemplo que el Papa fue mala persona por ser el confesor de Hitler, absurdo porque para empezar eso no lo hace ni bueno no malo, ya que él no escoge a quien confesar, pero sobre todo es absurdo porque cuando murió Hitler el Papa tendría unos 18 años y por tanto no era cura. Por eso me ha encantado la claridad con la que este chaval ha expresado su opinión, que impresiona e impulsa a uno a mirar todo esto desde una más abierta.
    Un saludo!

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