Alivio
Hace muchos años, que llevo poniendo en práctica el consejo
que leí de un santo. Decía, que no solo había que acercarse al Sacramento de la
confesión, para el perdón de los pecados, hay que acudir también ,cuando la tentación,
nos asalta con insistencia y la lucha contra ella se dilata. La gracia
del Sacramento, hace huir las tentaciones del enemigo.
A veces me ocurre, lo que estoy seguro acontece a muchos. No
sé porqué, me siento triste o desalentado. Aparece ese día, gris que sorprende sin avisar, sin encontrar, el motivo de esas nubes en el alma. Cuando eso sucede, y se prolonga por días, tomo una
resolución. Me voy al confesionario y se lo digo al sacerdote.
-“Padre, pues mire, que estoy estancado, que parece que la
ilusión, el empuje, las ganas en mi vida espiritual, no quieren levantarse”
-“¿Y sabes que puede haberlo originado?...
- “Pues… nada en concreto… el cansancio, alguna
preocupación, la rutina…”
- Ahhh… Se trata de la cruz, ¿verdad?... ¿Qué pesa
demasiado?.....
Al oír estas palabras,
noto el alivio de que Alguien coge un pedazo de mi carga. A la velocidad de la
luz, entiendo mis días nublados , la
confesión sale sola… y yo… ,recobro las fuerzas, para volver a levantarme y seguir.
¡Alabado sea Jesucristo!
12 comentarios
Ay como entiendo esos nublos!
ResponderEliminares una idea estupenda...la verdad que a un confesionario no entro cuando me siento asi, en mi Cdad con la celebración de la Palabra ya vuelvo nueva a mi vida, pero me ha gustado la idea, un abrazo Angelo
Que hermosura de post Angelo, que palabras tan lindas y la imagen??? espectacular.
ResponderEliminarBendiciones.
En la confesión se derraman muchas gracias. De hecho, por sorprendente que parezca hay personas que se han sanado físicamente después de confesarse. Si eso puede llegar a hacer en el cuerpo, en el alma, aunque menos tangible produce maravillas.
ResponderEliminarYo también hago de vez en cuando eso de confesarme "de nada".
Saludos!
Me parece una idea fundamental, pero para eso hay que tener un Director Espiritual que te conozca. Si vas con esa palabras a un sacerdote desconocido o mucho me equivoco, le dejas atónito y como tenga mucha cola, no sé si te hará mucho caso.
ResponderEliminarPerdona que te diga esto, Angelo, no es un comentario negativo, sino una de ánimo para que todos vean lo conveniente que es un Director Espiritual, aunque dada la calidad de tus visitantes seguro que ya lo tienen.
Perdón y que nadie se enfade conmigo, por favor.
Un beso enorme
Tienes razón, la confesión ,produce un gran alivio. Yo si me confieso de lo que me angustia y me ayuda mucho, te quitas "un gran peso de encima". La foto precisa, saludos, Cris.
ResponderEliminarLa imagen vale más que mil palabras,gracias Angelo.
ResponderEliminarUn cariñoso saludo.
Pues sí, Angel, esa cruz nos la haces tú más liviana cuando nos ayudas a descubrirla tan fácilmente al contarnos tu experiencia.
ResponderEliminarMuchas gracias por compartirla.
Un abrazo.
Dios te oiga, Angelo! Pues muchos esto que tu aconsejas lo confunden con ser escrupuloso o histerico...Pero creo que tienes razon
ResponderEliminarAngelo que es lo que esperaba !!!! es el sacramento que me reconforta mas aunque a veces no sienta nada...pero sé que El coge mis cargas y me las cambia en Bendiciones!!!! estupenda entrada y con tu piel en ella y el corazón. Gracias
ResponderEliminarDecía un psiquiatra que yo conocía que si los hombres descubrieran el alivio de una confesión ellos se quedaban sin pacientes.................es un sacramento muy reconfortante.Saludos
ResponderEliminarY que alivio de verdad, es casi imposible de definir con palabras.
ResponderEliminarun abrazo.
Angelo, anche a me capita la stessa cosa! Non c'è cosa migliore di una 'chiacchieratina' con il Signore dentro il confessionale per far sparire ogni ombra di malinconia e di tristezza. Dopo ci si sente leggeri, felici, sollevati. Se tutti facessimo così potremmo mandare psicologi e psicoterapeuti in pensione! Un grande abbraccio e, come diceva don Orione, Ave Maria e avanti!
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