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ACUÉRDATE


«Acordaos»; o en latín: Memorare. Así comienza: "Acuérdate, oh piadosísima  Virgen María..." Decimos: ¡Acuérdate!, y quizá cabría esperar una respuesta de un estilo semejante a éste: -¿Que me acuerde, hijo? ¿Tú vas a recordarme a Mí algún asunto tuyo? ¿Puede olvidarse una madre del hijo de sus entrañas? Pues mira, aunque alguna se olvidara, yo jamás me olvidaré de ti.

Pero María no desdeña nuestros ingenuos modos. Sabe que somos niños en la vida espiritual, y los niños son olvidadizos. Sabe que nos conviene recordar que Ella no olvida, que es humanísima, la más humana de las criaturas. Por eso nos comprende bien y le gusta oírnos decir: "¡acuérdate...!". Así percibe el calor de nuestra filiación sentida.

Por eso, yo, animado, alentado, confortado con esa confianza, con esa fe esperanzada, a tí acudo Madre, a ti vengo, sin perder un instante, corriendo, como un niño  a su madre, veloz en el peligro, en la necesidad, en el miedo o en la angustia, con segura certeza del «jamás» haberse oído contar excepción alguna a tus cuidados exquisitos sobre quienes admirados te invocan.

En tu misericordia inaudita no nos tratas como merecen nuestros pecados, negligencias u olvidos. Al contrario, cuando te invoca un pecador le atiendes con particular solicitud. Para tí, «pecador» es como un título que demanda amor más grande. Por eso, me presento como lo que soy: pecador, un pecador contrito, con un gemido de amor encendido en el dolor de haberte ofendido ofendiendo a Jesús, fruto bendito de tu vientre.


Acudo a tí sucio, roto, desastrado, sin ocultarte miseria alguna, persuadido de que una madre atiende primero al hijo más necesitado. Jamás se ha visto a un hijo tan sucio que no lo pueda limpiar una madre. Con esta firme confianza a ti acudo, a ti vengo. Vengo del lodo a la más pura nitidez; vengo de la miseria a la misericordia; de la indigencia al poder; de la fragilidad a la fortaleza; de la soberbia a la humildad; de la desgracia a la gracia en plenitud; de la ignorancia al Asiento de la Sabiduría.

¡Acuérdate!, es un canto de confiado amor que quisiera vibrar en todos los corazones de la tierra. ¡Que yo no pierda nunca esa confianza! ¡Que nadie la pierda! ¡Que todo el mundo la gane! ¡Que se acuerde de que jamás se ha oído decir y jamás se dirá que ninguno de los que a ti acuden haya sido abandonado! ¡Que todos nos acordemos de recordártelo y te presentemos sin cesar humildes nuestras súplicas!

A ti hemos de acudir en todas nuestras necesidades, y en las de las personas que amamos. Quizá se encuentran lejos en el espacio; quizá sufran alguna tribulación o desmayo, se agota su fe o su esperanza, se enfría el amor, se cimbrea su fidelidad, y nada podemos hacer... sino rezar. ¡No es poco! Es mucho, lo primero, lo más valioso y eficaz.

Ciertamente, «no se puede tratar filialmente a María y pensar sólo en nosotros mismos, en nuestros propios problemas. No se puede tratar a la Virgen y tener egoístas problemas personales. María lleva a Jesús, y Jesús es «primogénito entre muchos hermanos». Conocer a Jesús, por tanto, es darnos cuenta de que nuestra vida no puede vivirse con otro sentido que con el de entregarnos al servicio de los demás. Un cristiano no puede detenerse sólo en problemas personales, ya que ha de vivir de cara a la Iglesia universal, pensando en la salvación de todas las almas.(Encuentra.com)

Acordaos, ¡oh piadosísima Virgen María!,
que jamás se ha oído decir
que ninguno de los que han acudido a vuestra protección,
implorando vuestra asistencia y reclamando vuestro socorro,
haya sido desamparado.
Animado por esta confianza, a Vos también acudo,
¡oh Madre, Virgen de las vírgenes!,
y gimiendo bajo el peso de mis pecados
me atrevo a comparecer ante vuestra presencia soberana.
¡Oh Madre de Dios!, no desechéis mis súplicas,
antes bien, escuchadlas y acogedlas benignamente.
¡Alabado sea Jesucristo!

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11 comentarios

  1. Precioso. Es cierto que a veces nos olvidamos de quien mas nos quiere. Y la suerte que tenemos que no nos lo toman en cuenta nunca!

    Mi Querida Madre de Todos...tu capacidad de Amarnos bien valen todos los sacrificios que hacemos y los que deberiamos de hacer.

    Un abrazo Angel!

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  2. Ayer fue primer viernes de mes y hoy es primer sábado de mes. Hace 20 años hice los 9 primeros viernes según Jesús reveló a Santa Margarita María de Alcoque y justo después los 5 primeros sábados tal como le reveló la Virgen María a Lucía la vidente de Fátima.
    Ayer 20 años después decidí repetirlo pero según lo revelado a Sor María Natalia Magdolna. Aquí va:

    LAS DOS GRANDES NOVENAS A LOS SAGRADOS CORAZONES DE JESÚS Y MARÍA
    El 15 de agosto de 1942, Jesús me dio una enorme gracia. Durante una visión me dio una gran promesa para aquellos que hicieran una novena en honor de su Sagrado Corazón y del Corazón Inmaculado de María. Me dijo:
    –Hija mía, mira a tu Madre como Reina del Mundo. Ámala y trátala con la confianza de un niño. Esto lo quiero de ti y de todos.
    Entonces levantó un poco el manto de su Madre, me mostró su Inmaculado Corazón y, volteándose hacia el mundo, dijo:
    –He aquí el Corazón Inmaculado de mi Madre en el que he puesto mis gracias para el mundo y para las almas. Este Corazón es la fuente de mis gracias, del que fluyen la vida y la santificación del mundo. Como el Padre celestial Me lo dio todo a Mí, del mismo modo Yo le dio mi victorioso poder sobre el mundo y sobre el pecado al Inmaculado Corazón de mi Madre. A través de mi hija, Margarita María Alacoque, le prometí al mundo grandes cosas, pero como mi bondad es infinita ahora ofrezco todavía más.
    –Si la gente desea ganar los beneficios de mis promesas debe amar y venerar el Inmaculado Corazón de mi Madre. La señal más grande de esta veneración es que comulguen, bien preparados y arrepentidos, en nueve consecutivos sábados primeros, paralelamente con los nueve viernes primeros. Sus intenciones deberán consolar a mi Corazón al mismo tiempo que al Corazón Inmaculado de mi Madre.
    Entendí que Jesús estaba pidiendo lo mismo por su Madre que lo que había pedido a santa Margarita para sí mismo. Le pregunté a Jesús:
    – ¿Debemos consolar también a tu Madre, ya que ella recibe tantas ingratitudes?
    Jesús respondió:
    –Querida hija, si alguien me hiere, esta persona hiere también a mi Madre. Si alguien me consuela, consuela al mismo tiempo a mi Madre, porque mi Madre y Yo somos uno en el amor.
    Cuando el Salvador me dijo esto, entendí muchas cosas sobre la unidad de los dos Sacratísimos Corazones.
    Jesús me dijo también que si alguien se confiesa con regularidad una vez por mes, no hace falta que se confiese para ir a la comunión, si no ha cometido ningún pecado mortal desde la última confesión. Jesús me enseñó esta oración para los primeros sábados:
    “Sacratísimo Corazón de Jesús,
    te ofrezco esta santa comunión
    por medio del Corazón Inmaculado de María,
    para consolarte por todos los pecados
    cometidos contra Ti”.

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  3. Las 33 promesas de Jesús para aquellos que hagan la doble novena

    1. Todo lo que me pidan por medio del Corazón de mi Madre –a condición de que la petición sea compatible con la voluntad del Padre- lo concederé durante la novena
    2. Sentirán en cada circunstancia la extraordinaria ayuda de mi Madre, junto con sus bendiciones.
    3. Paz, armonía y amor reinarán en sus almas y en las almas de los miembros de sus familias.
    4. Protegeré a sus familias de contrariedades, engaños e injusticias.
    5. Los matrimonios se mantendrán juntos y, si uno ya se ha ido, él o ella, volverá.
    6. Los miembros de sus familias se comprenderán unos con otros y perseverarán en la fe.
    7. Las madres, en particular las que esperan, recibirán una especial protección para ellas, así como para sus hijos.
    8. Los pobres recibirán alojamiento y comida.
    9. Los llevaré a amar la oración y el sufrimiento. Aprenderán a amara a Dios y a sus prójimos.
    10. Los pecadores se convertirán sin dificultad aunque sea otra la persona que hace esta novena por ellos.
    11. Los pecadores no volverán a caer en su estado anterior. No solamente recibirán perdón por sus pecados sino que, a través de una perfecta contrición y amor, recuperarán la inocencia bautismal.
    12. Aquellos que hagan esta novena en su inocencia bautismal (especialmente los niños) nunca ofenderán a mi Corazón con pecados graves.
    13. Los pecadores que se arrepientan sinceramente escaparán no sólo del infierno sino también del purgatorio.
    14. Los creyentes tibios se volverán fervorosos, perseverarán y alcanzarán la perfección y la santidad en un corto tiempo.
    15. Si los padres u otros miembros de la familia hacen esta novena, ninguno de esa familia será condenado al infierno.
    16. Mucha gente joven recibirá el llamado a la vida religiosa y al sacerdocio.
    17. Los descreídos se volverán creyentes y aquellos que andan sin dirección volverán a la Iglesia.
    18. Los sacerdotes y religiosos permanecerán fieles a su vocación. Los que no fueron fieles recibirán la gracia de una sincera contrición y la posibilidad de regresar.
    19. Los padres y la gente de posiciones de mando recibirán ayuda en sus necesidades espirituales y materiales.

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  4. 20. El cuerpo estará libre de tentaciones del mundo y de la carne.
    21. El orgulloso se volverá humilde; el impetuoso se volverá amoroso.
    22. Las almas fervorosas sentirán la dulzura de la oración y el sacrificio; nunca serán atormentadas por la inquietud o la duda.
    23. Las personas agonizantes no sufrirán los ataques de Satanás. Se irán súbitamente, con una muerte inesperada.
    24. Los moribundos experimentarán un deseo vehemente de la vida eterna; de este modo, ellos se abandonarán a mi voluntad y se irán de la vida en los brazos de mi Madre.
    25. Sentirán la extraordinaria protección de mi Madre en el juicio final.
    26. Recibirán la gracia de tener compasión y amor hacia mi sufrimiento y el de mi Madre.
    27. Aquellos que se esfuerzan por ser perfectos obtendrán como un privilegio las principales virtudes de mi Madre: humildad, amor y pureza.
    28. Estarán acompañados con cierta alegría exterior e interior y con paz a los largo de sus vidas, estén enfermos o sanos.
    29. Los sacerdotes recibirán la gracia de vivir en la presencia de mi Madre sin ninguna adversidad.
    30. Aquellos que progresen en su unión Conmigo recibirán la gracia de sentir esta unión. Sabrán lo que significa: “ellos ya no vivirán, sino que Yo viviré en ellos”. Es decir, amaré con sus corazones, oraré con sus almas, hablaré con sus lenguas, y serviré con todo su ser. Experimentarán que lo bueno, hermoso, santo, humilde, manso, valioso y admirable en ellos, soy Yo. Yo, el Omnipotente, el Infinito, el único Señor, el único Dios, el único Amor.
    31. Las almas de aquellos que hagan esta novena estarán radiantes como lirios blancos alrededor del Corazón de mi Madre por toda la eternidad.
    32. Yo, el Divino Cordero de Dios, unido con mi Madre y con el Espíritu Santo, nos regocijaremos para siempre viendo las almas que a través del Inmaculado Corazón de mi Madre, ganarán la gloria de la eternidad.
    33. Las almas de los sacerdotes avanzarán siempre en fe y en virtud.

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  5. La gran promesa de María

    “Las puertas del infierno estarán cerradas el primer sábado de cada mes. Nadie entrará al infierno en ese día. Sin embargo, las puertas del Purgatorio estarán abiertas. Así muchas almas podrán alcanzar el cielo. Esta es la obra del Amor misericordioso de mi Hijo. Esta es la recompensa para esas almas que veneran a mi Corazón Inmaculado”.

    Cuando el Salvador me habló de los primeros sábados no estaba yo enterada que la Santísima Virgen en Fátima había pedido solamente cinco primeros sábados, en comparación con los nueve de los mensajes que yo había recibido. Por lo tanto, las autoridades de la Iglesia quisieron saber por qué el Salvador pidió nueve mientras la Virgen María en Fátima había pedido sólo cinco.
    El Divino Salvador contestó: “La petición de mi Madre de cinco sábados es signo de su humildad. Aunque Ella es glorificada en el cielo, vive en el espíritu de la humildad y por lo tanto Ella no se considera merecedora de recibir ninguna devoción que sea igual a la Mía. Mi petición es una señal de mi amor, que no puede soportar la idea de recibir más que Ella quien está tan unida a Mí en este amor”.
    Por esto entendí que la razón por la que debe hacerse reparación en los nueve primeros sábados es porque Jesús pidió nueve viernes para Él a santa Margarita María Alacoque. Con eso nosotros consolaremos a Jesús y honraremos a Nuestra Señora, entregándonos a ella, y así por medio de su Inmaculado Corazón llegaremos a Jesús.

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  6. Affidiamoci sempre a Maria, caro Angelo.

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  7. aY aNGELO COMO ME LLEGA AL CORAZONCILLO ESTE QUE TENGO YO, ROTO YA....TUS REFLEXIONES...ELLA SABE ENTRARME EN EL PRESENTE Y EN EL AHORA COMO NADIE Y EXPULSA LOS PENSAMIENTOS QUE POR EL TENTADOR QUIEREN TOMAR CUERPO EN MI....Antes de abrir los ojos por la mañana se despierta mi Boca con la Suplica de Oh Señora Mia ; Oh Madre mia yo me ofrexco del todo a Ti...etc....y mi lucha es dejarla a Ella Mirar, Hablar, pensar, callar , Rezar, Llorar Reir y Vivir el DIA de HOY que puede ser Eterno y Gozoso o atormentado y sufrido.......ay. Angelo que bien me viene entrar en tu Casa, Gracias hermanito.

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  8. ¡GRACIAS!

    Un cordial y cariñoso saludo

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  9. Me quedo con una frase que e ha reconfortado mogollon. Jamás se ha visto un hijo tan sucio que no lo pueda limpiar una madre. Yo como madre de dos enanos que vivimos en el campo, he visto a mis hijos literalmente con tanta suciedad y en efecto al final quedan relucientes, eso me consuela y da alas a mi eperanza, saber que tengo una madre que hará eso por mi, incluso mejor que yo por los mios, de tomos modos yo ya lo digo que soy una madre imperfecta. pero tengo la gran suerte de compartir con muchos Una que si es perfecta. Gracias Angelo por tu post de hoy.
    Un abrazo.

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  10. Amén a todo lo que has puesto en tu post de hoy Angelo, esa oración me conforta mucho, gracias por recordármela, un abrazo de hermana en Cristo.

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  11. Mi oración preferida!!!

    GRACIAS ANGEL Y FELIZ DE PASAR POR TU BLOG

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