ACOMPAÑAR A MARÍA
Podía haber venido con rostro de adulto, poder tenía para ello, como pudo ser concebido en el seno virginal de María Inmaculada. Pero no, quiso asumir nuestra existencia enteramente igual a la nuestra con la única salvedad del pecado. Llega a la tierra despojado de toda gloria divina y de toda posible gloria humana. Ese minúsculo ser humano casi invisible es sacratísimo, tiene valor divino, es la naturaleza humana de una Persona divina. Es la fulminación de la soberbia, de la vanagloria, de la codicia, de la envidia, de la estupidez. Es el inicio de una nueva era de la Humanidad. Dios ya tiene rostro humano. Hay un rostro humano que manifiesta el rostro de Dios. Hay un embrión que es Dios y se está gestando en el seno de una Virgen.
Tiempo para acompañar a la Virgen grávida durante las últimas semanas de su Buena Esperanza, cuando el peso de Jesús se hace sentir más. Ella va nutriendo en su seno teje que teje- la naturaleza humana del Hijo Unigénito del Padre. Y siente el peso, un peso dulce, del Hijo de Dios humanado.
Adviento es tiempo para acompañar a Nuestra Madre y «ayudarla» a llevar el peso de Dios, el peso de Jesús hasta Belén. Es tiempo de confidencias con la Portadora de Dios Hijo hecho Niño en su seno . Es muy necesario, porque lo más parecido a la Santísima Virgen de viaje a Belén es el cristiano de viaje por el mundo, sobre todo cuando acaba de recibir a Jesús Sacramentado . Normalmente, el cristiano que vive de la fe, está en gracia de Dios y es templo del Espíritu Santo, tanto como decir asiento de la Trinidad: Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo inhabitan en el alma del «justo». Habitualmente en nuestro corazón hay «un cielo». Habita o según dicen los teólogos reforzando la expresión- «inhabita» Dios Uno y Trino.
-¿Cómo es posible? ¡Si no se nota nada!
Bueno, preciso es reconocer que nuestra sensibilidad es escasa. San Pablo dice que el Espíritu Santo clama en nuestro corazones el grito de nuestra filiación divina: «Abbá!», ¡Padre! (más exactamente: ¡Papá!). Escucha. ¿No oyes? Tal vez te faltan algunos años de silencio interior. Tendrías que empezar ya a entrenarte un ratito cada día. Lo mejor sería acudir a la Virgen: -Mamá, no oigo nada. -Ven, hijo mío. Con este tapón en los oídos, ¿cómo vas a oír?Con Ella se aprende a llevar el peso de Dios, y de todo lo que es de Dios, lo que Dios ha querido poner sobre nuestros hombros.
Con María comprendemos mejor que el yugo de Cristo es suave y la carga ligera: Él la lleva con nosotros.
Es preciso ver en el peso del trabajo, de las relaciones familiares, profesionales, sociales, el peso de Dios, que, al llevarlo con Él, resulta más liviano y gozoso. De este modo vivimos el espíritu de penitencia y purificación tan propio del tiempo de Adviento-, como debe ser, con alegría honda, esperanzada y agradecida. Con la oración, el sacrificio y la limosna. Dios carga ,
Adviento es tiempo para conversar con María acerca de los puntos que tenemos en común, comenzando por el saludo del Ángel: ¡Alégrate!María es mujer singular, belleza única. Pero los hijos de Dios participan de todas las facetas de su belleza, de su gracia. Descúbrelas. Acércate, pregunta, infórmate. Decía Juan Pablo II aquel 29 de noviembre de 1978: «El hombre tiene el derecho, e incluso el deber, de preguntar para saber. Hay asimismo quienes dudan y parecen ajenos a la verdad que encierra la Navidad, aunque participen de su alegría. Precisamente para esto disponemos del tiempo de Adviento, para que podamos penetrar en esta verdad esencial del cristianismo cada año de nuevo». Si Dios quiere y nos da tiempo. Algo podremos hacer desde aquí.
8 comentarios
Siempre de la mano de María, Madre del Segundo Adviento, a la espera de la Gloriosa Segunda Venida de su Hijo.
ResponderEliminarUnidos en el Santo Rosario.
Un abrazo fortísimo querido Angelo. ¡Buen viaje!
Gracias Angel por su sumario sobre la importancia de Adviento. Aqui en mi pais, la mayoria de la gente latina no sabe lo que es el Adviento!! Cada ano en aquella epoca mucha gente me pregunta la razon por la cual los catolicos celebran cuatro semanas asi... Que pecado que, aunque catolicos, muchos de nosotros ya perdieron un buen conocimiento de las tradicionnes catolicas... Con el permiso de usted, yo quisiera imprimir su sumario para colocar en un tablero en mi oficina.
ResponderEliminar(Ahora estoy 'al campo' a donde no puedo escribir con 'tildes' etc. perdon...)
Pax Christi.
Pedí a Dios que desde hoy nos renueve la ilusión y que el Niño Jesús entre en nuestros corazones para honrarlo y conservarlo y así hacer de nuestras vidas una eterna Navidad. TQM. Gracias por existir.
ResponderEliminarPD: Angelo, puedes traerte a tu blog todo lo que quieras del mio, aquella es tu casa y para mi es un verdadero honor. Benciones infinitas y un abrazo enorme.
Angel,feliz adviento.¿Una vuelta o un tour?.saludos.
ResponderEliminarVeo que aún desde la lejanía, has podido hacer un post... de los tuyos. Preciosooooo, ME ENCANTA LA IMAGEN.
ResponderEliminarYo solo pasaba, para que sepas que se te echa de menos y para que en este día de Nuestra Madre Inmaculada no te falte un abrazo mío, ni mis deseos de que estés donde estés, pases un día felicísimo en compañia de los tuyos.
ABRAZOTES HERMANITO.
Hola Ángel; Me ha gustado mucho la entrada. Cuantas veces dejamos pasar este precioso tiempo de Adviento sin darnos cuenta de su importancia! Lo mismo nos ocurre en Cuaresma. Sin embargo qué mejor que prepararnos para el gran acontecimiento.
ResponderEliminarMe encanta el vídeo (quién iba a decir que Andrea Bocelli iba a terminar cantando estas cosas) y la imagen con la que ilustras el post.
"Tiempo de conficencias" con María... en encantó eso. Buena frase para planificar la intimidad con la Madre en este Adviento, y también, con el Hijo que nace.Que tengas un buen viaje junto a los tuyos!
ResponderEliminar¡Ángel!
ResponderEliminarSsssssssshhhhh...no se lo digas a nadie pero tienes una sorpresa de Navidad en mi blog, espero que te guste...
http://marsolana.blogspot.com/2009/12/un-pedacito-de-loteria-para-mis.html
¿Qué tal tu viaje, has descansado?
Un abrazo.
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