PERO... ¡TENEMOS UNA GRAN FAMILIA!


Surgió con un compañero de trabajo, una conversación sobre la vivienda, y de repente me suelta una carcajada, al decirle que vivía en un piso de 70m². Él sabe que somos siete, creo que pensó era un chiste.   Le dije:  “No, no, si es que es verdad; cuando nos casamos no planeamos los hijos, han ido llegando, y no al azar si no buscados;  a la fuerza hemos tenido que ir adaptando varias cosas”.No pudimos comprar una casa más grande, porque había que cambiar también el coche  , pasar de cinco, a nueve plazas y todo no se podía, así que adaptamos lo mejor que pudimos nuestro pequeño piso a nuestras necesidades". He tenido que llevarle unas fotos para que me creyera. Lo mismo le ocurrió a mi hija Inés cuando este año , empezó la universidad. Era la única de su grupo que tenía varios hermanos, y cuando explicaba que dormía en una litera de tres, los compañeros alucinando; así que no se le ocurrió más que invitarlos a comer y que lo vieran con sus propios ojos.Se lo pasaron pipa.

Algunos, tienen la idea de que todas las familias numerosas, habitan en una gran casa y otras comodidades adaptadas a su situación, pero hay mucho desconocimiento en este “estilo” de familia. Para algunas, su lista de prioridades es distinta a otras. Existen familias numerosas ,que no tienen todos los recursos que necesitan; nosotros entramos en una de ellas.


“Los que Dios quiera”. Es la respuesta que he escuchado en varias ocasiones cuando se ha preguntado los hijos que se van a tener, y aunque encierra una gran verdad, a mí siempre me ha dado la sensación de conformismo, de imposición, de exigencia. Recuerdo, que tras las largas horas de parto que mi mujer pasó con nuestro primogénito, la primera palabra que me dirigió fue: “ni uno más”. Pero el dolor y el sufrimiento pasan, el gozo y cariño de una madre perduran. Su instinto maternal se encendió y fueron llegando a nuestro hogar los cuatro siguientes. No ha sido fácil encajar las críticas que al principio llovieron a raudales. Cualquier familia numerosa de la actualidad sabe de qué hablo. La intolerancia también se ha cultivado en este terreno. Jamás se nos pasó por la mente la expresión: “los que Dios quiera”

Constantemente verifico ,que cada hijo ha sido un don extraordinario por parte del Creador. He sentido que ha sido Él quien ha puesto una vida en nuestras vidas. Cada vez más soy consciente, de la libertad que Dios nos concede a la hora de pedirnos lo que sea.

En los primeros 10 años de casados, tuvimos a nuestros cinco hijos, y no ha sido nada fácil. El primero llegó estando yo en el paro. La segunda estuvo a las puertas de que Dios se la llevara a los 11 días de nacer por una meningitis y una sepsis. La tercera supuso la pérdida de amistades, (los hijos molestaban) la cuarta no nos dejó descansar ni una sola noche, salió llorona. Al nacer el quinto, en la misma sala de partos, quisieron hacerle una ligadura de trompas a mi esposa, invadiendo de forma brutal nuestra libertad.

-Sí, vivimos en un piso de 70 m ².
-Nunca hemos sabido lo que es tener un canguro.
-No hemos dejado a nadie su cuidado.
-La empleada de hogar que nos echara una mano, no ha existido en nuestra casa.
-Elegí el turno de noche para poder estar con ellos el máximo posible del día.
-Mi esposa y yo llevamos años sin salir a divertirnos.
-Las vacaciones transcurren visitando a los abuelos en un buen asador llamado Córdoba.
-Las ayudas económicas que recibimos del gobierno … ni os cuento.
-Pagamos más impuestos de basura porque producimos más.
-Cuando pedimos descuentos en algunos comercios, por familia numerosa, esbozan una gran sonrisa burlona, y nos dicen que los precios ya están muy ajustados.
-La mayoría de ropa que mis hijos reciben con gran alegría es heredada.
-Vivimos en un barrio donde somos famosos por los hijos que tenemos. No porque sean ejemplo (que lo son) sino como chanza en las tiendas.
-Hemos sufrido muchísimas incomprensiones, de amigos y familiares, comentarios, y burlas en el trabajo y en la calle.
-No se creen nuestra situación económica que adquiere el color rojo cada mes, de forma alarmante.

Nada nuevo. Proclamo en voz alta y con orgullo que cada hijo ha sido buscado con un amor inmenso. Que hemos ejercido una paternidad responsable, lo que implica situar bien las prioridades. Hemos entendido la invitación de Dios a procrear y hemos respondido a ella con total libertad. Volveríamos a repetirlo .Se nos han dado cinco almas diferentes. A nosotros y a nadie más, toca cuidarlas, y esta labor conlleva una gran responsabilidad que hay que cultivar.

Acabo con una anécdota ,de una de mis hijas. Un día en el colegio una amiga suya le dijo que "vivíamos en un piso muy pequeño" y ella sin pensárselo dos veces contestó: “Bueno, ¿Y qué? vivimos en un piso pequeño.¡ pero tenemos una gran familia!” ¿Qué más se puede pedir?...
¡Alabado sea Jesucristo!