FIESTA DE LA SANTA CRUZ
Genial la carta que ha dirigido a los fieles el Obispo de Tarazona. Os la presento por si alguien no se ha hecho eco de ella.
El 14 de septiembre celebra la Iglesia la fiesta de la santa Cruz. “La señal del cristiano es la santa Cruz, porque en ella murió nuestro Señor Jesucristo para redimir a todos los hombres”, dice el catecismo de la Iglesia. La cruz inicia y corona todas las obras cristianas, la cruz corona nuestros templos, preside nuestra mesa de estudio, la llevamos colgada en el pecho. Al entrar en un templo, cuando vemos pasar una imagen sagrada, cuando oramos por un difunto, nos hacemos la señal de la cruz. La cruz es el símbolo del cristianismo, es la señal de cristiano.
Por eso, cuando se quiere quitar de la plaza pública a Dios, cuando se quiere prescindir de Dios, como si Dios fuera un estorbo, cuando se quiere arrancar del corazón de nuestro niños y jóvenes a Jesucristo, se quita el crucifijo de la escuela, de los hospitales, de todo ámbito de la vida pública.
Quienes pretenden quitar el crucifijo argumentan con razones de laicidad. Dicen que si el espacio público es de todos, Dios no debe aparecer por ningún lado, porque en la vida pública en la que hoy nos encontramos hay creyentes y no creyentes, hay cristianos y musulmanes, hay creencias e increencias de todo tipo. Sin embargo, esa laicidad, que tiene que suprimir a Dios para afirmarse a sí misma, es una laicidad sin futuro, es una laicidad que no hace bien al hombre. Es una laicidad que tiene que arrasar toda una historia, unas costumbres, una cultura, que es cristiana en sus raíces y en sus expresiones.
Que el Estado es laico quiere decir que oficialmente no confiesa ninguna religión, pero al mismo tiempo favorece la religión de sus ciudadanos, porque considera la religión como un bien para el hombre, para los ciudadanos a los que sirve. Pero cuando suprime todo signo religioso, adopta una postura directa de ataque a lo religioso, que contradice la sana laicidad. Un Estado verdaderamente laico respeta las creencias y convicciones de sus ciudadanos, las favorece y las apoya siempre, porque la religión es una dimensión fundamental de la persona. Cuando, por el contrario, ataca las convicciones religiosas de sus ciudadanos (sean los que sean), deja de ser un Estado laico para convertirse en un Estado confesionalmente ateo. Porque sólo a los ateos les molesta Dios y los signos religiosos
En España, nos encontramos con una situación de verdadera persecución religiosa solapada, con este y con otros muchos hechos concretos. Es una persecución que recorta la libertad religiosa, particularmente la libertad de los católicos, porque a otras religiones quizá no se atrevan a perseguirlas por lo que pueda pasar. Se está gestando la nueva ley de libertad religiosa. A ver por dónde sale, pero, con estos preámbulos, nos tememos lo peor, sobre todo en el ámbito de la objeción de conciencia.
Curiosamente, en estas circunstancias, aparecen testimonios muy elocuentes de católicos coherentes, que respetando todas las leyes, plantan cara a esta persecución solapada, y tienen una eficacia insospechada. Ha sido la postura del alcalde de Baena, que se ha negado a retirar el crucifijo del ayuntamiento que preside, y es la postura de tantas personas que no esconden ni disimulan su condición de católicos convencidos. Es momento de dar la cara. Quizá necesitamos que nos pinchen para reaccionar positivamente. Toma un crucifijo en tus manos, cuélgalo en tu pecho, llévalo siempre contigo. La señal del cristiano es la santa Cruz. Teniendo a Jesucristo, lo tienes todo. No te avergüences nunca de ser discípulo suyo. Con su ayuda y su evangelio, y sólo así, podrás mejorarte a ti mismo y podrás construir un mundo mejor.
Con mi afecto y bendición:+ Demetrio Fernández, obispo de Tarazona
El 14 de septiembre celebra la Iglesia la fiesta de la santa Cruz. “La señal del cristiano es la santa Cruz, porque en ella murió nuestro Señor Jesucristo para redimir a todos los hombres”, dice el catecismo de la Iglesia. La cruz inicia y corona todas las obras cristianas, la cruz corona nuestros templos, preside nuestra mesa de estudio, la llevamos colgada en el pecho. Al entrar en un templo, cuando vemos pasar una imagen sagrada, cuando oramos por un difunto, nos hacemos la señal de la cruz. La cruz es el símbolo del cristianismo, es la señal de cristiano.
Por eso, cuando se quiere quitar de la plaza pública a Dios, cuando se quiere prescindir de Dios, como si Dios fuera un estorbo, cuando se quiere arrancar del corazón de nuestro niños y jóvenes a Jesucristo, se quita el crucifijo de la escuela, de los hospitales, de todo ámbito de la vida pública.
Quienes pretenden quitar el crucifijo argumentan con razones de laicidad. Dicen que si el espacio público es de todos, Dios no debe aparecer por ningún lado, porque en la vida pública en la que hoy nos encontramos hay creyentes y no creyentes, hay cristianos y musulmanes, hay creencias e increencias de todo tipo. Sin embargo, esa laicidad, que tiene que suprimir a Dios para afirmarse a sí misma, es una laicidad sin futuro, es una laicidad que no hace bien al hombre. Es una laicidad que tiene que arrasar toda una historia, unas costumbres, una cultura, que es cristiana en sus raíces y en sus expresiones.
Que el Estado es laico quiere decir que oficialmente no confiesa ninguna religión, pero al mismo tiempo favorece la religión de sus ciudadanos, porque considera la religión como un bien para el hombre, para los ciudadanos a los que sirve. Pero cuando suprime todo signo religioso, adopta una postura directa de ataque a lo religioso, que contradice la sana laicidad. Un Estado verdaderamente laico respeta las creencias y convicciones de sus ciudadanos, las favorece y las apoya siempre, porque la religión es una dimensión fundamental de la persona. Cuando, por el contrario, ataca las convicciones religiosas de sus ciudadanos (sean los que sean), deja de ser un Estado laico para convertirse en un Estado confesionalmente ateo. Porque sólo a los ateos les molesta Dios y los signos religiosos
En España, nos encontramos con una situación de verdadera persecución religiosa solapada, con este y con otros muchos hechos concretos. Es una persecución que recorta la libertad religiosa, particularmente la libertad de los católicos, porque a otras religiones quizá no se atrevan a perseguirlas por lo que pueda pasar. Se está gestando la nueva ley de libertad religiosa. A ver por dónde sale, pero, con estos preámbulos, nos tememos lo peor, sobre todo en el ámbito de la objeción de conciencia.
Curiosamente, en estas circunstancias, aparecen testimonios muy elocuentes de católicos coherentes, que respetando todas las leyes, plantan cara a esta persecución solapada, y tienen una eficacia insospechada. Ha sido la postura del alcalde de Baena, que se ha negado a retirar el crucifijo del ayuntamiento que preside, y es la postura de tantas personas que no esconden ni disimulan su condición de católicos convencidos. Es momento de dar la cara. Quizá necesitamos que nos pinchen para reaccionar positivamente. Toma un crucifijo en tus manos, cuélgalo en tu pecho, llévalo siempre contigo. La señal del cristiano es la santa Cruz. Teniendo a Jesucristo, lo tienes todo. No te avergüences nunca de ser discípulo suyo. Con su ayuda y su evangelio, y sólo así, podrás mejorarte a ti mismo y podrás construir un mundo mejor.
Con mi afecto y bendición:+ Demetrio Fernández, obispo de Tarazona
13 comentarios
Justa y NECESARIA, que gran pastor el de Tarazona. Dios le bendiga. Gracias por traer este testimonio de valiente afirmación de fé.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Uff! Buenísima.
ResponderEliminarMe llevo el enlace para ponerlo hoy en la cabecera del blog.
Te ha quedado wapísima la música.
Un besazo, gracias hermano.
Veo que hoy coincidimos en el mismo tema, y es que la Fiesta que celebramos no es para menos.
ResponderEliminarTan sólo añadir unas palabras del Papa Benedicto XVI: “Renovemos también nosotros nuestro "sí" al Dios que eligió el camino de la cruz para salvarnos”.
Un abrazo.
Genial. Hoy Domingo escuchábamos que el "que no toma su cruz y me sigue no es digno de mí". Creo que la Cruz no es para el cristiano solamente símbolo de dolor y sufrimiento, sino ante todo, símbolo de AMOR, amor que se dona, amor que perdona, amor que libera, amor que transforma, amor, amor, la única forma de hacer revolución verdadera, las otras....sólo son intento, pero no logran cambiar el mundo. Saludos y bendiciones.
ResponderEliminarUn gran testimonio. Todos deberíamos obedecerle y seguir sus enseñanzas. Los ateos no tendrían tantas batallas ganadas.
ResponderEliminarBuenísima.
ResponderEliminarGracias Ángel.
Este fin de semana me acordé especialmente de ti y de tu iniciativa de rosarios blogueros.
Hubieran disfrutado muchísimo tus hijos en un rosario en que participaron muchos adolescentes, Se les pidió que hicieran peticiones cada uno y yo terminé llorando.
Un abrazo
Hola Guerrera:
ResponderEliminarTodos los días entro en tu blog. A mis hijos y a mi nos encanta. A mi hijo (el seminarista) le impresiona mucho tu conversión.
Cuenta con mis oraciones por tu hijo. Por si te sirve te diré, que cuando mis hijos eran pequeños y sentí mi incapacidad para educarlos y transmitirles la fe, llamé a la Virgen y se los dí. Si, así como suena. Me los arranque del corazón y se los di. A partir de ese día no volví a sentir preocupación. Yo sigo haciendo de madre, pero de prestado, pues ya son suyos.
Cuando mi hijo me dijo que quería ser sacerdote, le dije que primero se lo dijera a su madre y luego ya charlaríamos nosotros. Es una Madre insuperable. Espero que te animes a darle a tu hijo, no es fácil, hay que arrancarlo del corazón, pero el corazón queda de verdad libre para amar.
Un abrazo Guerrera y por favor no te desanimes nunca.
Gracias Ángel.
Una madre agradecida.
Hola querida madre agradecida, pues bienvenida a mi blog cuando quieras y un beso muy grande para cada uno, dile a tu hijo que ya estoy rezando por él, si me mandas su nombre a mi correo, que está en mi perfil, le apunto en la lista de sacerdotes y vocaciones sacerdotales que tenemos en mi grupo de oración de Reina de la Paz.
ResponderEliminarSí, yo también le entregué a la Virgen a mi niño, incluso hice una ceremonia preciosa en el Santuario de Shöenstatt con mi familia y mis amigos y se lo ofrecí por entero a la Mater. Es un niño muy especial, se nota va de Su Mano. Es lo mejor que podemos hacer por nuestros hijos, nosotras somos sólo las que les cuidamos en la tierra pero su verdadera Madre es Ella. ¡¡Qué paz!!.
Cuando a veces surge alguna preocupación siempre le digo: "ah pues no sé, Tú sabrás Mami, la Madre eres Tú, yo sólo le cuido". Y me quedo tranquilísima.
Un abrazo muy grande wapísima. Enhorabuena.
Unidas en la oración :)
Angel otro beso cielo.
Es hora de proclamar nuestra fe, cada uno con la intensidad de la que fue proveido por el Espírutu Santo. Sólo escuchando la música que has puesto, me sereno.
ResponderEliminarUn abrazo, gracias Angel.
Bendita Cruz... Que acerca a Cristo, que lo descubre, que te hace amarlo y que te hace comprender al prójimo.
ResponderEliminarUn abrazo
Jorge Gallego
Perdonad que no haya contestado a vuestros mensajes. He pasado casi todo el díaen cama. La fibromialgia en estos cambios de tiempo me da la lata. Hoy tocaba un poco de cruz. Gracias a todos. Tened la certeza de que os sigo y oro cada día por todos. Un abrazo
ResponderEliminarGracias Angel. Yo también rezo cada día por ti.
ResponderEliminarotro besito.
Angel: Me ha gustado la carta de D. Demetrio, lo suyo me gusta siempre. No he tenido tiempo de escribir lo que pienso al respecto. Estoy totalmente de acuerdo con él, sin embrago creo que me siento un poco culpable de todo esto y pienso que todos deberíamos entirnos un poco así.
ResponderEliminarLos sacerdotes, frailes, religiosas, se quitaron hace años, sus hábitos distintivos; nuestras casas en la entrada ya no tiene la imagen del Corazón de Jesús, tal vez el cuadro de la santa Cena no presida nuestros comedores; al salir de casa, al iniciar un trabajo, en una reunión o cena con la amigos no nos santiguamos...¿cómo nos extrañamos ahora de que un gobierno como el actual quiera quitarnos los signos religiosos? para ellos es consecuencia lógica de sus ideas, la falta de coherencia la hemos tenido nosotros con nuestros comportamientos en muchas ocasiones, creo que también hemos pecado de omisión. No digo todos, y salvando siempre la buena voluntad de todos al hacerlo.
En nuestro vivir cotidiano, hagamos lo que nos dice el obispo, en cosas concretas. Con lo expuesto no pretendo juzgar intenciones, sino evidenciar hechos.
Si al inicio de la Iglesia, un puñado de hombres, en poco menos de cuatro siglos pudieron cristianizar el paganismo imperante, ahora, la situación se nos ha vuelto al revés, en menos de ...el paganismo social está barriendo el cristianismo.
Tendremos que educar a nuestros hijos nosotros, no esperar que lo hagan en los colegios, tendremos que enseñarles a rezar y rezar con ellos, darles un sentido positivo de la vida, aunque el ambiente sea adverso; sólo de este modo la Iglesia, apoyada en este pequeño resto, podrá con esta barbarie que se nos viene encima.
María Virgen nos ayude en esta tarea, contad con mi oración.
María
Te invito a dejar tu opinión .Sepamos ofrecer lo mejor de nosotros. Bienvenida la crítica, acompañada siempre de la cortesía.