SÁBADO DÍA DE MARIA
Benedicto XVI celebró en el 2006 la eucaristía ,con parte de la pequeña comunidad católica de Turquía a unos cuatro kilómetros de Éfeso en la casa, en la que, según la tradición, vivió María.
¿Cómo se sabe que ésta era la casa de la Madre de Jesús? El descubrimiento tuvo lugar a finales del siglo XIX.
El 29 de julio de 1891 dos sacerdotes de la Congregación de la Misión (lazaristas) franceses, lo padres Henry Jung y Eugène Poulin, cediendo a las insistentes peticiones de sor Marie de Mandat-Grancey, la superiora de las Hijas de la Caridad, que trabajaban en el hospital francés de Esmirna (Izmir), salieron en busca de la casa de María, teniendo como brújula las visiones de la mística alemana Anna Katharina Emmerick (1774-1824).
La religiosa, beatificada por Juan Pablo II el 23 de octubre de 2004, desde su lecho, en un pueblo de Westfalia, en el que transcurrió los últimos doce años de su vida, había recibido las visiones de la vida de Jesús y de la Virgen, recogidas y publicadas después de su muerte por el literato alemán Clemens Brentano.
Los dos sacerdotes, antiguos soldados del ejército francés, subieron el Bülbül Dag (que en turco quiere decir «la colina del ruiseñor»), que se eleva por encima de la llanura de Éfeso.
Tras muchos esfuerzos y calor, junto a una fuente, encontraron las ruinas de una casa, que daba la impresión de haber sido utilizada como capilla, y que correspondía perfectamente a la descripción de Emmerick.
¿Cómo se sabe que ésta era la casa de la Madre de Jesús? El descubrimiento tuvo lugar a finales del siglo XIX.
El 29 de julio de 1891 dos sacerdotes de la Congregación de la Misión (lazaristas) franceses, lo padres Henry Jung y Eugène Poulin, cediendo a las insistentes peticiones de sor Marie de Mandat-Grancey, la superiora de las Hijas de la Caridad, que trabajaban en el hospital francés de Esmirna (Izmir), salieron en busca de la casa de María, teniendo como brújula las visiones de la mística alemana Anna Katharina Emmerick (1774-1824).
La religiosa, beatificada por Juan Pablo II el 23 de octubre de 2004, desde su lecho, en un pueblo de Westfalia, en el que transcurrió los últimos doce años de su vida, había recibido las visiones de la vida de Jesús y de la Virgen, recogidas y publicadas después de su muerte por el literato alemán Clemens Brentano.
Los dos sacerdotes, antiguos soldados del ejército francés, subieron el Bülbül Dag (que en turco quiere decir «la colina del ruiseñor»), que se eleva por encima de la llanura de Éfeso.
Tras muchos esfuerzos y calor, junto a una fuente, encontraron las ruinas de una casa, que daba la impresión de haber sido utilizada como capilla, y que correspondía perfectamente a la descripción de Emmerick.
Era el «Panaya üç Kapoulou Monastiri», como lo llamaban los cristianos ortodoxos del lugar, es decir, el «Monasterio de las tres puertas de Panaya, la Toda Santa», a causa de los tres arcos de la fachada.
Esos cristianos griegos, que hablaban turco, acudían al lugar en peregrinación en la octava de la fiesta de la dormición de María, el 15 de agosto.
Los sacerdotes hicieron una investigación entre los habitantes del lugar y pudieron confirmar la existencia de una secular devoción que reconocía en la capilla en ruinas el lugar de la última residencia terrena de «Meryem Anas», la Madre María.
Estudios arqueológicos realizados entre 1898 y 1899 sacaron a la luz, entre las ruinas, los restos de una casa del siglo I, así como las ruinas de una pequeña población que se desarrolló alrededor de la casa a partir del siglo VII.
El Papa León XIII (1878-1903) se pronunció favorablemente sobre estos descubrimientos, y restableció en el Ordo Romanus una nota que con motivo de la fiesta de la Asunción mencionaba a Éfeso como probable lugar de la dormición de la Virgen.
El santuario «Meryem Ana» ante el que el Papa celebró la misa, al aire libre, fue restaurado en los años cincuenta del siglo pasado con piedras y material del lugar. En estos momentos la atención pastoral ha sido encomendada a los frailes capuchinos.
La Casa de María fue visitada por Pablo VI en 1967 y por Juan Pablo II en 1979. Es meta de peregrinaciones de musulmanes, pues María es presentada en el Corán como «la única mujer que no ha sido tocada por el demonio».
Esos cristianos griegos, que hablaban turco, acudían al lugar en peregrinación en la octava de la fiesta de la dormición de María, el 15 de agosto.
Los sacerdotes hicieron una investigación entre los habitantes del lugar y pudieron confirmar la existencia de una secular devoción que reconocía en la capilla en ruinas el lugar de la última residencia terrena de «Meryem Anas», la Madre María.
Estudios arqueológicos realizados entre 1898 y 1899 sacaron a la luz, entre las ruinas, los restos de una casa del siglo I, así como las ruinas de una pequeña población que se desarrolló alrededor de la casa a partir del siglo VII.
El Papa León XIII (1878-1903) se pronunció favorablemente sobre estos descubrimientos, y restableció en el Ordo Romanus una nota que con motivo de la fiesta de la Asunción mencionaba a Éfeso como probable lugar de la dormición de la Virgen.
El santuario «Meryem Ana» ante el que el Papa celebró la misa, al aire libre, fue restaurado en los años cincuenta del siglo pasado con piedras y material del lugar. En estos momentos la atención pastoral ha sido encomendada a los frailes capuchinos.
La Casa de María fue visitada por Pablo VI en 1967 y por Juan Pablo II en 1979. Es meta de peregrinaciones de musulmanes, pues María es presentada en el Corán como «la única mujer que no ha sido tocada por el demonio».
31 comentarios
Muchisimas gracias Angelo por este post tan interesante, me ha gustado mucho. Pido a nuestra Madre su ayuda e intercesión para que nunca desfallezca nuestra ansia de santidad , que el Espiritu Santo nos aumente cada vez más el amor , que sepamos amar a Cristo como su Madre ,lo amó .
ResponderEliminarDe nuevo muchas gracias y que María nos prepare un camino seguro .
Llevo unos días sin ordenador en casa y en el trabajo no tengo casi tiempo de ver nada, echaba de menos tu casa y estas fantásticas explicaciones. la verdad es que sabía que en Efeso se visitaba la Casa de María pero nada más.
ResponderEliminargracias.
un abrazo
Magnífico, no sabía nada de esto. Nos vemos en el Rosario, de cada vez más blogueros, gracias a ti.
ResponderEliminarQue información tan interesante!
ResponderEliminarNo tenía idea de que existiera todavía de alguna manera la que hubiera sido La Casa de María... qué bonita foto del Papa rezando en ella.
Gracias Angel!
¡Gracias por el post! Desconocía detalles de esta historia.
ResponderEliminarHola Ángel, que la paz de Cristo esté contigo y tu familia. Gracias por contarme la historia. Te envío mañana por email: LA PASIÓN DOLOROSA DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO, de Ana Katerina Emerich. Es uno de los libros más impresionantes que he leido y en el se basó la película LA PASIÓN de Mel Gibson.
ResponderEliminarQue Dios te bendiga.
Belén: gracias por tu comentario. La verdad es que yo lo descubrí hace poco.Ha sido muy emotivo.
ResponderEliminarLuis y M,Jesús: Ay que ver lo que significa estar sin pc. a mi me da algo cuando empieza a darme la lata, por eso intento tenerlo bien al día en limpieza, softwer, actualizaciones, etc. Me ha encantado vuestro post.
Sinretorno. Intentaré complacerle en otras noticias similares que creo también son desconocidas.Me alegra verle por aquí
Ma. Rosa. Que bien lo de la novena. Has visto lo que has conseguido, gracias a pedirla, hay varios que se han unido. Un saludo y confianza grande en el Señor y María
Pilar. Tú eres la de las noticias sorprendentes. Me alegro aportar algo nuevo a tu conocimiento, siempre ocurre al revés conmigo
Ramón. me regalaron el libro justo antes de ver La Pasión. Pero me alegra de que lo hayas aconsejado, así otros se animarán a leerlo. La verdad es que me entusiasmó. Muchas gracias. Unidos en el Rosario de hoy
Hola, preciosa historia :)
ResponderEliminarUn saludo,
Dios te bendiga.
Raquel.
Después me dices... contigo se aprende SIEMPRE. Preciosa y aleccionadora historia, pero me quedo con el final, porque me ha emocionado:
ResponderEliminarMaría en el Corán es «la única mujer que no ha sido tocada por el demonio».
HOY ROSARIO BLOGUERO.
saludos.
La verdad es que he aprendido mucho con este post. Cuando Cristo fué crucificado, la vida no terminó para su familia. Y los apóstoles San José y la Virgen continuaron su andadura. No sabía que fué a parar nada menos que a Turquía (entonces Asia Menor).
ResponderEliminarRezo por ti y por todos los blogueros a la Virgen.
ResponderEliminarGracias por esta entrada.
Hola Angel!! Gracias por poner el dibujo, un gusto para mí! quedó muy bueno con ese fondo, mi firma abajo está demás.
ResponderEliminarQué bueno el post, me alegró, y me hizo recordar la lectura del libro de Ana Catalina, en los capítulos que narra los años de María en Efeso. En las visiones se le da gran importancia a la manera en que Ella había organizado la casa, los tabiques interiores movibles, y cómo, cuando los apóstoles la visitaban, celebraban la misa ahí mismo. Ella en su habitación tenía un altar, como una pequeña bóveda, y en ella una cruz entronizada, de madera, pequeña, pero de la misma forma que la cruz del calvario en la que padeció Cristo su Hijo. También es muy importante en esta etapa de su vida en Efeso, la obra que Ella hace con el primer Vía Crucis. Lo fabrica junto a la comunidad que la rodea, es un paseo dentro de un bosquecillo bastante oculto, donde van haciendo monumentos por cada momento del camino al Gólgota.No recuerdo en qué consiste cada monumento, no son imágenes, de todos modos es el primer Vía Crucis para contemplar la Pasión de Cristo paso a paso,y Ella lo recorría a menudo. Luego ahí mismo tiene lugar su sepultura y Asunción en cuerpo y alma a los cielos, como cuenta Catalina al final de esos capítulos. No son para dejarlos pasar por nada del mundo!!! te mando un abrazo grande, siempre estoy por acá mirando,un poco de reojo, pero no te pierdo de vista.
Querido Ángel:
ResponderEliminarEstos días voy y vengo sin casio tiempo a nada, pero como te considero un gran amigo, estoy aquí para pedirte que mañana pases por mi blos a rezar conmigo la oración del Domingo. Te necesito.
Un abrazo.
Raquel: Bienvenida, me alegra mucho verte por aquí y que te haya gustado la historia tan desconocidad para la mayoria. :)
ResponderEliminarArcen: También yo me he quedado con la última frase. La referencia tiene miga. Un abrazo
Juanjo. Un misterio más con respuesta. Es una ocasión para imaginarnos esos días de la Virgen y de como viviría su espera de subir a los cielos. Un abrazo
Mar. Gracias, también lo hacemos por tí, ya sabes que aquí se incluyen a los lectores.
Juan: Un honor poner u dibujo. Hace tiempo que quería hacerlo. Con todo esto y con tu aportación me ha vuelto a entrar ganas de volver a leer a la beata A.Catalina.
Un abrazo ¿cómo va el Cristo?
Terly: Ahí estaré si D.q. Hoy ya lo he hecho en el Rosario
ResponderEliminarMe uno al Rosario Bloguero de hoy. Por cierto, qué entrada tan interesante. Parece mentira lo poco que sabemos de estas cosas que, al fin y al cabo, son historia y nos llegan muy cerca. Un abrazo!
ResponderEliminarPreciosísima historia Angelo, qué gozada aprender cosas de Nuestra Madre. Tengo unas ganas de ir a Éfeso...
ResponderEliminarUnidos en el Rosario bloguero, pidiendo especialmente por todos los que aún no conocen al Señor. La Virgen nos ha pedido que les pongamos en la cumbre de todas las oraciones.
Muchos besos! y gracias por tu apoyo incondicional mi vida. ¡Cómo se nota que Ella nos ha unido especialmente!
;)
Por cierto que entre los católicos hay mucho debate sobre la dormición, como tú dices, de la Virgen María. No comprendo como alguien puede creer seriamente que la Virgen murió, cuando la muerte es precisamente uno de los regalitos del demonio. Pues conozco algunos (y de Misa diaria!!) que piensan que murió "un rato". Por favor...
ResponderEliminarGuerrera: te constesto mas tarde, estoy a punto de salir para el trabajo. Ciao. besoooossss
ResponderEliminarGuerrera, Angelo, me quedé pensando en lo que dicen, queda para aclarar el asunto: en el relato de Ana Catalina creo está bastante claro el tema de si murió y luego fue llevada en cuerpo y alma. No le veo lo malo, Jesús expiró,y luego resucitó. No veo que la muerte sea algo fruto del demonio, me parece más bien una consecuencia de la corrupción humana en el pecado original...Algo que todo humano en la tierra debe experimentar para pasar a la Vida, tan simple como eso. Algo ineludible, pero que para el alma santa representa un paso, a veces ansiado, como decía Santa Teresa, "que muero porque no muero".
ResponderEliminarNo conocía nada de lo que has explicado. Muchas gracias. Intentaré leer algo sobre esta mística, tampoco lo conocía.
ResponderEliminarEspero no te haya molestado que me referí a tí en el blog del Padre Fortea como amigo Angelo, aunque no nos conocemos.
Un abrazo y hoy que pude estar frente al Santísimo, me acordé de vosotros.
Bueno, se me ha olvidado decirte.
ResponderEliminar¿Has visto?, he puesto mi foto personal. Ahora sí, adiós.
Hola Juan, precisamente por lo que acabas de decir:
ResponderEliminarme parece más bien una consecuencia de la corrupción humana en el pecado original...
Es que la Virgen ¡no tiene pecado original!.
Jesús murió porque el Padre así lo quiso, pero con María... ¿por qué iba a querer el Señor que pasara por el trance de la muerte? si el ser humano fué creado inmortal.
Huy huy yo no lo veo nada claro.
Angelo qué chulo el cubo yo lo quierooooooooooooooooooooooooo!!!!
ResponderEliminarayss
Como no soy docto en la materia, dejo a un gran experto en María:
ResponderEliminarJuan Pablo II quien aclara aún más este punto: "Cualquiera que haya sido el hecho orgánico y biológico que, desde el punto de vista físico, le haya producido la muerte, puede decirse que el tránsilo de esta vida a la otra fue para María una maduración de la gracia en la gloria, de modo que nunca mejor que en este caso la muerte pudo concebirse como una dormición."
Luego basándose en la tradición para tratar este tema, el Papa nos aclara aún más este maravilloso suceso:
"Algunos Padres de la Iglesia describen a Jesús mismo que va a recibir a su Madre en el momento de la muerte, para introducirla en la gloria celeste. Así, presentan la muerte de María como un acontecimiento de amor que la llevó a reunirse con su Hijo Divino, para compartir con El la vida inmortal. Al final de su existencia terrena habrá experimentado, como San Pablo -y más que él- el deseo de liberarse del cuerpo para estar con Cristo para siempre." (JP II, 25-junio-97)
A me gusta la idea que el papa expresa, que fue como una dormición. María no tenía el pecado original. La muerte en Cruz de Jesús es el triunfo sobre el pecado. Con su muerte ha vencido. Recuerda que en la película de La pasión, en el momento de morir Jesús, el diablo lanza un grito de gran desesperación. Ha sido derrotado. La Resurección de Cristo es la señal de la Victoria. Según deja entrever el Papa, el paso de este mundo al cielo fue como una dormición . No se celebra en ningún momento de la historia la resurrección de María.
Si el Espíritu Santo la preservó del pecado original, para engendrar al Hijo de Dios, también es lógico que si el pecado no habitó en ella, su cuerpo no sufriera la corrupción que éste conlleva. A mí me ha gustado mucho la manera en que Juan Pablo II nos lo explica y no me cuesta nada imaginármelo. Un abrazo.
Guerrera: La verdad es que yo nunca me he planteado si la Virgen murió o no. Como explico arriba. La muerte es el fruto del pecado, el pecado es obra del demonio, Cristo venció a la muerte con la suya y con su Resurección . Si a María la guardó de forma especial, estoy convencido de que se la llevó de forma especial . Hay que recordar que María está en el cielo con cuerpo y alma, el mismo que tuvo aquí en la tierra .¿No crees que si no se hablaría de Resurección?Por eso también comparto que no fué una muerte como la nuestra. Un beso
Palomita. Juasss, menudo avance, de tímida a poner una apetitosa palomita, no sabes la debilidad que siento por ellas. Son mi ruina a mi dieta. Y a estas horas ¿donde busco yo palomitas desde mi trabajo? No vale, me has dejado con la miel en los labios.
ResponderEliminarMe alegra que esta noticia haya gustado. Todo lo de María es importante para nosotros.
Guerrera: Te mandaré el cubo...Anysss
Tampoco creo que en el momento en que Jesús estuvo en el sepulcro su cuerpo experimentara por un momento algún signo de corrupción.La apreciación de que la Virgen no heredó el pecado original, es muy importante a la hora de hablar sobre su "muerte" Besos
Guerre: Se me ha olvidado. Ya he comentado en el blog del Padre Fortea. Estoy entrando en los que ayer propusieron. Luego los pongo en un post.
ResponderEliminarExacto Angelo, gracias por acercar las palabras de JPII. Ahora, que me deja alucinada lo de Catalina de Emerich...
ResponderEliminarJuan: ¿Estás seguro de que ella dice que la Virgen murió?
A mí me choca frontalmente. Un cuerpo en cuanto muere empieza a corromperse y como muy bien ha explicado Angelo la Virgen jamás resucitó: se la llevaron los ángeles en cuerpo y alma, y no era un cuerpo corrupto, estoy segura.
Según la Tradición Cristiana
ResponderEliminarRoyo Marín afirma que el testimonio de la Tradición -dice que sobretodo a partir del Siglo II- es abrumador a favor de la muerte de María. Es su afirmación, aunque no da citas al respecto. (cfr. La Virgen María, A. Royo Marín, 1968).
Inclusive la misma Bula Munificentissimus Deus de Pío XII (sobre el Dogma de la Asunción), aunque no propone como dogma la muerte de María, nos presenta este dato interesantísimo sobre la muerte de María en la Tradición de la Iglesia: “Los fieles, siguiendo las enseñanzas y guía de sus pastores ... no encontraron dificultad en admitir que María hubiese muerto como murió su Unigénito. Pero eso no les impidió creer y profesar abiertamente que su sagrado cuerpo no estuvo sujeto a la corrupción del sepulcro y que no fue reducido a putrefacción y cenizas el augusto tabernáculo del Verbo Divino” (Pío XII, Bula Munificentissimus Deus #7, cf. Doc. mar. #801).
Según la razón teológica
Iniciamos este aparte con Juan Pablo II: “¿Es posible que María de Nazaret haya experimentado en su carne el drama de la muerte? Reflexionando en el destino de Maria y en su relación con su Hijo Divino, parece legítimo responder afirmativamente: dado que Cristo murió, sería difícil sostener lo contrario por lo que se refiere a su Madre” (JP II, 25-junio-97).
Cristo, el Hijo de Dios e Hijo de María, murió. Y ¿puede ser la Madre superior al Hijo de Dios en cuanto a la muerte física?. Es cierto que la Santísima Virgen María, habiendo sido concebida sin pecado original (Inmaculada Concepción) tenía derecho a no morir. Pero, nos dice Juan Pablo II: “El hecho de que la Iglesia proclame a María liberada del pecado original por singular privilegio divino, no lleva a concluir que recibió también la inmortalidad corporal. La Madre no es superior al Hijo, que aceptó la muerte, dándole nuevo significado y transformándola en instrumento de salvación. ” (JP II, 25-junio-97)
Y Royo Marín remata este argumento de la siguiente manera: “Sin duda alguna, María hubiera renunciado de hecho a ese privilegio para parecerse en todo -hasta en la muerte y resurrección- a su Divino Hijo Jesús.”
El Padre Joaquín Cardoso, s.j. dice al respecto: “María Santísima nunca tuvo pecado, por el privilegio de Dios de su Inmaculada Concepción; por consiguiente, no estaba sujeta a la muerte, como no lo estaba Jesucristo; pero también Ella tomó sobre sí nuestro castigo, nuestra muerte”.
Y Juan Pablo II: “María, implicada en la obra redentora y asociada a la ofrenda salvadora de Cristo, pudo compartir el sufrimiento y la muerte con vistas a la redención de la humanidad”. (JP II, 25-junio-97)
Este es un link donde se puede tener un poco más de luz sobre el tema. Tendremos que hacer un post sobre ello
http://foros-virgen-mensajes.blogspot.com/2009/08/testimonios-misticos-sobre-la-asuncion.html
Estuvimos buscando con Florencia dónde habíamos leído estos pasajes: Es en el libro completo de la Pasión y Resurrección de Jesús, de Ana Catalina Emmerick, son los últimos 3 capítulos del libro, que corresponden a la época duodécima de sus visiones. Los capítulos se titulan: XXIII: Llegada de los apóstoles para la muerte de María Santísima, XXIV: Tránsito y sepultura de María; y XXV: La gloriosa Asunción de María Santísima. Si no tienen los libros , les puedo transcribir los extractos mas importantes de los capítulos, se extiende mucho en todo tipo de detalles. Una alegría haber podido hablar con uds, Guerrera y Angel sobre este tema, bendito sea el Señor que nos une. Abrazo!
ResponderEliminarA vosotros por vuestro celo apostólico. Gracias e ello he sabido lo que dice la Iglesia al respecto . Un abrazo fuerte a los dos. Que Dios os bendiga
ResponderEliminarTe invito a dejar tu opinión .Sepamos ofrecer lo mejor de nosotros. Bienvenida la crítica, acompañada siempre de la cortesía.