EN TUS MANOS
Yo me abandono ¡oh Dios! en tus manos. Toma este barro y trabájalo como arcilla entre las manos del alfarero dale una forma y después, rómpela, si quieres como es despedazada la vida de tantos hermanos.
Pide, ordena ¿Qué quieres que haga? ¿Qué quieres que no haga? Ensalzado o humillado, perseguido, incomprendido, calumniado, alegre o triste, o inútil para todo, sólo diré, a ejemplo de tu Madre: “Hágase en mí según tu palabra”.
Dame el amor por excelencia, el amor de la cruz. Pero no de las cruces heroicas que podrían nutrir mi vanidad, sino de las cruces vulgares que, sin embargo, llevo con repugnancia.
De esas que se encuentran cada día en la contradicción, en el olvido, en los juicios falsos, en la frialdad del alma, en los desaires y desprecios de los demás; en el malestar y defectos del cuerpo, en la oscuridad de la mente y en el silencio y aridez del corazón.
Entonces sólo Tú sabrás que te amo, aunque ni yo lo sepa, con eso me basta.
13 comentarios
En sus manos algo, al menos este pobre barro sirve para algo.
ResponderEliminarPrecioso, conmovedor post..., me lo quedo todo este domingo, para meditar con toda la hondura que merece.
Querido hermano, hoy he sentido tus rezos, sé que hoy, has pensado en mí... ¿lo puedes creer?
La comunión de los santos SE PALPA.
Gracias por estar ahí.
UN GRAN Y FRATERNAL ABRAZO.
No solo hoy. Mi mundo bloguero va unido al tuyo. Estás tú, estoy yo. Te vas tú, me voy yo. Esto lo dice todo. Y,Ay amigo, si supieras como esta mi Arce....., pero ¿Qué queremos, con tanto que hay por ofrecer, en estos días de tanta oscuridad.
ResponderEliminarExcelente!!! Se ha hecho también mi oración...
ResponderEliminar“Entonces sólo Tú sabrás que te amo, aunque ni yo lo sepa”. Como dice Chesterton en el vídeo que has colgado más abajo: Los enigmas de Dios son más satisfactorios que las soluciones de los hombres. Un abrazo Ángel.
ResponderEliminarMe encanta esta oracioón. La tengo copiada en la primera página de la Biblia que uso desde hace muchos años. Pensaba ponerla alguna vez en mi blog, pero ya lo has hecho. Gracias. Supongo sabes de quién la escrbió y por qué.
ResponderEliminarEs sencilla de recitar, bella en la composición, pero difícil de hacer vida. Pero intentémoslo.
Yo no me atrevo a pedir esas cosas en la oración, me da miedo "darle ideas" xD. Os admiro... en serio.
ResponderEliminarUn regalito, cariño.
Besos a todos.
Preciosa oración, Angel.
ResponderEliminarFeliz domingo para ti y todos tus comentaristas.
Orar desde un blog es sembrar la oración.
ResponderEliminarSeguro que da una cosecha de frutos.
Poder ser instrumento de Cristo, es poder amarle, poder anunciar su palabra, poder decir que Él es el único que nos sacia, Él es todo lo necesario para poder ser felices. En Él está la FELICIDAD VERDADERA.
ResponderEliminarUn abrazo
¡Qué bonita oración, querido Ángel!
ResponderEliminarPongámonos en manos de Él y nosotros humildes y blandos tomemos en su ejemplo la forma de la vida.
Un abrazo, querido amigo.
Preciosa oración, yo me quedo con las cruces paqueñas e ingratas, esas que no se ven y moldean, finalmente, nuestra alma. Gracias por la oración. ¿Podrías poner de quién es? Es que no la había leído antes.
ResponderEliminarUn abrazo en Cristo Jesús.
El abandono, el hágase, los he gritado con euforia en momentos de lucidez espiritual, pero he tenido que repetirlos en los momentos de oscuridad... Cruces grandes o pequeñas, si, pero todas llevan al Amado.
ResponderEliminarDios te bendiga, Angel, que bueno saber que existes, hijo de María.
Anónimo: Gracias po tu comentario. Me has tocado el alma, me ha emocionado, el que me hayas llamado hijo de María. Es lo más bonito que me han dicho desde hace tiempo.
ResponderEliminarTe invito a dejar tu opinión .Sepamos ofrecer lo mejor de nosotros. Bienvenida la crítica, acompañada siempre de la cortesía.