Uso cookies para darte un mejor servicio.
Mi sitio web utiliza cookies para mejorar tu experiencia. Acepto Leer más

¿Vamos o no vamos?


Hoy me gustaría plantear una pregunta que puede surgir fácilmente en un momento de nuestra vida social. Mucho han cambiado las ideas y convicciones de gran parte de la sociedad, donde el hedonismo se ha instalado, y en la que los acontecimientos personales, están marcados por el sello de un falso progresismo. Donde lo snob se valora más que la propia esencia de lo festejado. Así se producen eventos de carácter social, e institucional, en los que los anfitriones forman parte de nuestras amistades. A mí todavía no me ha tocado tomar una decisión ante el tema que planteo, pero puede ser, que alguno de vosotros, sí haya pasado ya por esta experiencia.

Hace poco ha tenido lugar, una boda civil de un miembro del PP, el de la Señora Cospedal, que mantenía el estado de divorciada. Partido de la oposición al que muchos etiquetan de católico. La unión civil entre dos homosexuales de este partido y alguna que otra por parte de divorciados, la pasividad y el conformismo que presentan ante temas como el aborto, eutanasia y otros, evidencian, que como partido político, se aleja cada vez más de las convicciones que caracterizan nuestra fe.
a civil?¿Qué debemos hacer?Pienso que es fácil dar una respuesta contundente, pero creo que vale la pena reflexionar un poco sobre lo planteado.

Presento el caso de que los novios, son familiares cercanos o íntimos amigos. ¿Qué hacemos? ¿Vamos a su boda o no? ¿Qué explicaciones les damos?

Al final del día, comentaré mi opinión. Cuento con las vuestras.
Angel ST

18 comentarios

  1. ¿Realmente Dios dejó una posición clara sobre estos temas a la cual atenernos? Yo sólo creo que dijera: amaos como hermanos. Lo demás es demagogia y manipulación.
    Un saludo

    ResponderEliminar
  2. La Iglesia no reconoce validez canónica a ese matrimonio cuando las dos personas contrayentes son católicos. Para la Iglesia esa unión no tiene consideración de matrimonio, por tanto, es matrimonio nulo. Esas dos personas, para la Iglesia siguen siendo solteras.

    Partiendo de ese tema, te diré que el asunto es espinoso, pues, como bien dices, esa invitación puede llegar por alguien muy cercano, muy allegado, (incluso hijos o hermanos) que se puede molestar mucho, con tu ausencia, y lo que es peor, entristecer. Por eso creo que todo debe ir pensado desde la prudencia y sobretodo desde el cariño.

    Por otra parte, creo que el ir a una boda civil no significa que se apruebe lo que allí se haga. Los contrayentes han tomado una decisión y te han invitado. Creo que no existe una norma eclesiástica para este tema, por tanto hay que hacer funcionar el sentido común. A mi modo de ver, y no es mi caso, creo no hay mayor problema en asistir siempre y cuando no se participe de manera activa, por ejemplo: leyendo, haciendo entrega de los anillos, las arras, siendo padrino, etc.
    Desde la cercanía a quienes te han invitado, y con la máxima delicadeza y finura de espíritu, cada uno tendrá que adoptar la decisión que su conciencia le mande.
    Por otra parte, ¿Qué ocurriría si en un futuro tu invitaras a esa pareja a una celebración religiosa (funeral, primera comunión...)? ¿irían? Probablemente la respuesta a esa pregunta es la clave sobre lo que se debe hacer en este asunto concreto.

    Un fuerte abrazo.

    ResponderEliminar
  3. Me temo que el anterior mensaje se ha perdido al darle a enviar. Es igual. Coincido con Arcendo en el contenido de su mensaje. Creo que las personas que te invitan saben qué sentido das tú al matrimonio. A mí me ha tocado asistir a la boda civil de un familiar, y no sé en estos tiempos cuál hecho es más escandaloso: si los contrayentes delante del alcalde casándose, o nosotros detrás con cinco críos pequeños..

    Un saludo!

    ResponderEliminar
  4. Pues mira Angel, yo sí he vivido esa situación y además como protagonista porque yo me casé por lo civil antes de conocer al Señor (ya ves qué suerte, ahora soy soltera) todo es para bien.

    Por eso lo tengo clarísimo y te digo, desde el punto de vista de un agnóstico, que por supuesto que si nos invitan tenemos que ir, mucho más cuando son personas muy queridas.

    Yo la ceremonia la celebré en la intimidad familiar, pero luego hice una fiesta e invité a todos mis amigos. No te imaginas lo que me dolió y lo ABSURDO que me pareció que un matrimonio amigo (no voy a decir de qué movimiento de la Iglesia para no herir a nadie) me llamara (él) con voz de dignidad llevada al extremo de la falta de caridad para decirme que, por sus convicciones religiosas no iban a asistir, que ellos no podían asistir a la celebración de un matrimonio civil.

    Me pareció, lo primero, una falta total de respeto a mi libertad. (¿por qué un agnóstico o un ateo se va a casar por la Iglesia? si no creo en Dios lo más coherente es que no le invite a mi boda y soy libre para no tener que hacerlo por obligación), lo segundo una falta de educación y lo tercero una falta de caridad y de cariño. La amistad no se rompió pero sí se resintió bastante, porque antes éramos íntimos amigos.

    No podemos imponer nuestras creencias a nadie. Un matrimonio civil tiene toda la validez jurídica y por supuesto sentimental/emocional para los contrayentes, cada uno que se case como quiera, yo sí voy a las bodas civiles de mis amigos y lo hago encantada, es su boda, sea o no válida a los ojos de Dios. Y luego ya rezaré por ellos para que se conviertan y se casen por la Iglesia, pero no ir?¿? ¿por qué?

    Un abrazo cielo, es un tema interesante e importante, porque tal y como están las cosas, antes o después probablemente nos encontraremos en esta situación.

    ResponderEliminar
  5. una madre agradecida18 septiembre, 2009 15:11

    Suscribo por entero lo dicho por Guerrera. Añado que no haceis mención de tantas y tantas bodas celebradas en la Iglesia, en las que los contrayentes están bautizados (eso si) pero no viven su fe ni por supuesto reciben los sacramentos con asiduidad. Es apariencia nada más. He asistido por desgracia a algunas bodas de estas y he tenido la sensación de que utilizan a la Iglesia (nuestra madre) como una fabrica de expender sacramentos.
    Lo mismo está pasando con los bautizos. A los niños se les bautiza porque ¡hay que bautizarlos! ¡¡¡mira que eres bruta!!! ¿cómo no se van a bautizar? Yo pregunto: esos padres ¿tienen fe? ¿viven la fe que profesan?¿se comprometen a educar en la fe a sus hijos? ¿y las primeras comuniones?

    ¿Somos conscientes de que no nos merecemos ninguna de las incontables gracias que recibimos a través de los sacramentos?

    Los de las bodas civiles son coherentes. ¿Y nosotros?

    Siento haberme extendido tanto.

    ResponderEliminar
  6. Guerrera de la luz es la que ha dado en la diana. En cuanto al PP, ¡ay! ya se sabe lo que hay... y mientras no haya otra cosa, resignación cristiana.

    ResponderEliminar
  7. Siempre he pensado que es absurdo asistir aun enlace civil. No es más que puro trámite. Yo no invito a mis amigos ni hago una fiesta cada vez que tengo que firmar algún papel oficial. Me han invitado a este tipo de enlaces, y esa es la explicación que doy.
    Y como católica, que cree que el sacramento de matrimonio es fundamental para cimentar una familia, dudo que mi presencia sea ejemplar. Y ya lo siento si es un familiar, pero conmigo que no cuente.

    ResponderEliminar
  8. Siempre he pensado que es absurdo asistir aun enlace civil. No es más que puro trámite. Yo no invito a mis amigos ni hago una fiesta cada vez que tengo que firmar algún papel oficial. Me han invitado a este tipo de enlaces, y esa es la explicación que doy.
    Y como católica, que cree que el sacramento de matrimonio es fundamental para cimentar una familia, dudo que mi presencia sea ejemplar. Y ya lo siento si es un familiar, pero conmigo que no cuente.

    ResponderEliminar
  9. Bueno, me tocó asistir a casamientos sólo por civil.Si pienso en cumplir perfectamente el mandamiento de amar al prójimo como a mi mismo, creo que está bien que vaya al casamiento por civil , respetando las creencias o no creencias del matrimonio en cuestión, pero siendo claro en mi postura y diferencia de ideas. Si yo los respeto, y los trato con amor, ellos tambien me respetarán y me tratarán bien en mi posición católica.Jesús comió con pecadores, mientras los fariseos se escandalizaban. Nosotros no podemos ser menos. Una cosa es aprobar la union civil, y otra es amar a nuestros hermanos aunque estén en el error. Otra cosa muy distinta es el casamiento homosexual. Ahi no hay mucho que decir,creo,no lo acepto bajo ningun punto de vista . Si es mi propio hermano el que se casa o mi hijo, lo mejor que puedo hacer para demostrarle mi amor sincero, es decirle que no comparto con él la idea, y que lo que hace es un disparate. La verdad a veces duele, y el Amor verdadero tambien. Por algo a Jesús lo odiaban tanto, e igual ahora, porque pone de manifiesto las verdades que muchos no queremos escuchar...Alabado sea!!

    ResponderEliminar
  10. El tema es peliagudo. Creo que no se puede dar una respuesta general al tema. Hay que estudiar caso por caso, y actuar en consecuencia. Y siempre pensando en el mandamiento del amor: amaos unos a otros como Yo os amé.

    ResponderEliminar
  11. Pseudonima anónima18 septiembre, 2009 21:45

    Pues yo no me imagino a Jesus quedandose en casa contrariado porque no pensaban como El. Iría al lado de los que más le necesitasen.
    "Id del brazo de los que no piensan como vosotros"

    ResponderEliminar
  12. Pilar:

    Siento mucho disentir contigo, pero mira, te voy a intentar explicar por qué estás plenamente equivocada en este punto; si siempre has pensado eso, creo que ya es hora de que te plantees ese esquema tan cerrado y (perdona, sin ánimo de ofenderte para nada sino de hacerte pensar) un poco intolerante. (seguramente con tu mejor intención, pero estás en un error).

    La institución jurídica del matrimonio no es ir a firmar un papel oficial como el que va a comprarse un piso o a firmar un contrato de trabajo, sino celebrar un compromiso con vocación de perdurabilidad con la persona a la que eliges para formar una familia, y esto es algo independiente de las creencias o no creencias religiosas de cada uno.

    Desde siempre, una boda es el acto social por excelencia en todos los pueblos, todas las culturas y todas las civilizaciones, desde que el mundo es mundo no hay una celebración igual en la vida de una persona o de un grupo social.

    El matrimonio, sea religioso o no, es un hecho que trasciende y que se proyecta a la sociedad, destinado a enriquecerla.

    Nosotros somos católicos, pero ser católico significa, por encima de todo, ser universal y por tanto aceptar que en el mundo hay muchas personas que no tienen la suerte de conocer el Amor de Dios. Esto no se le puede imponer a nadie ni puede ser motivo de discriminación, todo lo contrario.

    Pienso que quien verdaderamente ha acertado en el centro de la diana ha sido Juan: Jesús se sentó a comer con los pecadores mientras los fariseos se rasgaban las vestiduras.

    Nadie está obligado a casarse por la Iglesia violentando su forma de pensar y nosotros tenemos que estar con todo el mundo. Un agnóstico o un ateo jamás podrá entender (y le apartará de Dios más aún) que un católico no se siente a su mesa para celebrar y compartir el acto más importante y trascendental de su vida.


    Por favor: si queremos que nos respeten, empecemos por respetar nosotros a todo el mundo, es fundamental.

    Piénsalo Pilar, por el bien de la Iglesia entera y de toda la sociedad.

    Apoyamos a la familia tradicional, insustituíble, pero no sólo la familia católica es familia, los ateos también se casan con toda la validez jurídica que les otorga el ordenamiento tienen hijos matrimoniales, se aman y constituyen familias auténticas, no somos quienes para imponerles a Dios, a Dios no se le impone jamás. Ni El mismo lo hace, luego nosotros sus discípulos mucho menos.

    Gracias, besos.

    ResponderEliminar
  13. Otra cosa sería por ejemplo un "bautizo civil", una memez ridícula y una horterada laico-radical que ni está recogida en ningún ordenamiento ni tiene trascendencia social en absoluto. Eso es un tema distinto.

    ResponderEliminar
  14. Hola, Ángel:
    El día 4 de septiembre mi hermano "pequeño" se casó por lo civil y por 2ª vez. Asistí feliz porque creo que no debemos pensar siempre en lo que nos acomoda más a nosotros, sino la voluntad de los demás. Creo que debemos ser ejemplares, como lo fue Cristo, transigentes y respetuosos con las decisiones de todas las personas.
    Pasa lo mismo que con aquellos que no quieren entrar en una iglesia (como un caso que me han contado de unos testigos de Jehová) porque dentro hay "ídolos".
    Crezcamos juntos en el respeto y la tolerancia, pues es otra forma de solidaridad.
    Un fuerte abrazo y gracias por tus fabulosos comentarios. =)

    ResponderEliminar
  15. Como los comentarios son extensos y prometí al final del día dar mi opinión he decidido hacer un post el lunes si D.q. con lo expresado quiero decir yo también algo. Así que continuará...

    ResponderEliminar
  16. La pregunta es dificil.

    Un católico desde su fe, vive el matrimonio como el sacramento que sella su unión definitiva con un hombre ó con una mujer y en cuya celebración ponen a Dios como testigo y como persona también vinculante. Como acto de Fe hasta nos sobrarían los invitados y el banquete.

    ¿Qué es la unión civil?, pues es un acto social. En donde los protagonistas anuncian a los invitados que se unen para vincular su relación.

    Desde mí punto de vista es respetable que haya personas que no quieran vivir la fe católica. Es algo que le deseo a todo el mundo, pero respetar que no deseen hacerlo es importante. Y desde este prisma nos invitan a un acto social. Yo no deseo una unión civil para mí. Pero sobre el corazón de los demás y su forma de vivir la vida no puedo decidir. Lo que si puedo hacer es participar como familiar/amigo de su alegría. Y pienso que desde este modo nos invitan, y nos reclaman, por que nos quieren y desean. Y compartir uno de los momentos más importantes de sus vidas con nosotros, les puede hacer recapacitar y decir:

    "Tú, que eres judío, ¿cómo pides de beber a una samaritana?" Juan 4,9

    Y si estas personas no han encontrado en la Iglesia Católica el lugar adecuado para unirse en matrimonio, habra que reflexionar también sobre el testimonio de fe que han recibido. Porque también hay que saber acoger.

    Un abrazo
    Jorge Gallego

    ResponderEliminar
  17. Angel, sabes suscitar diálogo.
    Creo que la norma de vida para todo cristiano es y será siempre el Evangelio, la vida del Señor Jesús.
    De El se decía: "acoge y come con los pecadores" (y no es que los que se casen por lo civil sean más pecadores que yo.
    Si te han invitado, es que tú, tu persona con tus ideas y creencias eres importante para ellos, habrá que aprovechar todas las oportunidades que Dios mismo nos brinda, para que llegado el momento podamos decir una palabra sobre esa situación.
    Cada uno debe ser coherente con sus ideas. Ser católico = universal es ser capaz de acoger a todos, de comer con todos como Jesús, no podemos ser un güeto y acudir sólo allí donde piensen como nosotros, crean lo que nosotros y sean semejantes a nosotros en todo.
    Hubo incluso una ocasión en la que Jesús se autoinvitó a casa de un pecador "Zaqueo, baja, hoy tengo que hospedarme en tu casa" y gracias a esto este pecador cambió, el mismo Jesús lo dijo "hoy ha sido la salvación de esta casa"; quien sabe lo que puede suceder después que tú asistas a algún acto civil y en tu corazón lo conviertas en un acto religioso, si haces oración por los que se casan y porque llegue un momento en que descubran la riqueza de la fe.
    Habría mucho para decir...
    Los comentarios me han gustado. El respeto es fundamental si queremos que nos respeten y aunque no nos respetasen. Jesús debe ser siempre nuestro modelo.
    "Si amáis a los que os aman qué meritos tenéis, no hacen eso mismo los paganos"

    ResponderEliminar
  18. Creo que si se trata de un familiar próximo hay que asistir como se asistiría a una fiesta de celebración de un acontecimiento civil.
    He meditado mucho sobre el tema no porque me haya sucedido a mi , gracias a Dios, sino porque un tío murió con la pena de no haber ido a la boda de su hijo. Decía que lo mejor hubiera sido manifestar su postura de que no reconocía como católico esa unión como verdadero matrimoni, pero si como un contrato. Si hubiera ido a la boda -decía- hubiera podido ayudar a su hijo a su mujer y a sus nietos a abrazar la fe, así sencillamente se enfrentó y los dejó expuestos al mundo sin ayuda.
    Un abrazo

    ResponderEliminar

Te invito a dejar tu opinión .Sepamos ofrecer lo mejor de nosotros. Bienvenida la crítica, acompañada siempre de la cortesía.