TESTIMONIO
La vieron arrastrarse a lo lejos y, por un momento, pensaron que era un animal. No es de extrañarse, pues Olivia no tiene piernas. Fue al acercarse cuando las religiosas se dieron cuenta que lo que tenían delante era una joven de 25 años. Las Hermanitas de los Ancianos Desamparados viven en Chissano, Mozambique, y ahí atienden a sus queridos pobres, con todo el amor con que una religiosa enamorada de Cristo y de las almas es capaz. Todos los días atienden a las personas, les transmiten la fe y buscan paliar un poco el dolor en que viven. Olivia provenía de una localidad a cuatro kilómetros de Chissano. Todos los domingos tenía que gatear esa distancia para poder participar en la Misa. En las épocas de más calor, la arena del camino le quemaba las palmas de las manos, pero ello no impidió que su corazón, que ardía en amor más que el mismo sol, buscase el consuelo de Dios. Al principio, Olivia recibió la preparación catequética gracias a una persona que se acercaba a su domicilio, pero para la misa no le quedaba otra opción que serpear por el camino los cuatro kilómetros. ¡Bien valía la pena! Ahora, gracias a un bienhechor, Olivia puede moverse en una silla de ruedas, que le ayuda a recorrer más fácilmente su ya conocido camino.
9 comentarios
En cuanto a este post... conmovedor, cuantas lecciones podemos sacar de las personas, que aparentemente tienen menos capacidades que nosotros. No tendrán lo que no tengan pero.. tienen una fuerza, un coraje y un corazón..., tan grande como el tuyo, hermano.
ResponderEliminarMARCHANDO OTRO ABRAZOOOO.
Una historia real y maravillosa la pude leer hace algún tiempo, lloré cuando ví sus fotos en la web. Gracias por haberla compartido. Un gran abrazo y bendiciones infinitas.
ResponderEliminarPD: Saludos al sacerdote que está en misión por mi país, lástima que no estemos tan cerca, porque yo estoy en Valencia en el estado Carabobo y él está en Canaima en el estado Bolivar, aproximadamente unas 16 horas de carretera manejando como debe ser.
Gracias por tu emotivo relato, esta claro que la fe mueve montañas. Un saludo me ha encantado descubrir tu blog y felicidades atrasadas a esa guapa Rosa que tienes por mujer
ResponderEliminarImpresionante! Y mientras tanto, en nuestras sociedades “civilizadas”, nos planteamos eliminar a las personas discapacitadas “por su bien”, “para que no sufran”. ¿Por qué en España es tan barato abortar, mientras que cuesta tanto obtener una silla de ruedas? Porque aquí, primero hay que pagarla, rara vez la seguridad social cubre los gastos al cien por cien, y te devuelven el dinero al cabo de seis u ocho meses. No todo el mundo se lo pede permitir. Y es que en una sociedad utilitarista como la nuestra, la enfermedad o la discapacidad se ve como una desgracia, y se tiende a eliminar el problema, eliminando a la persona que lo padece.
ResponderEliminarHola Angel,el video de Oliva me impacto mucho,tiene coraje,valor y fe.
ResponderEliminarEste relato que has publicado es para para aquellas personas que quieren ver la Iglesia de otra manera.Personas que no creen en lo que hacen.
mis saludos cordiales a ti y a sus queridos lectores.
¡Menudo ejemplo de Fe y Caridad!
ResponderEliminarUn abrazo
El alma a la que Dios toca, no sufre por sus limitaciones físicas, sino por no poder estar más cerca de l Creador.
ResponderEliminarEs un bello ejemplo el de esa chica, pero fíjate: más aún de la persona que le llevó el conocer a Dios, a quererle, a ansirle. Debemos rezar porque hayan muchas vocaiones religiosas para que den a conocer al Señor en lugares tan recónditos del mundo.
Sludos y bendiciones, hermano.
Impresionante testimonio, Angel.
ResponderEliminarGracias por habernoslo traido aquí.
Un abrazo.
¡Dios mío, que fuerza!
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