¿ NO PUEDO LLORAR ?
Soy un sensiblero. ¿Y qué?
Durante mucho tiempo,un sentimiento de debilidad, me obligaba a violentarme para no demostrarlo, como si fuera culpable de algo que tenía que ocultar. Y hoy, acepto con serenidad mi susceptibilidad.
Los años que se van sumando a mi vida terrena, vienen cada vez más cargados de emociones que me enseñan la belleza que me rodea.
Ya no me escondo, cuando lloro de alegría porque un alma ha descubierto a Dios.
Ya no me importa decir, que espero impaciente cada primavera las primeras flores de los almendros . Que alzo una alabanza a Dios, cuando en verano, veo el sol entrar por la ventana. Que me extasío ante la variedad de colores que adquieren los árboles anunciando el otoño. Que me siento feliz de la calidez del hogar al llegar a casa en Invierno.Que me hechiza oír por la mañana el canto del gallo.
Ya no me turba mostrar que lloro ante una película de amor, sufrimiento o alegría, donde los valores y virtudes son ensalzados. No me importa llorar ante el encuentro y reconciliación de personas que estaban alejadas entre sí. Me alegro de pasmarme ante un espectáculo que ha hecho vibrar mi espíritu, ante la hermosura que se ha plasmado en él. Ante una voz que canta de forma inimaginable.ante una música capaz de serenarme, o un escrito que se convierte en amigo y consejero.Ante un libro que me narra testimonios de amor.
No me importa decir que lleno de flores cada semana el comedor de mi casa. No me importa que me llamen cursi, porque pongo mensajitos a mi esposa y a mis hijos por sitios de la casa. No me afecta decir que me encanta peinar a mis hijas,cuando me lo piden, satisfaciendo sus gustos con coletas, trenzas, y diademas. Cuando me piden consejo en su forma de vestir. Cuando me encuentro que me han puesto golosinas y papelitos de:” te quiero papá” en la bolsa de mi cena para el trabajo.
No me importa que me vean llorar ante el dolor del sufrimiento ajeno.Ante los milagros que tantas enfermedades han traído para descubrir la fe. No me importa avergonzarme ante la heroicidad de tanto dolor callado , aceptado y ofrecido que muchos enfermos me enseñan. No puedo dejar de fascinarme ante una pareja de octogenarios, cogidos de la mano.Ante una mujer embarazada y el nacimiento de los niños .No puedo dejar de llorar ante la muerte de los queridos. No puedo dejar de manifestar que quiero ser bueno, que quiero amar, que deseo hacer feliz.
Cursi, infantil ,tonto, pusilánime, apocado, llorica, inmaduro, tímido... etiquetas y etiquetas que durante años me han endosado por expresar mis sentimientos. Etiquetas que he ido arrancando al sentir que mi corazón latía de gozo, porque el amor invadía mi vida.Porque Dios entraba suave y silenciosamente en lo más profundo de mi ser.
No me importa llorar al sentir el perdón de mi Señor . Al experimentar una consolación de El cuando me la quiere dar y puedo entender la grandeza de la Consagración en la Eucaristía. No me importa llorar ante el canto del Pregón Pascual. Ante una ordenación sacerdotal o una consagración religiosa. No me importa decir que lloré este año en la Confirmación de mi hija Elena. En la Primera Comunión de Álvaro. En la imposición de beca de mi hijo Alejandro. En el conocimiento de que Inés se va algún sábado a echar una mano a las hermanas misioneras de la caridad. Al descubrir la ternura de Alicia con los demás. Al comprobar diariamente el cansancio de mi esposa en su entrega en el hogar.No me importa decir que la muerte de Juan Pablo II, llena de lágrimas muchos días de mi existir. Cuando a Benedicto XVI, se le ataca tan maliciosamente. No me importa llorar ante el Magnificat de la Virgen.
Ya no me importa que me vean llorar. Sí, soy un sensiblero ¿Y qué?...
Durante mucho tiempo,un sentimiento de debilidad, me obligaba a violentarme para no demostrarlo, como si fuera culpable de algo que tenía que ocultar. Y hoy, acepto con serenidad mi susceptibilidad.
Los años que se van sumando a mi vida terrena, vienen cada vez más cargados de emociones que me enseñan la belleza que me rodea.
Ya no me escondo, cuando lloro de alegría porque un alma ha descubierto a Dios.
Ya no me importa decir, que espero impaciente cada primavera las primeras flores de los almendros . Que alzo una alabanza a Dios, cuando en verano, veo el sol entrar por la ventana. Que me extasío ante la variedad de colores que adquieren los árboles anunciando el otoño. Que me siento feliz de la calidez del hogar al llegar a casa en Invierno.Que me hechiza oír por la mañana el canto del gallo.
Ya no me turba mostrar que lloro ante una película de amor, sufrimiento o alegría, donde los valores y virtudes son ensalzados. No me importa llorar ante el encuentro y reconciliación de personas que estaban alejadas entre sí. Me alegro de pasmarme ante un espectáculo que ha hecho vibrar mi espíritu, ante la hermosura que se ha plasmado en él. Ante una voz que canta de forma inimaginable.ante una música capaz de serenarme, o un escrito que se convierte en amigo y consejero.Ante un libro que me narra testimonios de amor.
No me importa decir que lleno de flores cada semana el comedor de mi casa. No me importa que me llamen cursi, porque pongo mensajitos a mi esposa y a mis hijos por sitios de la casa. No me afecta decir que me encanta peinar a mis hijas,cuando me lo piden, satisfaciendo sus gustos con coletas, trenzas, y diademas. Cuando me piden consejo en su forma de vestir. Cuando me encuentro que me han puesto golosinas y papelitos de:” te quiero papá” en la bolsa de mi cena para el trabajo.
No me importa que me vean llorar ante el dolor del sufrimiento ajeno.Ante los milagros que tantas enfermedades han traído para descubrir la fe. No me importa avergonzarme ante la heroicidad de tanto dolor callado , aceptado y ofrecido que muchos enfermos me enseñan. No puedo dejar de fascinarme ante una pareja de octogenarios, cogidos de la mano.Ante una mujer embarazada y el nacimiento de los niños .No puedo dejar de llorar ante la muerte de los queridos. No puedo dejar de manifestar que quiero ser bueno, que quiero amar, que deseo hacer feliz.
Cursi, infantil ,tonto, pusilánime, apocado, llorica, inmaduro, tímido... etiquetas y etiquetas que durante años me han endosado por expresar mis sentimientos. Etiquetas que he ido arrancando al sentir que mi corazón latía de gozo, porque el amor invadía mi vida.Porque Dios entraba suave y silenciosamente en lo más profundo de mi ser.
No me importa llorar al sentir el perdón de mi Señor . Al experimentar una consolación de El cuando me la quiere dar y puedo entender la grandeza de la Consagración en la Eucaristía. No me importa llorar ante el canto del Pregón Pascual. Ante una ordenación sacerdotal o una consagración religiosa. No me importa decir que lloré este año en la Confirmación de mi hija Elena. En la Primera Comunión de Álvaro. En la imposición de beca de mi hijo Alejandro. En el conocimiento de que Inés se va algún sábado a echar una mano a las hermanas misioneras de la caridad. Al descubrir la ternura de Alicia con los demás. Al comprobar diariamente el cansancio de mi esposa en su entrega en el hogar.No me importa decir que la muerte de Juan Pablo II, llena de lágrimas muchos días de mi existir. Cuando a Benedicto XVI, se le ataca tan maliciosamente. No me importa llorar ante el Magnificat de la Virgen.
Ya no me importa que me vean llorar. Sí, soy un sensiblero ¿Y qué?...
Por serlo doy gracias a Dios
Angel ST
Angel ST
8 comentarios
De cursi nada Angel. Lo que pasa es que como dijo Leonardo Davinci "Donde hay más sensibilidad, allí es más fuerte el martirio", pero también más cercania con Dios, y a tí lo que te pasa amigo, es que estás enamorado de Dios, y eso lo nota hasta un ciezo, que es el antónimo de una persona con una gran carga de Gracia, que es lo que tu tienes, Gracia.
ResponderEliminarQuerido Bate :Donde abundó el pecado, sobreabundó la gracia. Quien pasa por esta experiencia no puede quedar impasible ante el Amor. Lo penoso, es que a menudo no se corresponde a lo recibido y te aseguro que es mi caso. No me sobreestimes. ¡Me queda mucho que llorar!
ResponderEliminarY es que los hombres también lloran.
ResponderEliminarA mí los que me dan yuyu son los tipo cemento, sin gota de sangre en las venas.
Un salu2
Luisa
W los sensibleros, entonces!
ResponderEliminarYo tambièn soy asì, me emociono pronto tambièn para las cosas mas sencillas, y no puedo parar las lagrimas, es mas fuerte de mi...
Pero soy asì, y me gusto mucho!!!
Un abrazo, bel post Angel, de verdad!
Alejandro: No necesitas añadir nada a tus escritos. ¡son fenomenales!Tienen tu toque
ResponderEliminarLuisa. Me alegra saberlo. Vosotras sí que sabéis
Fabi : Roma, Capital de belleza y arte. Sitio de gran sensibilidad.
Tú no puedes faltar. Grazie per le tue parole. Mi ricordi i miei veri amici romani.Ti saluto
Querido Ángel, yo espero que siempre sigas siendo así, un ser entrañable, un hombre ejemplar y orgulloso de sí mismo, de todo lo que hace...precisamente, esa extraordinaria sensibilidad que posees es la que te hace ser diferente a los demás hombres y tu mujer debe estar orgullosísima de ello. Felicidades amigo por tu sinceridad!. Un beso!
ResponderEliminarUna vez me dijeron que la porcelana más valiosa es la más frágil. Estoy convencida de que esa sensibilidad - que no siempre tiene por qué llegar a las lágrimas- te hace ser más receptivo a la belleza y a las pequeñas cosas de la vida, que en realidad, son las importantes.
ResponderEliminarRaquel: Tus palabras son valiosas para mí, sé que eres un alma gemela, estoy seguro de llo. Muchas gracias.
ResponderEliminarVivir con humor: qué alegría verte por aquí. Te faltaba el smile al final del comentario. He aprendido mucho de la belleza en tus películas. Gracias por el toque personal.
Te invito a dejar tu opinión .Sepamos ofrecer lo mejor de nosotros. Bienvenida la crítica, acompañada siempre de la cortesía.